34 de las 39 religiosas de las Pequeñas Hermanas de María pidieron ser dispensadas de sus votos. Fundada en 1949, ellas administran cuatro hogares para ancianos en la diócesis de Laval y Tolosa (Francia). Las Hermanas utilizan el Novus Ordo en latín. En el 2012 volvieron a su viejo hábito.
La comunidad sufrió dos visitas canónicas en el 2016 y en el 2018 al ser acusadas de “excesos sectarios”. [¿?]
Las Hermanas calificaron como “caricatura” y “juicio prejudicial” al informe emitido después de la segunda visita.
La Madre Superiora y la Maestra de novicias fueron exiladas a monasterios lejanos y reemplazadas con tres comisarias modernistas.
Todas las apelaciones y pedidos de misericordia fueron ignorados.
Una comisaria, la hermana Geneviève Médeviellem, enseña en el Instituto Católico de París y afirma que se puede justificar la fornicación.
El 17 de setiembre, el cardenal Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Religiosos, ordenó a las hermanas que aceptaran “sin reservas” a las comisarias, porque en caso contrario serían expulsadas.
34 Hermanas anunciaron el 7 de noviembre que habían decidido en conciencia pedir que sean anulados sus votos.
En el pasado, el Vaticano ya destruyó a las Hermanas de Auerbach (Alemania), a las Hermanas contemplativas de San Juan (Francia) y a las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada (Italia).
Todos ellas habían sido bendecidas con muchas vocaciones.
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Queda claro que el VATICANO no está por la vida contemplativa, por más que se hable de "oración" y de "silencio". Todas estas atrocidades no quedarán sin castigo, pues de Dios nadie se burla. Me alegro por la decisión de prácticamente todas las Pequeñas Hermanas de María, que prefieren servir a Dios antes que a los hombres (pues el mandato del cardenal de aceptar sin reservas a las comisionarias implica aceptar, entre otras cosas, que la fornicación puede justificarse, lo cual es contrario a la doctrina católica)