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Aunque hay un comunicado del Vaticano en el que se desmiente que el Papa dijera exactamente esas palabras, todo el mundo sabe que una idea puede expresarse de diferentes modos, siendo la misma idea.
Scalfari, por otra parte, aunque tiene ahora 93 años, no padece de demencia senil y tiene la suficiente memoria como para reproducir todo un diálogo con el Papa Francisco. Por ejemplo, el que publicó en la Reppublica el 1 de octubre de 2013, sobre una entrevista que mantuvo con el papa Francisco el 24 de septiembre de 2013. Dicha entrevista fue publicada el mismo 1 de octubre en la página web del Vaticano, en L'Osservatore Romano, lo que indica que era bastante fiel al contenido de lo que Scalfari habló con Francisco.
No hubo ningún desmentido al respecto, durante mes y medio, hasta el 15 de noviembre en que la quitaron (Ver aquí). Pero luego volvieron a colocarla de nuevo (ver aquí)
Por lo tanto, no tiene mucho sentido decir que Scalfari no recuerde el contenido de la conversación que tuvo con Francisco, aunque lo haya expresado con otras palabras. ¿Qué más da? Y aún tiene menos sentido cuando se trata de un tema de trascendental importancia, cual es la existencia del infierno. ¿No va a recordar Scalfari algo tan simple como una afirmación o una negación acerca de lo que dijo el papa sobre la existencia del infierno?
[Eso es muy difícil de creer. Además este asunto ya había sido tratado anteriormente, en octubre del pasado año 2017, aunque no de un modo tan especial como ahora. Léase el artículo de One Peter Five, titulado: ¿El papa Francisco y el arzobispo Paglia creen que el infierno no existe?]
Téngase en cuenta, además, que el periódico la Reppublica posee un gran reconocimiento. Y no le interesan las fake-news, contra las que el Papa habló no hace mucho. un prestigio tan grande ... y dado que no sólo no ha desmentido esta noticia, sino que Scalfari ha insistido en que él recuerda que eso fue lo que dijo el Papa ... una de dos: o el Papa miente o Scalfari miente.
Scalfari niega explícitamente que haya mentido y se reafirma en lo dicho (no creo que se juegue su prestigio diciendo mentiras, aun cuando no haya usado grabadoras). En cambio, en el Vaticano hay tan solo un desmentido, que no es tal, pues en él no se dice nada. Únicamente que "esas no fueron las palabras que Francisco utilizó".
De manera que si el Vaticano no afirma expresamente la existencia del infierno ... y no responde a las nuevas y reiteradas afirmaciones de Scalfari, ¿cómo se puede interpretar ese silencio del Papa y, además, en una cuestión tan importante?
Conociendo a Francisco, y cómo nos tiene acostumbrados a no responder y a que sean otros los que se dediquen a interpretar lo que dijo o dejó de decir o quería decir en realidad, etc ... tal silencio no es de extrañar. Pero ... claro: ¡actuando así está dándole la razón a Scalfari! De paso, siembra la confusión entre los creyentes (y también entre los no creyentes). El refrán "el que calla, otorga" cobra aquí una especial relevancia.
La confusión es aún mayor debido a que el Papa, en otras ocasiones, ha dicho que el infierno sí existe, como se oye y se ve en el vídeo de arriba, aunque, dicho sea de paso -y según dicho vídeo- al infierno sólo irían los corruptos que no se arrepientan ... como si la corrupción fuese el único pecado contra el Espíritu que no se perdona (cierto que es un pecado muy grave, pero hay muchísimos otros pecados, igualmente graves, que tampoco se perdonan si el sujeto en cuestión no se arrepiente de ellos).
En definitiva, nos encontramos con que la misma persona que dice: El infierno sí existe (aunque sólo sea para los corruptos impenitentes) dice también (al no desmentirlo) que el infierno no existe. Imposible conciliar ambas afirmaciones, atribuidas al Papa Francisco.
Ahora bien: la existencia del infierno es un dogma de fe y, de negarla, el Papa cometería una herejía ... He ahí la razón del "desmentido" del Vaticano, para curarse en salud. Pero en realidad de verdad no se desmiente nada en dicho comunicado, pues en él no se afirma con total claridad -como sería de esperar- que el infierno no exista ... sólo se dice que "esas palabras que aparecen en el periódico La Reppublica no coinciden con las que dijo el Papa". Sinceramente, yo sólo veo aquí una tomadura de pelo, por no hacer uso de palabras mayores. Porque resulta que ese "comunicado" nos deja igual ... o peor. Igual de perplejos (a los que ya lo estén) ... y peor en lo que concierne a lo que el Papa realmente cree ... pues eso es lo que verdaderamente importa. Pero no: mutismo absoluto.
Hay una solución muy sencilla a este dilema ... y es que el Papa hable ... y se defina con toda claridad, sin subterfugios. Si no lo hace -y debería de haberlo hecho ya- si permanece en silencio no está haciendo otra cosa que dar la razón a lo que Scalfari ha afirmado en su periódico que ha dicho Francisco. ESO NO ES, NI MÁS NI MENOS, QUE UNA PROCLAMACIÓN DE HEREJÍA ... solapada, subrepticia, informal, ... ¡Llámese como se quiera! ... El cambio de palabras no afecta a la realidad.
Evidentemente, se trata de una situación muy grave, dado que de ser así -como parece- tendríamos ahora mismo como Papa a un hereje, dado que niega (de un modo u otro) algunos de los dogmas que la Iglesia ha establecido desde siempre. De persistir en su herejía (y, en mi opinión, el callar es un modo de hacerlo) dejaría automáticamente de ser Papa, dado que estaría negando las afirmaciones del fundador de la Iglesia, que es Jesucristo.
La existencia del infierno -la entendamos mejor o peor- no puede ser puesta en duda por un católico, puesto que dejaría de serlo. Sobre dicha existencia del infierno hay infinidad de citas bíblicas, de las que tomaré sólo dos, como muestra: una es de San Mateo, quien dice que al fin del mundo ... "el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que apartarán de su reino todos los escándalos y a quienes obran la maldad, y los arrojarán al horno de fuego: allí habrá llanto y rechinar de dientes" (Mt 13, 41-42).
Y la segunda cita es del Apocalipsis: "Esto dijo el que estaba sentado sobre el trono: ... los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Ap 21, 8).
La Biblia es Palabra de Dios ... y, como tal, nadie (y menos aún el Papa, que tiene la obligación de confirmar en la fe a sus hermanos) puede cambiarla. Así dice Jesús en el Apocalipsis: "Yo aseguro a todo el que oiga las palabras de la profecía de este libro: si alguien añade algo a esto, Dios enviará sobre él las plagas descritas en este libro; y si alguien sustrae alguna palabra a la profecía de este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, que se describen en este libro" (Ap 22, 18-19)
Concluyendo: dada la trascendencia de este tema, sobre la pretendida (o real) afirmación papal en relación a la existencia del infierno ... sería realmente necesaria (y no sólo conveniente) una declaración clara, inequívoca y directa del Papa a este respecto.
Tal declaración tendría que salir a relucir en todos los medios que sacaron a la luz la conocida noticia. A consecuencia de ello, Scalfari tendría que desmentir sus palabras acerca de lo que el Papa dijo. Y deberían emprenderse acciones legales contra él por calumnia y difamación.Si eso no ocurre (y es lo más probable que no ocurra, dada la trayectoria de Francisco durante estos cinco años de Pontificado), entonces el Cisma formal [pues el cisma real ya existe] es cuestión ya de poco tiempo.
Y Francisco habría sido profético cuando dijo: ‘No descartaría que pase a la historia como el Papa que dividió a la Iglesia Católica'
¡Ojalá que Dios iluminara al Papa, en este sentido (si él se deja, claro está) y desapareciera ya -de una vez- la confusión y la conmoción que se ha producido, en todo el mundo, a raíz de esa "conversación" entre Francisco y Scalfari que, para más INRI, se produjo el 29 de marzo, día de Jueves Santo, uno de los días más importantes del año litúrgico en donde se conmemora la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio, que son los pilares fundamentales de nuestra Fe, junto al amor fraterno.
Pero, en fin: Dios proveerá. ¡De eso podemos estar seguros!
José Martí