La carta del Papa emérito en apoyo de Francisco se ha revelado en realidad como una operación mediática gestionada por el Prefecto de la Secretaría para las Comunicaciones, monseñor Viganò, inmediatamente desenmascarada.
Si éste es el “dominus” de la comunicación en el Vaticano, entonces es bueno que el papa Francisco comience a preocuparse seriamente. Obviamente, estamos hablando de monseñor Dario Edoardo Viganò, poderoso Prefecto de la Secretaría para la Comunicación, quien está manejando como un calcetín a todos los medios de comunicación de la Santa Sede para hacer una eficientísima maquinaria de guerra con más armas de fuego enfocadas sobre el mismo objetivo.
Ahora bien, para el quinto aniversario del pontificado de Francisco, monseñor Viganò había preparado un gran golpe de escena: una carta de Benedicto XVI que exalta la profundidad teológica de Francisco y subraya la continuidad con su pontificado. De hecho, el golpe llegó: ayer todos los diarios informaron con gran énfasis la noticia de Benedicto XVI que fustigaba a los detractores del papa Bergoglio.
La carta fue presentada por Vatican News (el nuevo portal vaticano creado por monseñor Viganò) como una «contribución» que Benedicto XVI «ha querido dar» para testimoniar «la unidad interior espiritual de los dos pontificados». Se trata de una carta, dice siempre Vatican News, recibida por monseñor Viganò en ocasión de la presentación de la colección ‘La Teologia di Papa Francesco’, 11 opúsculos editados por la Libreria Editrice Vaticana (LEV), en los que diferentes teólogos de todas partes del mundo interpretan las líneas teológicas de este pontificado.
En el transcurso de la conferencia de prensa Viganò leyó los pasajes centrales de esta carta, que indudablemente han impactado: «Aplaudo esta iniciativa – escribe Benedicto XVI – que quiere oponerse y reaccionar contra el tonto prejuicio, según el cual el papa Francisco sería solamente un hombre práctico privado de particular formación teológica o filosófica, mientras que yo habría sido únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual». Y después dice también: «Los opúsculos muestran, con razón, que el papa Francisco es un hombre de una profunda formación filosófica y teológica, y por eso ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, con todas las diferencias de estilo y de temperamento».
Todo esto fue suficiente para desencadenar el entusiasmo de los diarios laicos y de los habituales ”guardianes de la revolución”, con consejos de triunfalismo como así también por los tweets del padre Antonio Spadaro, director de Civiltà Cattolica, que obviamente no perdió la oportunidad para burlarse una vez más de los cardenales de las Dubia.
De hecho, muchos han notado la singularidad del mensaje tanto por el estilo – muy diferente de otras intervenciones del Papa emérito – como por los contenidos, aunque su importancia es mucho menos perturbadora de cuanto se ha hecho creer.
Pero he aquí que ayer, el blog de Sandro Magister publica la carta íntegra de Benedicto XVI (nunca aparecida en Vatican News) y entonces se supo que monseñor Viganò había escondidos dos detalles decisivos para invertir el significado de la carta.
El primero, respecto a las circunstancias del mensaje: la carta está fechada el 7 de febrero (hace más de un mes) y el papa Benedicto está respondiendo a monseñor Viganò, quien el anterior 12 de enero le había enviado los 11 opúsculos pidiéndole una contribución teológica. Se trata, entonces, de una carta de cortesía que no tiene nada que ver con la voluntad de decir lo suyo en apoyo de Francisco en el quinto aniversario de su pontificado.
Pero el segundo detalle es todavía más sorprendente: Viganò en realidad citó dos párrafos de la carta, omitiendo el tercero que sigue inmediatamente después y que, refiriéndose precisamente a los 11 opúsculos recibidos, dice así:
«Pero no me siento a escribir sobre ellos una breve y densa página teológica, porque en toda mi vida ha sido siempre claro que he escrito y me he expresado solamente sobre libros que había leído verdaderamente. Lamentablemente, aunque sólo por razones físicas, no estoy en condiciones de leer los once opúsculos en un futuro próximo, por cuanto me esperan otros compromisos que ya he asumido».
En síntesis: Viganò escribe a Benedicto XVI para arrancarle una «densa página teológica» e insertarla como trofeo en la presentación de la colección. Y el Papa emérito, con su estilo humilde y vagamente irónico, le manda a decir “no, gracias. Muy amable, pero tengo cosas más importantes que hacer que leer estas contribuciones (que ya desde el índice no deben haberle parecido particularmente atrayentes) y escribir a mi vez un ensayo». Una puerta cerrada en la cara que, de todos modos, Viganò buscó utilizarla según la finalidad originaria.
De hecho, las frases citadas por él en la conferencia de prensa dan aparentemente una impresión de fuerte apoyo al pontificado de Francisco por parte de Ratzinger, pero casi seguramente, si pudiéramos leer la carta que monseñor Viganò envió a Benedicto XVI el 12 de enero, comprenderíamos mejor el sentido. En estos casos, en realidad, es bastante usual que el interpelado responda cortésmente, retomando frases y conceptos de su interlocutor.
En todo caso, cualesquiera sean las declaraciones oficiales, que la discontinuidad del pontificado de Francisco respecto al de su predecesor va más allá del estilo y temperamento solamente un ciego no puede no notarlo, como diría el llorado cardenal Carlo Caffarra. De todos modos, no es éste el lugar para desarrollar este juicio.
Aquí se quiere notar la torpeza y la idiotez de ciertas operaciones mediáticas: seguramente los grandes medios de comunicación no se corregirán y dejarán en sus lectores y oyentes la sensación de un papa Benedicto testimonial del papa Francisco. A ellos hoy les va bien así.
Pero queda el hecho de que ahora los periodistas que se ocupan de la Iglesia saben que tienen que vérselas con un responsable de la comunicación vaticana que no tiene escrúpulos en manipular las informaciones para obtener el efecto mediático querido. Y esto podrá crear muchas situaciones embarazosas, al Papa y a la Iglesia.
Publicado originalmente en italiano el 14 de marzo de 2018, en:
www.lanuovabq.it/it/benedetto-xvi-f…
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
Riccardo Cascioli