A continuación pasamos ya a comentar determinados párrafos del discurso del papa Francisco a la Curia en la Navidad de este año de 2018. Los tres posts anteriores han sido a modo de introducción y de comentario acerca de la frase bíblica del apóstol San Pablo a los romanos, en dicho discurso:
«La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz» (Rm13,12).
En ocasiones, colocaré directamente enlaces a páginas web de confianza, en otras haré un sencillo comentario y las habrá en las que haga ambas cosas.
Las palabras de Francisco vienen precedidas de SU NOMBRE, un guión (-) y otro tipo de letra - o bien en cursiva- para no confundir al posible lector.
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FRANCISCO - Permitidme también darle una cálida bienvenida al nuevo Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Edgar Peña Parra, que el pasado 15 de octubre comenzó su delicado e importante servicio. Su origen venezolano refleja la catolicidad de la Iglesia y la necesidad de abrir cada vez más el horizonte hasta abarcar los confines de la tierra. Bienvenido, Excelencia, y buen trabajo.
¿Otro homosexual? Nuevo sustituto del Vaticano, Edgar Peña Parra, en agua caliente GLORIA TV - 13 de octubre 2018
Edgar Peña: La exclusiva que InfoVaticana se negó a publicar (Gabriel Ariza) 17 octubre 2018
FRANCISCO- Para el cristiano en general, y en particular para nosotros, el ser ungidos, consagrados por el Señor no significa comportarnos como un grupo de personas privilegiadas que creen que tienen a Dios en el bolsillo, sino como personas que saben que son amadas por el Señor a pesar de ser pecadores e indignos. En efecto, los consagrados no son más que servidores en la viña del Señor que deben dar, a su debido tiempo, la cosecha y lo obtenido al Dueño de la viña (cf. Mt20,1-16).
La Biblia y la historia de la Iglesia nos enseñan que muchas veces, incluso los elegidos, andando en el camino, empiezan a pensar, a creerse y a comportarse como dueños de la salvación y no como beneficiarios, como controladores de los misterios de Dios y no como humildes distribuidores, como aduaneros de Dios y no como servidores del rebaño que se les ha confiado.
Todo esto es así, como dice el Santo Padre. La cuestión es: ¿A quiénes es aplicable? Porque, a la vista de los hechos, me quedo con la impresión de que esas palabras van dirigidas, de una manera muy especial, a él mismo, aunque no sólo a él, sino también a los que podríamos llamar sus "amigos".
FRANCISCO - Este año, en el mundo turbulento, la barca de la Iglesia ha vivido y vive momentos de dificultad, y ha sido embestida por tormentas y huracanes.
Completamente cierto; y se queda corto
FRANCISCO - Muchos se han dirigido al Maestro, que aparentemente duerme, para preguntarle: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?» (Mc 4,38)
FRANCISCO - Son muchas las aflicciones: cuántos inmigrantes –obligados a abandonar sus países de origen y arriesgar sus vidas– hallan la muerte, o sobreviven, pero se encuentran con las puertas cerradas y sus hermanos de humanidad entregados a las conquistas políticas y de poder. Cuánto miedo y prejuicio. Cuántas personas y cuántos niños mueren cada día por la falta de agua, alimentos y medicinas. Cuánta pobreza y miseria. Cuánta violencia contra los débiles y contra las mujeres. Cuántos escenarios de guerras, declaradas y no declaradas. Cuánta sangre inocente se derrama cada día. Cuánta inhumanidad y brutalidad nos rodean por todas partes. Cuántas personas son sistemáticamente torturadas todavía hoy en las comisarías de policía, en las cárceles y en los campos de refugiados en diferentes lugares del mundo.
Es cierto lo que dice sobre los inmigrantes: tienen que huir de su patria. Ése es el efecto. Pero la causa, en la que hay que intervenir o, si se quiere, la responsabilidad principal de esa situación no se encuentra en los países a los que llegan, sino en los países de donde vienen. Y es sobre éstos sobre quienes habría que hacer hincapié, pues ellos son los auténticos culpables de estas inmigraciones. Esta opinión viene muy bien explicada por el padre Santiago Martín, cuyo video correspondiente inserto a continuación:
Duración 10:11 minutos
FRANCISCO - Vivimos también, en realidad, una nueva era de mártires. Parece que la persecución cruel y atroz del imperio romano no tiene fin. Continuamente nacen nuevos Nerones para oprimir a los creyentes, sólo por su fe en Cristo. Nuevos grupos extremistas se multiplican, tomando como punto de mira a iglesias, lugares de culto, ministros y simples fieles. Viejos y nuevos círculos y conciliábulos viven alimentándose del odio y la hostilidad hacia Cristo, la Iglesia y los creyentes. Cuántos cristianos, en tantas partes del mundo, viven todavía hoy bajo el peso de la persecución, la marginación, la discriminación y la injusticia. Sin embargo, siguen abrazando valientemente la muerte para no negar a Cristo. Qué difícil es vivir hoy libremente la fe en tantas partes del mundo donde no hay libertad religiosa y libertad de conciencia.
¡Cuánta razón tiene en esto que dice! Y, sin embargo, observo con gran pena, que el Vaticano, en lugar de ayudarles, hace todo lo contrario. Palabras bonitas y verdaderas, sí. Pero, ¿existe realmente esta preocupación por los cristianos perseguidos? No sólo los que lo son en esas partes del mundo, rodeados de musulmanes, que odian a Cristo, sino también aquellos otros fieles que son perseguidos por la misma Jerarquía, simplemente por ser fieles a la Tradición de la Iglesia. Y hay un caso muy significativo, al que no se ha aludido en este discurso y es el de los cristianos clandestinos que viven en China. Se han quedado solos y abandonados por Roma, pues las negociaciones de ésta con el gobierno chino han dado lugar a una persecución más cruenta y más cruel. El cardenal Zen habla claramente de una traición del Vaticano a los católicos fieles que intentan vivir su fe, en medio de grandes persecuciones. Esto no es invención mía. Sería absurdo que dijera tal cosa sin haberme informado primero. Coloco algunos enlaces que pueden servir como muestra de que el Vaticano está traicionando, ciertamente, a los fieles católicos chinos.
El acuerdo con el Vaticano traiciona a los fieles chinos (Cardenal Zen)El Cardenal Zen dice que se retirará si el Papa consagra más obispos ‘patrióticos (Carlos Esteban)
El acuerdo China-Vaticano es secreto sólo de palabra. He aquí cómo funciona (Sandro Magister)
José Martí (Continuará)