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viernes, 16 de febrero de 2018

Noticias varias 15 y 16 de febrero de 2018


NATIONAL CATHOLIC REGISTER

Time to rehabilitate Teilhard de Chardin?

ANONIMI DELLA CROCE


"Punto de reflexión: Bergoglio no lee los sitios web que lo acusan de herejía" de Fra Cristoforo


FSSPX News

Entrevista: el obispo Bernard Fellay sobre el Centenario de Fátima y la Crisis de la Iglesia

EL ORIENTE EN LLAMAS

El resurgir de la Cristiandad en España


GLORIA TV


"El comunismo, el dolor por Jesús, el deber de la verdad" (Arzobispo Schneider)


Revista liberal: ¿todos los Papas recientes fueron realmente santos?




ADELANTE LA FE

Entrevista al padre Buzzi (Fsspx): “El único futuro posible para la Iglesia es la Tradición”


El espíritu de la Cuaresma y el espíritu del 68 (Roberto de Mattei)


Comentarios críticos a Veritatis Gaudium (Antonio Caponnetto)


CRISIS MAGAZINE


La visión modernista de la familia del cardenal Cupich


CHIESA E POST CONCILIO


La teología narrativa del Papa Francisco


Las nuevas directivas de la UNESCO para sobornar a los niños


COOPERATORES VERITATIS


No, santo padre Francisco! La Iglesia no es "la" gente


EL ORIENTE EN LLAMAS

Busquemos la santidad en esta cuaresma


SECRETUM MEUM MIHI


Laicos de Osorno criticaron al papa Francisco: "Está confundiendo a la opinión pública"


KATHOLISCHES


"¿Escribes, soy un hereje? Y no los leo "


¿Por qué está girando el viento? La admonición al Papa Francisco


FIRST THINGS


¿CUÁNDO UN LUTERANO NO ES LUTERANO?


POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA OPCIÓN 2018 "GERBER BABY"


THE ANTI-CHRISTIAN ALT-RIGHT


THE CATHOLIC THING

1968 a los 50


LA NUOVA BUSSOLA QUOTIDIANA


Estrangulación o eutanasia? Depende de la sensación común


CORRISPONDENZA ROMANA


En Asturias, la gente vota por la fertilización in vitro


CABILDO


MARCELO SÁNCHEZ SORONDO ENCONTRÓ UNA CHINA


CHRISTOPHER A. FERRARA


La Academia Pontificia contra la vida: una actualización


INFOCATÓLICA


El enfado del arzobispo de Santiago, los polvos y los lodos


DOMINUS EST

EL TIEMPO DE LA SAGRADA CUARESMA, SACRAMENTO DE LIBERTAD

Selección por José Martí

Zen: "Todavía no he llegado a entender para qué dialogan con China"


Cardenal Joseph Zen Ze-kiun

El cardenal José Zen Zekiun, arzobispo emérito de Hong Kong, publicó el 13 de febrero en su blog, en chino y en italiano el siguiente artículo. 


Los subrayados son suyos.

En este trabajo el cardenal Zen analiza cuatro definiciones que hace unos días difundió el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, en relación con el avanzado e inminente acuerdo diplomático entre el Vaticano y el gobierno comunista-hipercapitalista chino.

Como podrán apreciar los lectores, las definiciones del heroico cardenal chino no tienen desperdicio. Y es clarísima la advertencia que lanza al final. Si bien rescata la figura del Papa y lo supone con las mejores intenciones, hace saber muy claramente que si Francisco aprueba el acuerdo tal cual está presentado hoy, la Iglesia sufrirá un cisma; no será el cardenal Zen quien se ponga al frente: pero cisma habrá.

San Pablo dice en una de sus epístolas, la Primera a los cristianos de Corinto, que “Dios elige a los débiles, para confundir a los fuertes”. ¡Qué ejemplo el del cardenal Zen, quien con sus 86 años a cuestas y una figura frágil tiene la valentía y las agallas de enfrentarse al poderoso aparato político-diplomático de la Santa Sede, frente a la traición en curso que está llevando a cabo al renegar de la lucha santa llevada a cabo por los católicos chinos frente a uno de los regímenes políticos más oprobiosos de los últimos siglos!

TODAVÍA NO HE LLEGADO A ENTENDER 
PARA QUÉ DIALOGAN CON CHINA

Respuesta a “Ecco perché dialoghiamo con la Cina”, la entrevista que Su Eminencia el cardenal Parolin concedió a Gianni Valente (es decir, la entrevista cocinada juntos entre los dos).

He leído muchas veces la entrevista, ahora la leo de nuevo (aunque la lectura me repugna) para poder hacer honestamente mis comentarios.

Estoy agradecido a su Eminencia porque ha reconocido que “es legítimo tener opiniones distintas”.

(1) Ante todo, se nota la insistencia con la que Su Eminencia afirma que su punto de vista y el propósito de sus actividades son de naturaleza pastoral, espiritual, evangélica y de fe, mientras que nuestro pensar y obrar es solamente en clave política.

Lo que vemos, en cambio, es que él adora la diplomacia de la Ostpolitik de su maestro Casaroli y desprecia la fe genuina de aquéllos que defienden con firmeza la Iglesia fundada por Jesús en los apóstoles, libre de toda injerencia del poder secular.

No puedo olvidar mi asombro al leer hace unos años un discurso suyo en L'Osservatore Romano, en el que describe a los héroes de la fe en los países centroeuropeos bajo el régimen comunista (cardenal Wyszynsky, cardenal Mindszenty y cardenal Beran, aunque sin nombrarlos) como "gladiadores", "gente que se opuso sistemáticamente al gobierno y ávida de aparecer en el escenario político".

(2) Se nota también la repetida mención de su compasión por el sufrimiento de nuestros hermanos en China. ¡Pero las suyas son lágrimas de cocodrilo! ¿De qué sufrimiento habla? Sabe muy bien que ellos no temen la pobreza, ni la limitación o privación de la libertad, ni tampoco la pérdida de la vida. Pero él no estima en absoluto todo esto (¡son "gladiadores"!)

También habla de las heridas todavía abiertas y que para curarlas pretende aplicar "el bálsamo de la misericordia". ¿Pero de qué heridas habla?

Hacia el final de la entrevista, en un momento dado dice: "francamente, voy a decir: también estoy convencido de que una parte de los sufrimientos experimentados por la Iglesia en China no se debe tanto a la voluntad de las personas individuales, sino a la complejidad objetiva de la situación".

Por lo tanto, él sabe muy bien que en la iglesia en China no se trata (si no raramente) de ofensas o de resentimientos personales, sino que todos son víctimas de la persecución por parte de un poder totalitario ateo. ¿Usar el bálsamo de la misericordia? Pero no hay ofensas personales que perdonar, sino que se trata de una esclavitud de la cual liberarse.

¿Misericordia para los perseguidores? ¿Para sus cómplices? ¿Premiar a los traidores? ¿Castigar a los fieles? ¿Forzar a un obispo legítimo a ceder el puesto a un excomulgado? ¿No es más bien poner sal en las heridas?

Volvamos a la "situación objetiva". El estado doloroso no fue creado por nosotros, sino por el régimen. Los comunistas quieren esclavizar a la Iglesia. Hay quienes rechazan esta esclavitud, hay quienes la padecen, lamentablemente también hay quienes la abrazan.

Frente a esta realidad, ¿es posible no hablar de "poder, resistencia, choque, compromiso, fracaso, rendición, traición"? Parolin quiere que hablemos de comunión y colaboración. ¿Pero hay condiciones? ¿Dónde nos unimos? ¿Cómo colaborar? Venimos a analizar las dos cosas fundamentales que hay que aclarar.

(3) ¿Cuál es la unidad que se quiere alcanzar?

a) Su Eminencia elogia a los católicos chinos y afirma que "no hay dos Iglesias católicas en China". Si no me equivoco, fui el primero en afirmarlo en una reunión del Sínodo de los Obispos, porque en ambas comunidades, en sus corazones, los fieles son fieles al Papa (hoy con el aumento de los oportunistas en la comunidad administrada por el Gobierno ya no me atrevo a aplicar la afirmación a toda la iglesia en China).

Pero Parolin no puede negar que, por el momento, hay dos comunidades con dos estructuras basadas en dos principios diferentes, opuestas entre sí. Una estructura está fundada en el principio del primado de Pedro, sobre el cual Jesús estableció su Iglesia, la otra estructura está impuesta por un gobierno ateo decidido a crear una Iglesia cismático sujeta a su poder.

b) eliminar esta división y rehacer la unidad debe ser el deseo de cada católico, pero no con un golpe de esponja, mucho menos manipulando la carta del papa Benedicto [XVI].

En la carta del Papa emérito está este párrafo (8.10): "Algunos de ellos, no queriendo someterse a un control indebido ejercido sobre la vida de la Iglesia y deseosos de mantener su plena fidelidad al Sucesor de Pedro y a la doctrina católica, se han visto obligados a recibir la consagración clandestinamente. La clandestinidad no está contemplada en la normalidad de la vida de la Iglesia, y la historia enseña que Pastores y fieles han recurrido a ella sólo con el doloroso deseo de mantener integra la propia fe y de no aceptar injerencias de organismos estatales en lo que atañe a la intimidad de la vida de la iglesia". 

El padre Jeroom Heyndricks, citando fuera de contexto la frase "no está contemplada en la normalidad de la vida de la Iglesia" tomó como misión difundir la voz en toda China (donde gozó de gran libertad de movimiento): ahora no debe haber más comunidad clandestina, todos deben salir al aire libre, es decir, pasar a formar parte de la comunidad sujeta al gobierno.

En la Comisión para la Iglesia en China hemos señalado este gran error, pero tanto la Secretaría de Estado como la Congregación para la Evangelización de los Pueblos han ignorado esta advertencia, obviamente apoyaron la idea del padre Heyndricks.

Sólo después de dos años, cuando este error ya había hecho un daño inmenso, pudimos poner en el volumen Compendiun algunas notas que tratan de distinguir la reconciliación de los corazones de la unidad en las estructuras.

c) Parolin dice que no se debe "mantener un conflicto perpetuo entre los principios y las estructuras opuestas". Pero obviamente esto no depende de nosotros solos, porque una de las dos estructuras está bajo el poder del gobierno, que la controla ya seguramente y no da ninguna señal para renunciar a ella.

El papa Benedicto XVI dice que el camino de la unidad "no es fácil y que no podrá lograrse de hoy a mañana" (6.,5, 6.6).

Pero nuestros diplomáticos quieren realizar rápidamente un milagro y acusan a los otros de "aferrarse al espíritu de oposición para condenar al hermano" y "usar el pasado como un pretexto para fomentar nuevos resentimientos y cierres" y "no estar dispuestos a perdonar, es decir, que defienden otros.

¡Qué crueles son estos reproches dirigidos a miembros fieles de la Iglesia, que durante largos años han sufrido todo tipo de privaciones y vejaciones por su fidelidad a la verdadera Iglesia!

Cuando la otra parte no tiene ninguna intención de respetar la naturaleza esencial de la Iglesia Católica y de nuestro lado se quiere llegar a una unificación a cualquier costo, sólo hay una opción posible: la de forzar a todos a entrar en la "jaula".

d) ¿Con la solución de la “jaula agrandada” se caminará juntos? ¿Un camino nuevo? ¿Con serenidad? ¿Con confianza? Se dice que será un camino gradual, pero suponemos que los planificadores tienen en mente ya cuál será el siguiente paso después de la legitimación de los ilegítimos. ¿Qué será de los Obispos legítimos según la ley de la Iglesia, pero no reconocidos por el gobierno [chino]? ¿Serán “aceptados”? ¿Es decir, serán admitidos también en la jaula? ¿Habrá finalmente “una” conferencia episcopal legítima? (¿Con el gobierno que tiene la llave de la jaula?)

Parolin y compañía reconocen que esta solución no es perfecta, que es un mal menor. Se puede soportar y sufrir un mal (daño), pero nunca se puede hacer un mal (pecado), por grande o pequeño que sea. Sufrir que otros crean una Iglesia cismática puede ser inevitable, pero no podemos ayudar a su creación.

Además, no hay que temer una iglesia cismática creada por el partido, se desvanecerá con la caída del régimen. ¡Por el contrario, será horrible una iglesia cismática con la bendición del Papa!

(4) Aclarada la naturaleza de la unidad a ser alcanzada, es fácil considerar el siguiente problema: ¿Cómo se hace para alcanzar esa unidad?

Con la reconciliación (ad intra) y con el diálogo (con el gobierno).

a) la reconciliación no será sin dificultad, pero es posible, porque sólo depende de nuestra buena voluntad, el diálogo con el gobierno es más difícil.

b) en Seúl, el papa Francisco había dicho: "La primera condición de un diálogo es la coherencia con la propia identidad".

Es una cuestión de honestidad, de justicia. Necesitamos saber y hacer saber dónde queremos llegar, es decir, según nuestra conciencia cuál será una buena conclusión del diálogo. En nuestro caso, es obviamente: "una verdadera libertad religiosa, la cual no sólo no perjudica, sino que favorece el verdadero bien de la Nación”.

¿Tendremos éxito en este diálogo? ¿Hay esperanza para el éxito? ¿Hay al menos un mínimo de fundamento en la situación actual, cuando el Partido Comunista chino es más poderoso y prepotente que nunca? Cuando, tanto sus acciones como sus pronunciamientos van en la dirección de un control más férreo de toda religión, pero de una manera especial de las llamadas "religiones extranjeras".

Los comunistas no sienten ni siquiera más la necesidad de salvar las apariencias. Las fotografías hacen ver que es el Estado quien administra la Iglesia Católica en China, la cual no es más católica sino china, cismática (es un funcionario del gobierno quien preside la reunión [siempre] conjunta de la Asociación Patriótica y de la llamada “conferencia episcopal”). Los Papas se abstienen de usar la palabra “cisma” por compasión para los que se encuentran en ella no por propia voluntad, sino bajo una presión muy grande.

Por lo que vemos, la Santa Sede está aceptando precisamente esta realidad inaceptable (¿está segura qué está obrando el bien de la Iglesia?).

Para ser verdadero, el diálogo debe partir de una posición de igualdad. No hay verdadero diálogo entre el carcelero y los prisioneros, entre el vencedor y los vencidos. Pero parece precisamente que los nuestros son los que parten de una posición de debilidad. Una fuente confiable dice que la delegación vaticana no pudo discutir el caso del obispo Santiago Zhi Min en manos del gobierno durante más de veinte años, porque ellos se negaron. Me parece que los nuestros deberían haber abandonado la mesa de negociaciones y volver a casa. Aceptar su rechazo equivale a ponerse de rodillas desde el principio.

Después de todo, no somos los vencidos. ¿Nuestros diplomáticos no saben que los fieles de la comunidad clandestina constituyeron, y tal vez todavía constituyen, la mayoría? ¿Que en diferentes lugares tienen iglesias y catedrales? ¿Que en la ciudad, donde obviamente no pueden tener iglesias, celebran Misas en casas privadas no perturbadas por las autoridades de seguridad pública que también están al tanto de todo? Lamentablemente, desde febrero del 2018 podemos esperar un control mucho más estricto por parte del gobierno sobre las actividades de estos hermanos nuestros, también porque el gobierno sabe que ahora tiene también el consentimiento de la Santa Sede.

Mientras sostiene la necesidad de diálogo hacia afuera con el gobierno, el Vaticano ha sofocado el diálogo en el interior de la Iglesia. Con un gesto sumamente grosero, liquidó sin decir nada la Pontificia Comisión para la Iglesia en China constituida por el papa Benedicto [XVI]. Se ha deshecho de la única voz china competente en el Vaticano, el arzobispo Savio, enviándolo como nuncio a Grecia. ¡Lejos de "encontrar la síntesis de la verdad"! ¡Lejos de "descubrir juntos el designio de Dios"! Ellos están seguros de "haber considerado adecuadamente todo".

5) Lo más repugnante que encuentro en toda la entrevista es la explotación deshonesta de las palabras de la carta del papa Benedicto, haciéndolo parecer como si él, Parolin, fuera un fiel partidario del Papa emérito, mientras que en realidad él y el entonces prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos han frustrado todos los esfuerzos del papa Ratzinger para traer de vuelta a la iglesia en China al camino correcto.

Al principio y al final de la entrevista hizo respectivamente dos citas.

a) en el capítulo 4, párrafo 7, el papa Benedicto dice: "no puede buscarse la solución de los problemas existentes a través de un conflicto permanente con las Autoridades civiles legítimas; al mismo tiempo, sin embargo, no es aceptable una docilidad a las mismas cuando interfieren indebidamente en materias que conciernen a la fe y la disciplina de la Iglesia".

b) en el párrafo 6 dijo: (citando Deus caritas est) "la Iglesia no puede y no debe ponerse en el lugar del Estado. Pero no puede ni debe permanecer al margen de la lucha por la justicia".

En ambas citas, Parolin ha explotado la primera mitad, dejando fuera la otra mitad, haciendo perder el equilibrio del pensamiento del papa Benedicto.

(6) Dadas las recientes controversias no puedo en esta ocasión dejar de clarificar mi relación con el papa Francisco, quien cada vez que lo encuentro me llena de ternura.

Es cierto que mis revelaciones de las conversaciones privadas pueden haberle causado vergüenza. Lo siento. Pero todavía estoy convencido de que hay una brecha entre el modo de pensar de Su Santidad y el modo de pensar de sus colaboradores, que tienen un buen juego para explotar el optimismo del Papa para perseguir sus fines. Hasta que se pruebe lo contrario, estoy convencido de que he defendido el buen nombre del Papa de la responsabilidad de las equivocaciones de sus colaboradores y que he comunicado su aliento a mis hermanos en China, que se encuentran, como decimos allí, "en el fuego ardiente y en las aguas profundas”.

Si por casualidad un día se firma un mal acuerdo con China, obviamente con la aprobación del Papa, me retiraré en silencio a una “vida monástica”. Ciertamente como hijo de don Bosco, aunque indigno, no me haré jefe de una rebelión contra el Romano Pontífice, vicario de Cristo en la tierra.

Recemos por el papa Francisco: “que el Señor lo conserve, le dé fuerza, lo haga feliz y lo salve de las manos de sus enemigos”.

Publicado originalmente en italiano en oldyosef.hkdavc.com (blog del cardenal Joseph Zen)

Traducción de: José Arturo Quarracino

Schönborn parece no haberse leído el catecismo que redactó (Carlos Esteban)


Christoph Schönborn, cardenal Arzobispo de Viena

Informábamos el otro día de la contundente respuesta dada por el Cardenal Cordes a su colega el Arzobispo de Munich, Reinhard Marx, sobre la cuestión de las bendiciones clericales a uniones homosexuales, y si ayer se indignaba Cordes de lo que permitía Marx, hoy es el Cardenal Christoph Schönborn quien se indigna de la indignación sobre las palabras de Marx.

Schönborn, presidente de la Conferencia Episcopal Austriaca y portavoz papal sobre la exhortación Amoris Laetitia, no responde a Cordes, sino a su compatriota Andreas Laun, obispo auxiliar retirado de la Diócesis de Salzburgo, que rechazó en parecidos términos la sugerencia de Marx, y lo hace en Kathpress, la agencia de noticias de la Conferencia que controla el propio Schönborn.

“El ‘matrimonio paritario’ nos plantea como Iglesia algunos retos para los que carecemos de fórmulas seguras”, escribe Schönborn. “Tenemos que encontrar respuestas cautelosas a esas preguntas que tengan en cuenta la dignidad y la salvación de las almas”.

Uno pensaría que esas respuesta ya las tenemos, que están, negro sobre blanco, en el Catecismo de la Iglesia Católica, y que Schönborn tiene especiales razones para conocer mejor aún que cualquier fiel católico porque fue uno de los seis prelados encargados de redactarlo.

En la obra supervisada por Schönborn, que resume el Magisterio de la Iglesia y lo que todo católico debe creer, se califica a la tendencia homosexual de “intrínsicamente desordenada”, algo que no se oye mucho en boca de los prelados de hoy, antes al contrario, y en cuanto a la conducta homosexual no se ha sino recoger los abundantes testimonios de la Escritura y la Tradición que lo condenan sin paliativos: “La tradición catequética recuerda también que existen “pecados que claman al cielo”. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4)”.

Decía Chesterton que solo la Iglesia Católica libera al hombre de la degradante esclavitud de ser hijo de su tiempo, y si bien es cierto en términos absolutos, no elimina en la jerarquía eclesial la tentación de congraciarse con el mundo y seguir sus efímeras modas ideológicas.

Y apenas hay en nuestro tiempo una presión ideológica que rivalice en intensidad y fuerza a la que se ejerce para que se considere la homosexualidad, y por ende las relaciones homosexuales, como moralmente iguales, si no superiores, a las estadísticamente normales y únicas capaces de engendrar vida.

Decir que, al menos en Occidente, la media de nuestros purpurados no parece mostrar una especial inclinación al martirio es quedarse muy corto, y sería más preciso consignar su afán por caer bien al mundo o, como poco, no ‘hacer olas’ en temas polémicos como éste, más pegajosos que la pez.

Así, llama la atención que todo un cardenal, presidente además de una conferencia episcopal, tome la pluma para reprender a un colega que expresa la opinión sancionada hace no tantos años por el propio cardenal mientras calla sobre la escandalosa propuesta de Marx. La excusa es una analogía cuestionable con los campos de concentración que usa Laun para explicar que no siempre son respetables las decisiones de los poderosos.

Pero para Schönborn no parece demasiado problema pasar de ese “intrínsicamente desordenado” del catecismo a encontrar “elementos positivos” en las uniones de personas del mismo sexo, como declaró en 2015. “Podemos y debemos respetar la decisión de formar una unión con una persona del mismo sexo y encontrar modos en las leyes civiles de proteger su convivencia en común con leyes que aseguren tal protección”, declaraba entonces.

Debe de ser el famoso ‘discernimiento’, que parece llevar siempre a conclusiones en la misma dirección. Como celebraba el Arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, la Iglesia y el Mundo, interpretado por la ONU, caminan por fin en una misma dirección.

Carlos Esteban

Entrevista al padre Buzzi (Fsspx): “El único futuro posible para la Iglesia es la Tradición”



Durante algunos años militó en las filas de Allenza Cattolica. Más tarde, en 1972, conoció a monseñor Lefebvre e ingresó en el seminario de Ecône. En esta entrevista en exclusiva, el sacerdote de la Hermandad Sacerdotal San Pío X habla entre otros puntos de la reconciliación doctrinal con el Vaticano.

¿Qué separa todavía la comunidad San Pío X de la Iglesia Católica?

Conviene precisar que no hay nada que separe la Hermandad San Pío X de la Iglesia Católica. Estamos unidos a ella y nunca nos separamos a pesar de los desacuerdos con las autoridades eclesiásticas. Ahora bien, esos desacuerdos no tuvieron su origen en nosotros. Monseñor Lefebvre siempre decía que lo condenaban por aquello por lo que antes lo elogiaban los papas, en particular Pío XII. Es Roma la que ha cambiado y se ha alejado con el Concilio Vaticano II de la tradición secular de la Iglesia. Se podría resumir afirmando que lo que nos separa de Roma son problemas doctrinales graves y fundamentales.

Un párroco católico me dijo en una ocasión: «Muchos hablan de cisma, pero no tienen el nivel teológico de un Marcel Lefebvre». ¿Es cierto?

Hay muchos que critican o condenan a la Hermandad San Pío X sin conocerla y sin entender los graves motivos que la colocaron en una posición de hostilidad con respecto a las autoridad eclesiásticas. Hoy en día, muchos –tanto sacerdotes como laicos– empiezan a preguntarse qué está pasando en la Iglesia, y se están dando cuenta de que aquellos a los que durante muchos años se les ha colgado el sambenito de cismáticos son tal vez los que se han mantenido más fieles a la Iglesia Católica y, paradójicamente, más fieles al papado. Monseñor Lefebvre quiso que en nuestros seminarios se estudiase la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino y otros textos clásicos de teología. No le quepa duda de que para nosotros ha supuesto una gran gracia de Dios adquirir una formación tan profunda y tan sólida.

¿Qué opinión tienen del papa Francisco?

Para nosotros el papa Francisco no es ni mejor ni peor que otros papas conciliares y posconciliares. Trabaja en la misma obra que inició Juan XXIII, la autodemolición de la Iglesia Católica con vistas a construir otra que se ajuste al espíritu liberal del mundo. Le digo más: el pontífice actual no es tan responsable como lo fue Pablo VI, que hizo el Concilio, lo terminó y llevó a cabo todas las reformas. Pues bien: en todo eso está la raíz de la gravísima crisis a la que asistimos en la Iglesia. Es indudable que los gestos y las palabras de Francisco parecen más graves que los de sus predecesores, pero no lo son. Actualmente el efecto mediático tiene más resonancia que antes. En sustancia, sin embargo, los actos de Pablo VI fueron mucho más graves que los de Francisco.

Pero parece que Bergoglio ha dado algunos pasos positivos con relación a ustedes?

Desde luego no ha dado ningún paso hacia el acercamiento con nosotros. Con todo, nos considera una realidad de las periferias, y nos beneficiamos por tanto de su benevolencia. Cuando era cardenal en Buenos Aires, uno de nuestros sacerdotes le llevó la biografía de nuestro fundador para que la leyera. La leyó, y quedó hondamente impresionado. Es posible que ello haya contribuido a su actitud benévola hacia nosotros. Ahora bien, muchos se preguntan por qué no ha sido tan benévolo con los Franciscanos de la Inmaculada, que estaban abrazando resueltamente la tradición católica. Al contrario, en este caso, faltando a la misericordia, los ha tratado con extrema dureza y severidad.

Muchos los consideran a ustedes extremistas de la fe.

Tenga en cuenta que la fe es una virtud teologal, y una virtud teologal puede aumentar hasta el infinito, porque tiene por objeto al propio Dios; no hay, por tanto, límites para la fe. En este sentido, ser extremistas sería una virtud. Teniendo esto presente, le puedo citar las palabras de Nuestro Señor cuando dijo, por ejemplo, «quien no está conmigo está contra Mí», o lo que dijo San Pedro de que no hay otro nombre que nos pueda salvar que el de Jesucristo. Dígame usted si le parecen palabras extremistas. Y si tenemos también en cuenta a los mártires, que prefirieron morir antes que traicionar la fe, ¿cómo los juzgaremos? ¿Los calificaremos de extremistas? Yo diría que se está perdiendo el sentido de la fe.

¿Qué opinión le merece el debate doctrinal en torno a Amoris laetitia?

Al hacerme esta pregunta me obliga a repetirme. Si por un lado han sido dignas de elogio las numerosas iniciativas para corregir dicho documento y defender la familia cristiana indisoluble y sacralizada por un sacramento, el verdadero problema viene de más atrás. ¿Sabe usted dónde hunde sus raíces Amoris laetitia? Las encontramos en un documento del Concilio, Gaudium et spes. Así pues, como le decía, la horrorosa crisis que atraviesa la Iglesia se remonta al Concilio Vaticano II, que se podría decir que es su ADN. Si en lugar de Gaudium et Spes se hubiera publicado la encíclica de Pío XI Casti connubii, ¿cree que tendríamos ahora la catastrófica Amoris laetitia? A mí me parece que no.

¿Y qué me dice de la rehabilitación de Lutero?

¿Qué quiere que le diga? Rehabilitar al mayor heresiarca de todos los tiempos, a quien volvió laica toda la religión cristiana, a quien hizo perder pueblos enteros a la Iglesia, es un suicidio doctrinal y una falsedad histórica. La rehabilitación de Lutero es parte de la utopía ecuménica de los últimos cincuenta años. Utopía que lleva a los católicos a una apostasía que ya no es silenciosa sino ensordecedora. Aconsejo leer un libro que se acaba de publicar sobre el tema: Il vero volto di Lutero (el verdadero rostro de Lutero), escrito por un sacerdote de nuestra congregación que enseña eclesiología en el seminario de Ecône. Al leerlo se comprende lo absurdo de esta pretendida rehabilitación.

¿Ve posible una futura reconciliación doctrinal con el Vaticano?

No soy profeta. Esperamos que se consiga, más que nada por el bien de tantas almas que corren el riesgo de perderse por la eternidad. Pero, si me lo permite, me gustaría decirle lo que podemos hacer actualmente para contribuir al triunfo de la Tradición de la Iglesia. Nosotros mismos, todo católico, los obispos, sacerdotes y fieles, debemos volver a la Tradición católica de siempre, y nadie debe temer que vaya a sentir que actúa contra la autoridad de la Iglesia. Porque en realidad no es oponerse a ella; todo lo contrario: es la manera más eficaz de ayudar a entender que hay que volver a la Tradición, porque la Santa Iglesia no tiene otro futuro.

(Traducido por J.E.F. Artículo original)

Scholar stumps Cardinal Cupich, asks if Pope’s ‘paradigm shift’ means ‘radical’ doctrinal change


Blase Joseph Cupich, Arzobispo Metropolitano de Chicago

CAMBRIDGE, England, February 15, 2018 (LifeSiteNews) – A respected Catholic historian and philosopher challenged Cardinal Blase Cupich during a lecture last week about Pope’ Francis so-called “revolution of mercy” that has caused what many are defending as a “paradigm shift” in Catholic practice.

Professor John Rist, after listening to a February 9 lecture at Cambridge University in which Cardinal Cupich praised Pope Francis’ “paradigm shift” in Catholic practice, asked the Cardinal at the end of the lecture why Pope Francis “mercilessly” insults and eliminates his doctrinal opponents.

Rist asked the Cardinal:

Your Eminence, In view of your account of the sunny, caring and holistic features of Pope Francis’ revolution of mercy – described disturbingly by the leaflet for this meeting and by your Eminence as a ‘paradigm shift’ in the presentation of Catholicism – and of the Pope’s call for free and frank discussion of his challenging proposals and policies, I would like to ask why Pope Francis acts so mercilessly in insulting and eliminating doctrinal opponents: 
Cardinal Burke removed from the leadership of the Roman Rota;
Three loyal priests from the CDF dismissed without explanation, followed by the abrupt termination of Cardinal Mueller himself;The denial of a Cardinal’s hat to the much loved champion of the unborn, Archbishop Chaput;The removal of most of the original members of the Academy for Life;The apparent selling-down the river of Cardinal Pell, who may have been framed;And more recently the banishment from Rome of the Professor of Patristics at the Lateran and editor of the challenging book Remaining in the Truth of Christ;
The list goes on and on, but I stop there to ask again whether harsh actions of this sort — combined with the well-documented rigging of the Synod on the Family — indicate that the Pope’s 'paradigm shift' should be recognized as an attempt — under cover of offering solutions to genuine social problems in Western society — to impose on the Church radical changes of doctrine, developed not by laity but largely in Germany by a group of relativist Hegelian theologians?

Cupich sidestepped away from the question, replying that those who have such concerns should ask themselves: “Do we really believe that the Spirit is no longer guiding the Church?” reported the Catholic Herald.

The professor said after the event that if he had been given the chance to reply, he would have told the Cardinal that “the Church is indeed guided by the Holy Spirit, via good Catholic souls such as Cardinal Burke and many others.”

Rist is a Professor of Classics Emeritus at the University of Toronto and now holds a Chair in Philosophy at the Catholic University of America in Washington, D.C. A native of the United Kingdom, Rist is a life member of Clare Hall, Cambridge University. He is also a convert to Catholicism from agnosticism, thanks to his study of Plato, the Gospels and other ancient texts.

Rist, whose career as a philosopher and a classicist spans fifty years and three continents, has written 16 scholarly books and over a hundred journal articles on ancient and Christian philosophy or the Gospels. He also contributed to Remaining in the Truth of Christ, the defense of Catholic teaching that was "intercepted” at the Synod on the Family"

Rist told LifeSiteNews that he regards the Francis papacy as a “disaster.”

“I regard this papacy as a disaster and Bergoglio as possibly — because of his tampering with established doctrine — as possibly the worst pope we have ever had”,  he said.

“Cupich's attempt to defend him [at Cambridge] was itself dependent on mis representations, the evading of legitimate questions, and in at least one case — that of my charge of the Synod on the Family being rigged — of downright lying. I was teaching in Rome at the time, and contributed to Remaining in the Truth of Christ, so I know about what happened firsthand”, he added.

The professor said that one of the principal difficulties in the Church today is when people confuse the Church with the person of the Pope.

"One of the basic problems we have is that too many Catholics (and others) confuse the pope with the Church,” he said. “Cupich tried to play that card by suggesting that Amoris Laetitia — even in the Acta Apostolicae Sedis — is de fide [i.e. doctrine that must be believed], which it manifestly is not.”

Rist suggested that Pope Francis is not doing his job well.

“It is the function of the Pope to provide unity in the Church by scrutinizing new ideas to see if they are compatible with the inherited regula fidei [rule of faith],” the professor continued. “Instead of unity Pope Francis has caused massive confusion and division – and many sad clergy are afraid of being sanctioned if they speak out.”

As have many others before him, Rist compared the challenges posed by Francis’ innovations to the crisis of faith in the fourth century.

“The whole thing amounts to a heresy on the scale of the Arian heresy,” he stated. “That took some 60 years to wort out. I fear that this set of moral heresies may last even longer.”

Dorothy Cummings McLean

Francisco tiene problemas para manejar la crítica




El diario Corriere della Sera publicó el 15 de febrero extractos de las conversaciones que el papa Francisco tuvo en Chile y Perú con jesuitas locales.

Francisco les dijo que él considera las críticas contra sus movimientos controvertidos como un “malentendido” o como algo que él ignora. Acusa a sus críticos de “relativizar y aguar el Concilio [Vaticano Segundo]”, un insulto estándar utilizado por los ultras liberales en los ‘70’ y en los ’80' contra los que ellos perciben como sus enemigos.

En vez de considerar los problemas que su liderazgo controvertido ha creado, Francisco afirma que “es normal que haya resistencia cuando alguien quiere hacer cambios”. Éste es un argumento [típico] del hombre de paja, porque el problema no son los “cambios”, sino la ideología liberal de Francisco que ha provocado efectos desastrosos en todos los lugares de la Iglesia donde fueron aplicados.

En vez de enfrentar las críticas, Francisco prefiere ignorarlas: “por salud mental no leo las páginas web de esta llamada ‘resistencia’”.

Es incapaz de enfrentarse a los problemas sin personalizarlos: “alguna resistencia proviene de las personas que creen que tienen la doctrina verdadera y te acusa de ser un hereje”. En vez de tratar con argumentos, Francisco prefiere "rezar" por quienes señalan sus errores.

La receta universal para Francisco es el “discernimiento”. Para él, significa que no hay una distinción clara entre lo correcto y lo erróneo. Habla despectivamente de una mentalidad “puedes o no puedes” o “hasta aquí puedes ir y hasta aquí no puedes ir”. Con esa forma de pensar es ciertamente difícil comprender que, por ejemplo, el abuso sexual y otros pecados son siempre erróneos.


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A este respecto es interesante leer el artículo de Fra Cristóforo de título " Punto de reflexión: Bergoglio no lee los sitios web que lo acusan de herejía" de Fra Cristoforo ... y que copio a continuación:


Estas son sus palabras [las de Francisco]:
"Para la salud mental, no leo los sitios web de esta llamada" resistencia ". Sé quién soy, conozco los grupos, pero no los leo, solo por mi salud mental ... Algunas resistencias provienen de personas que creen que tienen la verdadera doctrina y te acusan de ser un hereje. Cuando en estas personas (por lo que dicen o escriben) no encuentro bondad espiritual, simplemente rezo por ellos "  

Es evidente que ni siquiera existe el problema de ser un hereje.

Sobre el hecho de que Bergoglio sabe "quiénes somos", tal vez pueda conocer a algunos de ellos, pero ciertamente NO SABE QUIÉNES SOMOS. 

Tal es el caso de un cardenal que quiere bendecir a las "parejas homosexuales"


o, tal vez, de quien, en su nombre, premia a los traidores y castiga a los que son fieles a la Iglesia Católica


Sin duda sería mucho mejor ...

Fra Cristoforo


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Y puede ser completado por varios artículos de Secretum Meum Mihi, relacionados con este mismo tema. Hago un enlace a algunos:


"Por higiene mental", solamente se aceptan aplausos. Atte: La Administración


Selección por José Martí