[Apuntes 41] Este sábado fue difundida una reciente entrevista al padre Davide Pagliarani; interesante reportaje en más de un punto, alguno que personalmente me alertó y me preocupó, dejándome cavilando acerca de ¿qué tanto las opiniones de este joven sacerdote italiano son las actuales opiniones mayoritarias de la FSSPX?, aunque, por supuesto, no son la postura oficial de la hermandad fundada por Lefebvre, como no lo puede ser una simple charla con un periodista.
Por ejemplo, si el renovado diálogo (¿o es que todavía no puede considerarse renovado?) de la FSSPX y Roma, volverá a recorrer la misma vía de la discusión teológica sobre las “diferencias doctrinales”que la hermandad tiene con la doctrina del Concilio Vaticano II, por ejemplo sobre la libertad religiosa, mucho me temo que los deseados -por mí- guiños a través de la mesa de negociaciones y el brindis con buen vino añejo, firmando el acuerdo, no cuentan por el momento con ningún remoto signo a la vista en el horizonte.
Pagliarani no quiere saber no sólo ya nada de “guiños”, pero ni siquiera de “hermenéuticas de la continuidad”. Lo ha dicho claramente en la entrevista: “El Papa Benedicto XVI estimó que las divergencias entre Roma y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X residían en un problema de interpretación de los textos del Concilio. Bastaba con analizar esos textos para hacer posible el acuerdo. Pero nuestra posición no es esa: la Fraternidad San Pío X rechaza del Concilio Vaticano II todo aquello que se opone a la Tradición católica”. Mucho me temo que posturas como esta de Pagliarani: “El Papa tendría que declarar erróneo el decreto sobre la libertad religiosa y corregirlo en consecuencia”, afirmando, al fin de cuentas, que la condición que pone la FSSPX para unirse a Roma es que Roma… ¡corrija el Concilio Vaticano II!... bueno, bueno… ¿no les dije yo que tengo la inevitable sensación de que a los miembros de la FSSPX les falta buen sentido del humor?... ¿Qué piensan ustedes?...
Recordemos que el padre Pagliarani es Superior General de la FSSPX desde el pasado mes de julio, cuando se reunió en Écone el Capítulo General de la Fraternidad. Por supuesto que en semejante reunión debió hablarse, intercambiarse opiniones, discutirse... acerca del estado de las relaciones de la FSSPX con Roma. Pero, como vivimos en momentos en que los católicos fieles y conscientes (y conscientes, reitero esto último, porque existe otro tipo de católicos), cada vez que se encuentran, intercambian puntos de vista sobre la situación actual en el Global Estado de la Iglesia Militante de Cristo en esta Tierra. Esto, inevitablemente, también debe ser cierto para la FSSPX, y seguro que lo fue para el pasado Capítulo General. Y, aún con más razón, ya que la FSSPX no puede evitar verse obligada a hacer juicios prudenciales sobre sus propias relaciones con la Santa Sede. Por lo tanto, ¿cómo ve la FSSPX el actual estado de la Iglesia?... Algo dice Pagliarani sobre esto en la entrevista, (léanla) pero es su opinión, importante sí, porque es el Superior General, pero es sólo "su" opinión. Si el Capítulo General tomó intra portas, alguna secreta decisión al respecto, ¿cuál ha sido esa decisión?...
En mi caso sólo puedo sentir una inmensa compasión por aquellos involucrados en tales decisiones. Por un lado, los tres obispos de la Hermandad son ahora treinta años mayores que cuando fueron consagrados. Si su actual tránsito por la tercera edad se complementara con un "sine mandato Apostólico" al momento en que se vieran obligados por las circunstancias (como Lefebvre en 1988) a consagrar nuevos obispos..., eso incurriría en nuevas excomuniones latae sententiae; así que en tal caso se produciría un verdadero paso atrás de facto en las relaciones de la FSSPX y la Santa Sede.
Por otra parte, si la opción es avanzar hacia una -no previsible hoy- decisión de obediencia a Roma... nadie necesita que se le recuerde la forma en que Roma es capaz de tratar a quienes tiene a su merced. Y, a pesar de la retórica, sabemos bien que la Misericordia no es un sello distintivo del régimen actual.
Reconociéndome un cínico, tiendo a pensar que cualquier acuerdo debería asegurar el estado financiero independiente de esta querida y admirable Hermandad, de modo que, si posteriormente hubiera mala fe de parte de Roma, la FSSPX podría reanudar su curso anterior sin daños mayores. "Las manos fuera del efectivo y de las propiedades" me parece una consideración muy importante. Los temas monetarios parecieran ser uno de los principales motivos del salvaje régimen visitatorial impuesto por el Papa a los Franciscanos de la Inmaculada. Pero, ¿qué puedo saber yo acerca de las complejidades de la situación actual en ese punto?
De lo que estoy seguro es que los miembros de la FSSPX son nuestros amados hermanos en el Señor, por quienes en este momento todos los que tratamos de vivir en legítima unidad con Roma, tenemos una considerable obligación de orar. Y, al hacerlo, también orar dando gracias por todo lo que la FSSPX ha hecho por el mantenimiento de la Fe.
No podemos olvidar que el obispo Bernard Fellay fue el único sucesor de los apóstoles que dio su firma a la Correctio filialis.