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domingo, 14 de enero de 2018

Decir que el matrimonio gay es una «abominación a los ojos de Dios» no es delito, afirma la Justicia

(16 octubre 2017)

Una vez más ha quedado demostrado en otro auto judicial que criticar la aprobación del llamado matrimonio homosexual o las prácticas homosexuales no es delito pese a las denuncias que grupos LGTB han ido interponiendo contra los que se atreven a hablar del asunto. Pasó recientemente con el sacerdote Custodio Ballester y ahora con el presidente de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza.

La Audiencia Provincial de Murcia publicó un auto que confirma el sobreseimiento de la causa contra Mendoza al no apreciar ningún delito de injurias, ni tampoco de odio que le atribuía la querella presentada por el colectivo "No te prives".

Los hechos se remontan a 2015 cuando el presidente de la UCAM en el discurso de apertura del curso del centro universitario dijo que “el mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios”.

No hay desprecio ni discriminación

Según informa La Opinión de Murcia, el auto judicial dice que “visto el contexto en el que se vierte la expresión denunciada y su tenor, en especial, la referencia que se hace a Dios, entendemos que las manifestaciones no dejan de ser más que una manera de expresar, aunque sí un tanto desafortunada, una opinión o crítica hacia la nueva legislación que ha permitido la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no en sí contra el colectivo de gays y lesbianas”.

Además, añade que “el querellado al decir esa frase no está mostrando desprecio hacia el colectivo en sí, ni tampoco está incitando a la discriminación hacia él o provocando una acción violenta contra el mismo, sino que expone su oposición al matrimonio homosexual entre personas del mismo sexo y desde el punto de vista puramente ideológico o teológico”.

Por último, la Audiencia Provincial de Murcia incide en que “hay que tener en cuenta cuál fue la reacción del sector tradicional de la Iglesia cuando comenzó a reconocerse la posibilidad de contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, las críticas y la oposición mostrada al chocar con la idea arraigada de la unión entre un hombre y una mujer que siempre ha tenido el sacramento del matrimonio”.

Corren tiempos convulsos (José Martí)



Hay que llevar cuidado con la lectura -o la escucha- de ciertos autores, aun cuando sean sacerdotes, porque filtran ideas que no son ortodoxas ni reflejan la realidad de la Tradición de la Iglesia, aunque de un modo tan sibilino que sean muy pocos los que se dan cuenta del engaño y la mentira (No se juzga aquí a las personas concretas sino a lo que dicen o hacen, según aquello que dijo Jesús y que es la regla perfecta para el perfecto discernimiento, palabra ésta que está hoy muy de moda).

Se trata de autores con un tinte más o menos acusado de modernismo, cuya lectura no es aconsejable, a menos que se tengan las ideas muy claras ... y si se dedica algún tiempo a escucharlos es, sobre todo, con vistas a desmontar sus mentiras, de modo que los cristianos no se dejen conducir por ellos, dado que el camino que proponen conduce a la perdición. Básicamente, estos sujetos lo reducen todo a lo puramente humano, haciendo tabla rasa (por lo general) de lo sobrenatural, bien directamente, como algunos que niegan la Presencia real de Cristo en la Eucaristía y su resurrección, también real, en cuerpo y alma, etc... o bien, silenciando una serie de verdades, que están ahí, y que no dejan de ser verdad porque no se las cite: la existencia del infierno y del pecado, de la necesidad de la confesión con arrepentimiento verdadero y propósito de enmienda, etc... Actuar así es escamotear la Doctrina recibida.

La Iglesia "nueva" no puede contradecir la Iglesia de siempre. La Iglesia, como organismo vivo que es, progresa, avanza y se desarrolla, pero nunca lo hace contradiciéndose a sí misma, sino que mantiene siempre su propia identidad, a través de los siglos. De lo contrario [que es lo que hoy está ocurriendo] todo se relativiza.

Se considera así, por ejemplo, que no hay verdades absolutas, que lo importante no es lo que se haga siempre que quien lo haga proceda según "su" conciencia [desapareciendo así la idea del bien y del mal]; se predica, falsamente, en muchos lugares, que todos los hombres se van a salvar, porque Dios es misericordioso y no puede consentir que nadie vaya al infierno (un infierno en el que no se cree, o si se cree, se piensa que está vacío) olvidándose de que Dios es igualmente justo y de que "cada cual recibirá su recompensa conforme a sus obras" (1 Cor 3, 8), etc...

El modernismo es el mal de la Iglesia de hoy, ya condenado por el Papa San Pío X, en su encíclica Pascendi, hace más de 100 años, al que definió como "suma de todas las herejías". En definitiva, no es sino la sustitución de la Religión revelada de Dios, en Jesucristo, como verdadero Dios y verdadero hombre, por otra "religión" inventada por el hombre, la cual varía continuamente, adaptándose a los tiempos. En palabras llanas, es la apostasía general lo que se está hoy viviendo en el seno de la misma Iglesia.

La Iglesia no es ya hoy la luz del mundo, como debe ser, según el mandato de Jesús, sino que está siendo traicionada por los suyos que, a modo de caballo de Troya, están infiltrados en el Vaticano y ocupan los más altos cargos jerárquicos dentro de ella. Pretenden -y lo están consiguiendo- transformar la Religión católica en otra "religión" diferente, de modo que sea así aceptada por todo el mundo.

Se trata de una religión cómoda y fácil, en la cual se le dice a la gente lo que ésta quiere oír, pero no, en cambio, la Palabra de Dios, hasta el punto de cambiar los pasajes evangélicos y hacerle decir a Jesús lo que nunca dijo o callar muchas de las cosas que dijo y que eran fundamentales para nuestra salvación. Y así, lo que no se entiende bien, por ejemplo, se lo considera como un resquicio del pasado, como una leyenda o un mito que debe ser abandonado, porque hoy hemos progresado y sabemos más que entonces, que eran muy incultos.

Esto sucede, como digo, con todo lo sobrenatural, que es diluido, hasta llegar a negarlo, como ocurre en el caso de los milagros o en el caso de los Dogmas. En definitiva, y para no llevarnos a engaño, de lo que se trata es de elegir el camino fácil, olvidando que la senda que conduce a la vida es estrecha y que son muy pocos los que van por ella, según palabras del mismo Jesucristo, cuya existencia histórica, incluso, llega a ponerse en duda.

En fin, los tiempos que corren son harto difíciles y convulsos para todos aquellos que quieran conservarse en la integridad de la fe recibida de una vez para siempre. Y, sin embargo, la doctrina es clara: "Te ordeno, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que ante Poncio Pilato dio testimonio confesando la verdad, que conserves el mandamiento, sin tacha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tim 6, 13-14). Y en otro lugar: "Timoteo, guarda el depósito. Evita las novedades profanas y las contradicciones de la falsa ciencia, pues algunos que la profesaban perdieron la fe" (1 Tim 6, 20-21).

De manera, que "ya es hora de que despertemos del sueño" (Rom 13, 11), como decía el apóstol san Pablo a los romanos y que "nos vistamos con las armas de la luz" (Rom 13, 12), pues "no es nuestra lucha contra la carne o la sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos que están por los aires" (Ef 6, 12).

José Martí

La "nueva sabiduría". Por el cardenal Parolin (José Luis Aberasturi)


Cardenal Parolín, Secretario de Estado del Vaticano

Se relanza la AL. Hoy, por boca del mismísimo Secretario de Estado del Vaticano, card. Parolin y, ayer como quien dice, por Chiodi y sus intentos de destrucción directa -"fuego amigo", dirían los yanquis- de la encíclica “Humanae Vitae” de Pablo VI.

Y se relanza en la misma Iglesia Católica desde hace unos pocos añitos, con el sonsonete de LO NUEVO. Siempre es “el nuevo advenimiento"; porque “lo que hay -y lo que ha habido hasta ahora- me lo voy a cargar". Que así las gastan.

Todo el “discurso” -mero trampantojo, o simple engañabobos- se monta en la mejor y más fiel lexicografía marxista, que vuelve a infectar a algún sector poco avisado y menos leído de la misma Jerarquía católica, pero que ahí está, instalado por puesto e impuesto; intentando -el cardenal- hacer honor a su sueldo y a la mano que le da de comer.

Todo se resuelve y se lleva al terreno -irreal, porque “no es"- de la “nueva hermenéutica", la “nueva apertura", el “nuevo entendimiento", la “nueva acogida” de los “nuevos problemas", para construir “la nueva iglesia” construída según “la nueva sabiduría”

Ciertamente, calificar todo esto de “nueva sabiduría", si no fuera porque lo dice en serio -lo que tiene su mérito, indudablemente-, sería de chiste: malo, por supuesto. Pero así están las cosas. Y le voy a entrar a “esto", porque creo que hace falta.

En primer lugar: se apela a “lo nuevo” porque no hay ninguna razón plenamente lógica que justifique ese cambio. Y como “lo que aún no es", que eso es exactamente “lo nuevo", no está presente, la realidad o “lo que es” se puede manipular hacia cualquier dirección, porque no es contrastable y queda a merced de cualquier manipulación o de cualquier ideología. Que es lo que se busca.

Parolin se zafa del contenido -competencia y responsabilidad exclusiva del autor- que es exactamente a lo que debería entrarle, y se queda con el “nuevo paradigma” al que nos pretende llevar el Santo Padre; al menos, eso es lo que subraya el Sr. Cardenal: supongo que por encargo superior o por afición.

O sea y para entenderlo: la responsabilidad es nuestra, y nunca y para nada del que lo ha escrito y firmado; aún reconociendo -unos y otros- que su contenido ha generado estas inquietudes y estas discrepancias públicas, además de fuertes, muy fuertes. Porque el tema, o los temas, lo reclaman.

Pretender que la conciencia personal, como afirma AL, está por encima de la propia Ley Moral -"lex perfectae caritatis” o “Ley del amor a Dios sobre todas las cosas"-, no es racional: supone que la propia conciencia que, por definición, puede errar, es la única y última norma moral. Craso error; que viene de Lutero, por cierto. Porque se le hurta a Dios lo que es de Dios: la autoría de la Ley, de la persona humana y del mundo.

Argumentar con que la Ley Moral, dada su formulación abarcante e indefinida no puede aplicarse universalmente a todos los casos, también es irracional: precisamente lo propio de la Ley es su amplitud, para ser el referente de todos los casos particulares, al abarcarlos todos; de este modo, todos los casos particulares tienen siempre un referente inmutable: también para “ver” las excepciones, o para aplicar la epiqueya por parte de los legisladores.

Finalmente, la pretensión de que la praxis pastoral está por encima de la Ley también es irracional, porque no puede haber una praxis pastoral en el orden moral sin la Ley Moral o sin la Doctrina: la praxis se quedaría sin los referentes que le dan autoridad y, por tanto, legitimidad: se rebajaría a convertirse en un mero “ordeno y mando"; y de “pastoral” no quedaría ni una sola letra.

La “sabiduría", tal como parece entenderla o inventarla -la “nueva sabiduría"- el Sr. Secretario de Estado, de sabiduría no tiene nada: esa es la verdadera “novedad", porque se monta sin verdad y, por tanto, sin racionalidad; es decir, sin los factores que construyen la verdadera y única sabiduria: la que viene -y la que lleva- de Dios; nunca la que Le lleva la contraria.

Por cierto: todas estas “novedades” que maravillan a tantos “stultus” como nos rodean in Ecclesia, están todas condenadas ya en el Syllabus de Pio IX, allá por 1864, si no me equivoco. O sea, son errores -o quasi herejías- mas VIEJAS que el capitán Trueno. Por tanto, “nada nuevo bajo el sol".

Aunque sí hay una maligna novedad, que no podemos dejar de denunciar: que lo que Pío IX condenaba desde la Iglesia y contra el mundo, eso mismo está hoy dentro de Ella: un auténtico y terrible “caballo de Troya". Y Parolin -y desde la AL- lo ha dejado meridianamente clarito.

A mayor abundamiento, Pío X también condeno estas tesis, que vienen de Lutero, como ya he dicho, más el racionalismo y el socialismo real; pero denunciandolas ya como infección, grave -muy grave- de la misma iglesia: lo que llamó “Modernismo". Que lo están resucitando.

A seguir rezando. Que toca.

Padre José Luis Aberasturi

¿Un acto de fidelidad al "magisterio" de Francisco? (Vídeo)


Duración 2:42 minutos


No Interest: Catholic Culture reported the story of the seminarian Nick Sentovich, who is a 3rd-year student at the North American College in Rome. The American third-year seminarians are traditionally given the opportunity to serve during the papal Mass on Christmas Eve. Usually, a lottery decides who will serve, but this year there weren’t enough students who expressed interest, Sentovich said, so everyone who applied was accepted.

Act of Fidelity? The blog Anonimi della Croce writes that Pope Francis is studying to introduce an act of fidelity to himself and to his magisterium. According to the blog this act will be required of all clerics, deacons, priests, bishops and cardinals. They will all have to pronounce it publicly. Those who refuse, will be suspended. Anonimi della Croce asks the question: “How can one promise fidelity to a heretical magisterium?”

Fake News Against Cardinal Pell: There is a pronounced media bias against Cardinal Pell after one of his accusers died whom it took 40 years to report alleged offences and who has a record of violence and drunk driving, writes Catholic League’s Bill Donohue. Quote, “The media in Australia, Europe, and North America have led the public to believe that Pell is a guilty man.” Donohue mentions fake news outlets like Guardian, Herald Sun, Daily Mail, BBC and many others who accused Pell of paedophilia without making reference to the date of the alleged offense, the date it was reported, or the nature of the alleged offense.

Abbey Church Becomes Ice Rink: The nave of the church of the former Abbey of Notre-Dame de Bernay, built in 1010, has been turned into a fully synthetic ice rink. Sponsor of the project was the local trade union. According to local media this “original idea” was generally “well received”. In the past, the church was used as a basketball field.