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viernes, 26 de enero de 2018

LUTERO: ¿Qué es eso del Ecumenismo? (Doctor Bárcena) [1 de 7 ]

El doctor Bárcena imparte una conferencia de duración 54:27 minutos, titulada: LUTERO, ENEMIGO DE LA FE CRISTIANA, que puede visualizarse y escucharse haciendo clic aquí. Dicha charla la he desglosado en capítulos más cortos, que voy colocando en diferentes entradas. No obstante, lo ideal, si se dispone de tiempo suficiente, sería escucharla de seguido, en su totalidad.

Duración 8:44 minutos

Novus Ordo y jerga Católica Tradicional (Padre Peter Carota)



Para nosotros, los católicos tradicionales, el término “Novus Ordo” tiene un gran significado. Pero la mayoría de católicos no tienen la menor idea de qué queremos decir cuando utilizamos este término. Algunos, a lo más, puede sonarle haber escuchado el lema masónico inscrito en el dólar, “Novus Ordo Seclorum”, es decir- “nuevo orden de los siglos”

La traducción literal de “Novus Ordo” es “Nuevo Orden”. Su nombre completo es “Novus Ordo Missae”. Este término fue usado por la describir la Nueva Misa introducida por el Papa Pablo VI en 1969.

Como hemos indicado, la mayoría de católicos no tienen la más remota idea del significado de expresiones usadas por católicos tradicionales como: “es una Misa Novus Ordo” o “forma de pensar Novus Ordo”. Por esta razón, los católicos tradicionales deben dejar de emplear este vocabulario indiscriminadamente. Tenemos que hablar en términos que ellos puedan entender.

La mayoría de católicos no saben que hay otra Misa diferente a la Misa dominical a la que asisten en inglés, español o en el lenguaje al que van a Misa. Sólo unos pocos católicos de más edad recuerdan aún que, antes del Concilio Vaticano II y la Nueva Misa de 1969, había algo que recuerdan como la Misa en Latín.

Comento esto, porque creo que la mayoría católica tradicional asume que otros católicos han experimentado la Misa en latín antes de que desapareciera. También asumimos que tienen conceptos de diferentes liturgias y han estudiado historia Católica. Pero la cuestión, ciertamente, es que la mayoría de católicos sólo saben lo que experimentan todos los domingos o, para las masas no practicantes, lo que pueden ver en un funeral o una boda.

Asumir que otros conocen el valor del término “Novus Ordo” como nosotros es, hablando claramente, no sentar una buena base. Así, por esta razón, tenemos que hablar con sus términos y vocabulario: “la Iglesia [o la Misa] desde el Concilio Vaticano II”.

A partir de ahí podemos enseñarles que su Misa es, en realidad, una nueva Misa que crearon el Papa Pablo, Bugnini y el Padre Bouyer.
- Utilizaron partes del Rito Romano de la Misa para producir el Nuevo Misal Romano.
- Conservaron parte de la Misa Romana en Latín, pero introdujeron nuevas oraciones y Cánones.
- Tenemos que mostrar literalmente los dos misales lado a lado. Entonces, tenemos que explicar cómo el Misal Romano Antiguo en Latín se desarrolló lentamente desde los Apóstoles hasta el Misal de 1962 del Papa Juan XXIII.
- Y a continuación, mostrar la diferencia con el Nuevo Misal Romano
Soy un científico acérrimo que sólo utilizo hechos demostrables.

P. BOUYER: Le escribí al Santo Padre, el papa Pablo VI, a fin de presentarle mi renuncia como miembro de la Comisión encargada de la Reforma Litúrgica. El Santo Padre me convocó inmediatamente:

PABLO VI: Padre, Ud. es una autoridad incontestable por vuestro conocimiento profundo de la liturgia y de la Tradición de la Iglesia, y un especialista en ese campo. No comprendo por qué presenta su renuncia, puesto que su presencia no sólo es preciosa, sino indispensable.

P. BOUYER: Santo Padre, si yo soy un especialista en ese campo le diré simplemente que renuncio porque no estoy de acuerdo con las reformas que Ud. nos impone. ¿Por qué no tiene en cuenta las indicaciones que le presentamos sino que hace todo lo contrario?

PABLO VI: No comprendo: yo no impongo nada; nunca impuse nada en esa materia sino que me remito totalmente a vuestra competencia y a vuestras sugerencias. Son ustedes los que me presentan las propuestas. Cuando el P. Bugnini viene, me dice: Esto es lo que piden los expertos. Y como los expertos en ese campo son ustedes, yo me remito a vuestros juicios.

P. BOUYER: En tanto, cuando nosotros estudiamos una cuestión y decidimos qué nos parece bien proponerle a Vuestra Santidad en conciencia, el Padre Bugnini toma nuestro texto, y nos dice enseguida, luego de haberos consultado: El Santo Padre desea que introduzcáis estos cambios en la liturgia. Y como yo no estoy de acuerdo con vuestras propuestas, porque ellas son una ruptura con la Tradición de la Iglesia, entonces presento mi renuncia.

PABLO VI: De ningún modo es así, Padre. Créame, el Padre Bugnini me dice exactamente lo contrario: jamás he rechazado una sola de vuestras propuestas. El Padre Bugnini viene y me dice: “Los expertos de la Comisión encargada de la Reforma Litúrgica han solicitado esto y esto”. Y como yo no soy especialista en liturgia, le repito, me he remitido siempre a ustedes. Jamás he dicho eso a Monseñor Bugnini. He sido engañado; el Padre Bugnini me ha engañado a mí y a ustedes.

P. BOUYER: Así es, queridos amigos, como se hizo la reforma litúrgica.” De “Inside the Vatican”, Robert Moynighan.

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Todos deberíamos comprar el libro de las “Memorias del P. Louis Bouyer” y dárselo a la gente. Pero incluso entonces costará que lo entiendan. Nosotros sabemos el contexto en el que fue escrito y por qué es tan importante. Para nosotros se trata de temas sagrados, pero para la mayoría de los católicos la única preocupación que tienen es quién es su párroco y qué música sonará el próximo domingo.
Así que cuando hablemos a estos Católicos “Novus Ordo”, tenemos que recordar que no tienen idea de que había otra Misa antes de la que ellos asisten, que hubo un Vaticano II y que hubo un Vaticano I, Trento y otros 18 concilios ecuménicos antes.
Ellos no tienen absolutamente ninguna idea de que hay cosas tales como las rúbricas, en el Nuevo y Antiguo misal, que dictan cómo un sacerdote tiene que decir la Santa Misa.

Somos muy afortunados de ser católicos tradicionales y saber mucho acerca de las cosas sagradas. Pero nunca debemos asumir que otros católicos saben de lo que estamos hablando. Seamos cariñosos y amables ayudándoles a descubrir la evidencia científica y la belleza del catolicismo tradicional.

Padre Peter Carota
Sacerdote diocesano de Stockton (California, USA)

DEBEMOS DECIRLO ... pues son pocos en la Iglesia los que lo harán (Michael Voris)


Duración 7:32 minutos

TRANSCRIPT ENGLISH
(Al final puede verse este mismo video subtitulado en español)

Since practically no bishop and so few priests are willing to just come right out with it, we "gotta" just say it: Outside the Catholic Church, there is no salvation. That is a dogmatic teaching of the Church, by the way, for any poorly catechized Catholics listening in. It goes straight to the heart of not only what the Church is but more to the point who She is. She is the Bride of Christ, His Spouse; and from the God who gave mankind marriage and declared that the two become one flesh, it is within this framework that we must view the Church. She is His visible presence here on earth. It was for Her He died. This is the meaning behind the words of the 19th-century hymn ironically enough penned by Anglican Samuel John Stone:

The Church's one foundation
Is Jesus Christ Her Lord.
She is His new creation
By water and the Word.

From Heaven He came and sought Her
To be His holy Bride;
With His own Blood He bought Her
And for Her life, He died.

Right theology; wrong religion — finish the thought, Samuel. Well, allow us to finish the thought. Every Christian religion is founded by a man, a sinful man, with the single exception of the Catholic Church. Even the Eastern Orthodox, while having valid sacraments and apostolic succession, was stillborn in the midst of human strife and broke away from the Church.
The distinction between Catholics and Protestants is quite simple really. It's rooted in history. Christ gave His authority to His Apostles. To be rooted in Christ, therefore, means that you must be under the authority of their successors — the bishops and ultimately the pope, the successor of St. Peter, chief of the Apostles.
As many of you know, my dad used to make a habit of going to the neighborhood Dunkin' Donuts to have a cup of coffee and his favorite donut and to evangelize. One day a man walked up to him dressed in a white suit and saw my dad reading a Catholic book. He asked him what he was reading, and my dad told him it was Catholic. He smiled and introduced himself as a bishop of some local Protestant congregation, at which point my dad said to him, "Bishop? You're not a bishop. You can't trace your line back to the Apostles." How's that for "encounter theology" and meeting them "where they're at" and having a "language event?" My dad showed him a great mercy by confronting him with the truth.

Any other religion claiming to be authentically Christian derives from man and is, therefore, a false religion in that it cannot offer salvation. It may have elements of salvation within it but these are always Catholic truths first and foremost. Sooner or later, Protestant theology takes Catholic truth and goes off the rails with it, misinterpreting Scripture or distorting a teaching of Our Blessed Lord or failing to complete the thought and carry it to its logical conclusion. If a Protestant is saved, he is not saved because of his religion but despite it.

In Heaven, there is nothing but unity, for God is one — a revelation first made to the Jews and is the heart of their great prayer, the Shema, "Hear O Israel, the Lord our God, the Lord is One." There cannot be nor will there be a multiplicity of "faith traditions" in Heaven. Heaven is the Church Triumphant. We, here, on earth are the Church Militant. The whole goal of the Church Militant is to attain everlasting life in the Church Triumphant. And let's be very clear, the "Church" being spoken of is the Catholic Church founded on the Apostles, for Christ only has one Church.

Now, we are very aware that cowardly, politically-correct clerics hate this kind of teaching. They call it divisive and offensive. Of course, it is. The truth is almost always divisive and offensive. Man loves darkness and despises the Truth because it forces him to change his life if accepted, and we prefer to cling to our sin and do not want to change. In fact, it is impossible to change sufficiently to be saved without the Catholic Church because She is the channel of all grace precisely because She is the Bride of Christ. There isn't some other fountain of grace hanging out in the universe somewhere.

This is why faithful Catholics lose their minds over all the namby-pamby, wimpy bishop-speak, refusing to just come right out with it, and by "it," we mean the fullness and the glory of the Truth. Refusing to tell people they need to convert is an act of supreme selfishness because it deprives them of the opportunity to die in a state of grace, which is necessary to enter the Church Triumphant.

My dad used to not only be Protestant, he actually studied for a couple of years to be a minister. Then, he was introduced to the teachings surrounding Our Lady, something even Martin Luther accepted,  and that was it for him. She brought him into the Church because he was a man of goodwill, as the angel said to the shepherds in Bethlehem, and he wanted to know the Truth, wherever it led him.

It's despicable that Catholic clergy, most especially the successors of the Apostles, are so terrified of preaching what those Apostles were martyred for. Well, if they won't say it, then we will because you just "gotta" say it.

If you aren't Catholic or are a poorly formed one — convert. One day, you will leave this earth. Our Lord Himself personally established the means to prepare to meet Him in friendship and love — the Catholic Church.

Michael Voris

Duración 6:54 minutos

Se entienden muy mal las palabras de Jesús: "Que todos sean uno" [Jn 17, 21] (José Martí)



Hoy, 25 de enero de 2018, se ha acabado la semana para la unidad entre los cristianos; a este asunto se le lleva dedicando ya mucho tiempo, prácticamente desde los comienzos de la difusión del contenido del Concilio Vaticano II y, en particular, de los documentos Lumen Gentium y  Unitatis Redintegratio.

En Lumen Gentium se puede leer:
Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos como una, santa, católica y apostólica , y que nuestro Salvador, después de su resurrección, encomendó a Pedro para que la apacentara (cf. Jn 21,17), confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno (cf. Mt 28,18 ss), y la erigió perpetuamente como columna y fundamento de la verdad (cf.1 Tm 3,15).
... pero, a continuación se añade:
Esta Iglesia, establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él  si bien fuera de su estructura se encuentren muchos elementos de santidad y verdad que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica.
Hay aquí una contradicción. Si la única Iglesia de Cristo es la Iglesia que confesamos como católica, así erigida de modo perpetuo como fundamento de toda verdad ... ¿cómo es que, inmediatamente, se dice que "esta Iglesia SUBSISTE en la Iglesia católica": es incorrecto -y contradictorio con lo dicho anteriormente- el hablar de ese modo. La Iglesia, la única Iglesia verdadera, como bien se ha dicho primeramente, es la Iglesia católica ... y no se puede decir, acto seguido, que subsiste en la Iglesia católica. O es la Iglesia católica la verdadera o no lo es. Pero ...¿subsiste?. Esto es muy propio del lenguaje modernista, que se cuela subrepticiamente en los documentos eclesiales, como si no tuviese más importancia cuando es, en realidad, auténtico veneno, en el cual, ya desde entonces y de alguna manera, se está reconociendo el pluralismo de las Iglesias.

De hecho, en Unitatis Redintegratio, se habla ya de Iglesias:
Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia.
O sea, se reconoce la unidad salvífica de la Iglesia católica, al mismo tiempo que se habla de la existencia de otras Iglesias. Separados del tronco y de la única Iglesia que Él fundó, quienes se separan dejan de pertenecer a la Iglesia. Y, aunque no se quiera hacer uso de las palabras que designan este hecho, es preciso llamar a las cosas por su nombre.

Tal negación de algunas verdades de fe que son fundamentales para pertenecer a la Iglesia católica y ser "unos en Cristo" constituye una herejía y automáticamente los mal llamados "hermanos separados" se convierten en herejes: por muy mal que pueda sonar ... pero es así. Es el caso de Lutero, de Calvino, y de tantísimas sectas que han ido surgiendo y que se han ido separando de la única y verdadera Iglesia ... haciéndonos creer, además, que tales grupos separados son también Iglesias. Y, a base de repetirlo tanto, nos lo acabamos creyendo.

¿Cómo van a pertenecer al mismo Cuerpo de Cristo aquéllos que creen en su presencia Real en la Eucaristía (católicos) que aquéllos que consideran a la Eucaristía como un signo y mero recuerdo, por poner un ejemplo (protestantes)?. Como decía un amigo mío: ¡eso no puede ser ... y, además, es imposible!

Y, sin embargo, está ocurriendo. He aquí dos vídeos en los que se pone de manifiesto la enorme importancia que se le está dando al ecumenismo, lo que es, en el mejor de los casos, un grave error.


Obispos de la Iglesia Luterana de Finlandia 
entregan documento ecuménico al Papa

Duración 2:07 minutos

Papa reza con líderes cristianos׃ 
Aunque nos separen las diferencias, somos del mismo pueblo

 Duración 2:14 minutos


Algunos de mis escritos en este Blog relacionados, de modo directo o indirecto, con el Ecumenismo:


Razones de la Encarnación (17 noviembre 2014)






José Martí

NOTA: Puede verse también una entrada posterior en la que Francisco invoca a Dios como padre de todas las confesiones

La misión secreta del cardenal chino al Papa




I cristiani della chiesa sotterranea cinese, quella cioè riconosciuta dal Papa ma ostacolata dal governo di Pechino, scrivono a Francesco per raccontare le loro difficoltà nel professare la fede, le loro storie di persecuzioni, di clandestinità, di distruzioni.

Mercoledì mattina, in grande incognita, il cardinale Joseph Zen Ze-kiun, arcivescovo emerito di Hong Kong, figura di rilievo della chiesa cinese e molto critico nei confronti del governo di Pechino, ha incontrato Bergoglio al termine dell’udienza. Pochi minuti per consegnare al Pontefice le lettere di fedeli e di rappresentanti dell’episcopato cinese, chiedendo al Papa ascolto e attenzione.

“Sono qui in missione segreta – ci ha detto il porporato 82enne – ho consegnato delle lettere al Papa per essere sicuri che arrivassero direttamente nelle sue personali mani le espressioni dei cristiani in Cina. Ma non posso dire nulla di più, la situazione dei cristiani in Cina è davvero brutta”. E il Papa cosa ha risposto? “Mi ha assicurato che leggerà le missive”.

E’ proprio di questi giorni la notizia della demolizione dell’ennesima chiesa nella Cina settentrionale, che fa temere l’arrivo di una vera e propria campagna contro i cristiani. Si tratta della chiesa del candelabro d’oro di Linfen, nella provincia dello Shanxi, fatta saltare in aria da alcuni operai domenica scorsa, secondo quanto raccontano alcuni testimoni e il pastore. Anche un’altra chiesa, in questo caso cattolica, sarebbe stata demolita nella vicina provincia dello Shaanxi.



Obispos alemanes rechazan la modificación del Padre Nuestro