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lunes, 28 de mayo de 2018

FRANCISCO ANTE EL REFERENDUM SOBRE EL ABORTO DE IRLANDA



Video mensaje de Francisco a Irlanda ante el referéndum sobre el aborto del 25 de mayo de 2018.


Duración: 10 segundos

Su boca otra vez se mantuvo cerrada…en Irlanda sólo se oyó a los grillos. 

Ahora es oficial: la nación que una vez fue católica, Irlanda, votó para derogar su octava enmienda constitucional y “legalizar” el aborto. No se puede imaginar cuántos niños no nacidos serán arrancados del hábitat natural del útero de sus madres a causa de esta decisión.

¿Qué dijo el Papa Francisco al respecto? Puede averiguarlo haciendo clic en el video de arriba. Adelante, hágalo, solo dura diez segundos. Directamente, para decirlo alto y claro : el hombre que se entremete en todas las discusiones y cuya lengua nunca deja de parlar no tiene nada que decir sobre el referéndum sobre el aborto en Irlanda. Los grillos hacen más ruido sobre este caso que Jorge Bergoglio.

Desde el 13 de marzo de 2013, las mandíbulas de Bergoglio no han parado de moverse. Ningún evento u objetivo ha sido tan ajeno o trivial para el que Francisco no haya tenido que dar algún consejo, aliento o exhortación. Él ha enviado mensajes de video para las causas más irrelevantes (irrelevantes, al menos, con respecto al cargo que posee, el papado). Ha dirigido chats en vivo con niños de la Fundación Educativa Scholas Occurrentes y con astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional ; él ha hecho un video largo para la conferencia laica TED ; él ha hablado en defensa de los albinos perseguidos y maltratados en África ; ha dado innumerables entrevistas (cerca de 50), incluso a reporteros anticatólicos. En 2017, la cumbre secular del G20 obtuvo su ración de sabiduría del supuesto pontífice; el mismo Francisco tenía mucho que decir a los nadadores sobre su deporte “sólido” en agua “líquida” ; y cuando un psicoterapeuta necesitaba un prólogo para su libro sobre gemidos, Francisco estaba feliz de complacerlo. Ha condenado la deforestación en la región amazónica ; tuvo que meterse en las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2016; y no hay un solo migrante cruzando ilegalmente una frontera sin el apoyo franco de Francisco. El Papa, santo cielo, incluso envió un saludo en video a la competencia del Super Bowl de fútbol americano .

No nos engañemos: si Irlanda hubiera votado en un referéndum sobre las cuotas de migrantes, la calidad del agua del grifo o el acceso equitativo a la vivienda pública, Francisco habría estado hasta en la sopa. En los últimos meses él lo habría dado todo de sí mismo, haciendo mención de ello en innumerables homilías, discursos, entrevistas, audiencias, comentarios improvisados ​​a reporteros y un vídeomensaje al pueblo de Irlanda. 
Sin embargo, cuando se trata de un referéndum muy significativo que impacta directamente a los miembros más vulnerables de una nación que antaño se enorgullecía de ser católica, curiosamente Francisco no dispone de tiempo para hacer comentarios. 
A veces se hace la objeción de que Francisco ya ha condenado el aborto, como está registrado, calificándolo de cruel, inhumano, un crimen terrible, etc., y por lo tanto no había necesidad de que se dirigiera al pueblo de Irlanda para exhortarlo a votar en contra de la legalización del "aborto" porque ya se conoce su posición, y la de la Iglesia, sobre el aborto . 
Pero este argumento no se sostiene. Sí, por supuesto, Francisco ha condenado el aborto en el pasado, aunque con muy poca frecuencia cuando se lo compara con la cantidad de palabras que fluyen de su boca modernista. Sí, su posición es conocida. ¿Y qué?  
La posición de Francisco sobre las personas sin hogar, los pobres, los migrantes, los bosques y los ríos, la educación, el ecumenismo, los comedores populares y la mafia también es bien conocida, pero no deja de hablar de ello.
La pregunta no es si Francisco se opone al aborto o no. Por supuesto que sí , al menos oficialmente. Lo importante es saber si está haciendo todo lo que está a su alcance para quitar importancia al aborto. Él no está haciendo lo que podría y debería estar haciendo, mientras habla sobre tantos otros temas cuya importancia es mínima en comparación con la del aborto. ¿Qué madre o padre no querría recordarle a su hijo algunos elementos esenciales antes de tomar una decisión importante, excusándose porque “él ya lo sabe, porque ya se lo he dicho antes”?

Considere lo que Francisco pudo haber hecho
- Podría haber emitido una severa advertencia contra cualquiera que profese ser católico y vote a favor del aborto en el referéndum. 
- Pudo haber amenazado con severas penas eclesiásticas, incluyendo la excomunión y el interdicto, o promulgando la legislación necesaria en caso de que no esté ya en vigencia. 
- Podría haber alentado a la gente a ir a las urnas, no fuera que un gran mal, y con ello, el castigo de Dios, sobreviniera a esa nación, etc ...  
Hay muchas cosas que pudo haber hecho y que no hizo

En este punto, el silencio y la inacción de Francisco es ensordecedor, y es claro que es deliberado y calculado, revelando al mismo tiempo que este hombre realmente no se preocupa por el aborto, lo más mínimo , a pesar de sus protestas ocasionales – e incluso sus llamadas telefónicas – hablando en contrario
No es suficiente mirar lo que dice un hombre; también hay que mirar lo que hace, especialmente lo que hace habitualmente y comparar lo que dice con lo que hace y no hace con el fin de obtener una imagen real de lo que el hombre en realidad cree y representa.
Con toda su incesante charlatanería, las palabras ocasionales de Francisco contra el aborto están ahogadas por todo lo demás que dice, cosa que es completamente intencional. El objetivo a largo plazo es hacer que el Papa – porque el mundo lo percibe tal cual – sea una figura irrelevante en materia de fe o moral en las mentes de los hombres. Después de más de 5 años de Francisco, ¿quién no cree que el Papa es un bufón ridículo que nunca se calla? Esté de acuerdo con él cuando dice algo bueno; ignórelo cuando dice algo malo: ése es el principio en el que coinciden los modernistas y los “tradicionalistas” en la Iglesia del Vaticano II [aunque por razones diferentes]

La negativa de Francisco a hablar del referéndum sobre el aborto irlandés no está fuera de su carácter, en absoluto
- Recordemos su silencio ensordecedor con respecto al referéndum sobre el “matrimonio de homosexuales” en el mismo país hace tres años.  
- Recordemos su vergonzoso silencio con respecto al aborto cuando se reunió con la presidenta Dilma Rousseff de Brasil durante su gira por la JMJ de Río de Janeiro en 2013. 
- Y hace bien poco cuando Francisco ignoró totalmente, una vez más, la Marcha por la Vida que se tuvo delante de sus narices en Roma. Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos veces, la culpa es mía [por fiarme de tí]
Sin embargo, estamos dispuestos a hacer una predicción: Mañana, 27 de mayo Francisco “lamentará” los resultados del referéndum sobre el aborto en su alocución del Angelus. Porque entonces sus palabras ya no podrán influir, y la gente podrá señalar sus palabras y decir: “Mira, sí que le importa”.

Así es como funciona el juego.


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NOTA 1. En la predicción que hizo el autor de este artículo se equivocó, pues en su alocución del Ángelus ... Francisco tampoco dijo nada, ni se lamentó de los resultados, como puede leerse en la página web del Vaticano, pinchando aquí

NOTA 2. El enlace al que remite este artículo es de un blog sedevacantista ... Sin embargo, lo que se dice en él es, básicamente, cierto. Por eso, la lectura de las palabras de san Pablo a los corintios: "Nada podemos contra la verdad sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 8) me ha llevado a incluirlo en este blog, pues la verdad es la verdad, la diga quien la diga

NOTA 3. He tenido en cuenta también estas otras palabras del apóstol Pablo: "Probadlo todo, quedaos con lo bueno" ( 1 Tes 5, 21). Por eso, me he permitido, con respecto al artículo original quitar las comillas de la palabra "Papa", omitir la expresión "antipapa" y sustituir la expresión original "que dice poseer" (con relación al papado) por "posee". 

NOTA 4. He cambiado el formato del escrito (tipo de letra, negritas, cursivas, etc...)


José Martí

EL INFIERNO (I) (Capitán Ryder)




Lo único bueno de los ataques de Francisco a la Fe es que se vuelve a hablar de temas, ciertamente importantes, que parecían enterrados para la mayoría de católicos.
Uno de ellos es el del infierno, el único examen que hay que aprobar en esta vida y del que muchos católicos dicen que no hay tal examen o, que de haberlo, ya está aprobado por todos.
Es una pena que tantos laicos, sacerdotes y obispos, incluido el de Roma, busquen respuestas donde no las hay, en las baratijas intelectuales tipo Paulo Coelho.

Porque ése es el problema, las respuestas las tenemos delante, sólo es necesario un poco de humildad, de la de verdad. Aceptar lo que Dios ha dispuesto aunque no lo entendamos. No queramos enmendarle la plana al Señor, ¡pobres criaturas como nosotros!.
Comenzamos una pequeña serie sobre el infierno de la mano de Monseñor Segur, siglo XIX. Un pequeño compendio, desde distintos ángulos, de lo que siempre ha creído y proclamado la Iglesia.
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Era el año 1837. Dos jóvenes subtenientes recién salidos del Colegio de Saint-Cir visitaban los monumentos y curiosidades de Paris. Habiendo entrado en la iglesia de la Asunción, cerca de las Tullerías, miraban los cuadros, las pinturas y otros detalles artísticos de aquella hermosa rotonda, sin que pensasen en orar. Cerca de un confesionario vio uno de ellos a un joven sacerdote con sobrepelliz, que oraba ante el Santísimo Sacramento.
  • Mira a ese cura, dice a su camarada, diríase que está esperando a alguno.
  • Tal vez a ti, responde el otro riendo.
  • ¡A mí! ¿y para qué?
  • ¿Quién sabe? Tal vez para confesarte.
  • ¿Para confesarme? Pues bien, ¿qué quieres apostar y voy a hacerlo?
  • ¡Tú! ¿ir a confesarte? ¡bah!
Y echóse a reír encogiéndose de hombros.
  • ¿Quieres apostar? Replica el joven oficial con ademán entre zumbón y decidido. Apostamos una buena comida con una botella de Champagne.
  • Va la comida y la botella. Te desafío a que no vas a meterte en la caja.
Apenas había concluido, cuando el otro, yendo a encontrar al joven sacerdote, hablóle una palabra al oído; y éste, levantándose, entra en el confesionario, mientras que el improvisado penitente echa sobre su camarada una mirada de triunfo y se arrodilla como para confesarse.
-¿Habrá descaro? Murmura el otro, y siéntase para ver lo que iba a pasar. Aguarda cinco, diez minutos, un cuarto de hora ¡Qué es lo que hace? Se pregunta con curiosidad algún tanto impaciente. ¿Qué es lo que puede decir tanto tiempo ha?
Por fin ábrase el confesionario, sale el sacerdote con animado y grave continente, y después de saludar al joven militar, entra en la sacristía. Habíase levantado también el oficial, colorado como un gallo, estirándose el bigote con aire aturdido, y haciendo a su amigo seña de que le siguiese para salir de la Iglesia.
  • Vamos, le dice aquél, ¿qué es lo que te ha pasado? ¿Sabes que has permanecido cerca de veinte minutos con el Cura? A fe mía he creído por un momento que te confesabas de veras. Has ganado la apuesta. ¿Quieres que sea esta tarde?
  • No respondía con malhumor el otro; hoy no, veremos otro día; tengo que hacer, he de dejarte.
Y estrechando la mano de su compañero, se alejó bruscamente con ademán meditabundo. ¿Qué había pasado entre el subteniente y el confesor? Helo aquí:
Apenas el confesor había abierto la ventanilla del confesionario, cuando por el ademán del joven comprendió que se trataba de una broma. Este había llevado su imprudencia hasta decir al acabar no sé qué frase: "¡La Religión! ¡la Confesión! ¡me burlo de ellas!".
El sacerdote era un hombre de corazón.
  • Mirad, querido caballero, le dice interrumpiéndole con dulzura; veo que lo que hacéis no anda muy conforme. Dejemos a un lado la confesión y, si os place, platiquemos un poco. Yo aprecio mucho a los militares y, por otra parte, me parecéis un joven bueno y amable. ¿Cuál es vuestro grado?.
El oficial empezaba a conocer que había hecho una tontería. Contento con hallar medio de salir del paso, contesta con finura:
  • No soy más que subteniente; acabo de salir de Saint-Cyr.
  • ¿Subteniente? ¿y continuaréis mucho tiempo de subteniente?
  • No lo sé; dos, tres, cuatro años tal vez.
  • ¿Y después?
  • ¿Después? Pasaré a teniente.
  • ¿Y después?
  • ¿Después? Seré capitán.
  • ¿Capitán? ¿A qué edad se puede ser capitán?
  • Si me favorece la suerte, dice sonriendo el joven, puedo ser capitán a los veintiocho o veintinueve años.
  • ¿Y después?
  • ¡Oh! Después esa carrera es difícil; se continúa siendo capitán por largo tiempo. Más tarde se asciende a comandante; después a teniente coronel; después a coronel.
  • ¡Y bien! Heos aquí coronel a los cuarenta o cuarenta y dos años. ¿Y después de esto?
  • ¿Después? Pasaré a brigadier, y después a general.
  • ¿Y después?
  • ¿Después? Ya no hay más que el bastón de mariscal; pero no son tan altas mis pretensiones.
  • Está bien, ¿pero no os casaréis?
  • Sin duda, cuando sea oficial superior.
  • Enhorabuena. Heos aquí casado, oficial superior, general, quizás mariscal de Francia. ¿Quién sabe? ... ¿Y después, caballero?, añadió con autoridad el sacerdote.
  • ¿Después? ¿después? Replicó el oficial algo turbado; a fe mía no sé lo que sucederá después.
  • Ved cuán singular es esto; dice entonces el sacerdote en tono más y más grave. Sabéis lo que sucederá hasta entonces y no sabéis lo que ocurrirá después. Pues bien, yo lo sé y voy a decíroslo: después, caballero, después moriréis: después de vuestra muerte compareceréis delante de Dios y seréis juzgado, y si continuáis haciendo lo que habéis hecho, seréis condenado, iréis al fuego eterno del infierno. ¡He aquí lo qué pasará después!
Y como el joven atolondrado, disgustado de este final, pareciese que quería levantarse:
  • Un instante caballero, añadió el cura: tengo que deciros aún una palabra: Sois hombre de honor, ¿no es verdad? Yo también lo soy: acabáis de faltarme gravemente; me debéis una reparación. Os la pido y exijo en nombre del honor: por otra parte es muy sencilla. Vais a adarme vuestra palabra de que durante ocho días, cada noche antes de acostaros, os arrodillaréis y diréis en alta voz: “Un día moriré, me río. Después de mi muerte seré juzgado, pero me río. Después de juzgado seré condenado, pero me río. Iré al fuego eterno del infierno, pero me río”. Nada más. Pero vais a darme vuestra palabra de honor de no faltar a eso, ¿no es así?
Más y más fastidiado, queriendo a toda costa salir de aquel mal paso, el subteniente lo había prometido todo, y el buen sacerdote lo había despedido con dulzura, añadiendo:
  • No necesito deciros, mi querido amigo, que os perdono de todo corazón. Si alguna vez puedo prestaros algún servicio, me encontraréis siempre aquí, en este mismo lugar; pero no olvidéis la palabra empeñada.
El joven oficial comió solo, y estaba manifiestamente inquieto. Por la noche, al momento de acostarse, vaciló un poco, mas había empeñado su palabra, y se decidió.
“Moriré, seré juzgado, iré quizás al infierno…”No tuvo valor para añadir: me río”.
Pasáronse así algunos días. Su penitencia le venía sin cesar a la memoria, y parecía que resonaba en sus oídos.
No había transcurrido la semana, cuando volvía, pero solo, a la iglesia de la Asunción, se confesaba de verás y salía del confesionario con el rostro bañado en lágrimas y la alegría en el corazón.
Se me ha asegurado después que ha sido un digno y fervoroso cristiano.
El pensamiento serio del infierno había obrado, con la gracia de Dios, la transformación. Pues bien, lo que ha hecho en el espíritu de ese joven oficial, ¿Por qué no había de hacerlo en el suyo, amigo lector? Es menester, pues, reflexionarlo bien de una vez.
Es menester reflexionarlo; es ésta una cuestión personal, si las hay, y profundamente temible; debes confesarlo: se presenta delante de cada uno de nosotros, y de buen o mal grado exige una solución positiva.
Vamos, pues, si te parece bien, a examinar juntos, breve, pero seriamente, dos cosas: Primera, si hay verdaderamente infierno; y segunda, qué es el infierno. Apelo aquí únicamente a tu buena fe y a tu lealtad.
Monseñor Segur
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Capitán Ryder
Nota: Es necesario redoblar las oraciones por la Iglesia y su Vicario. Es, ciertamente, incomprensible el juego de Francisco

Noticias varias 28 de mayo de 2018 (Un cardenal con hijos, Obispos alemanes, Concilio Vaticano II, ideología de género, lobby-gay en la Iglesia, Jesucristo Rey, políticos irlandeses, Aborto en Irlanda, Marxismo, ...)



Adelante la Fe

Arzobispo de Ottawa ve desconcertante que el Papa diga a obispos alemanes que es aceptable cualquier cosa que decidan

Lecturas CXIII: Imprescindible sobre el Concilio Vaticano II y más ( se refiere al libro de De Mattei)

ESCÁNDALO: Francisco nombra Cardenal a Obispo “casado” y con hijos

Infovaticana

Katholisches

El papa Francisco se entromete en la vida de las monjas de clausura



La instrucción vaticana Cor orans, publicada el 15 de mayo, que contiene instrucciones para la vida de las monjas de clausura, es “la muerte” y “el final de la vida monástica contemplativa”.

Ésta es la declaración de una anónima monja carmelita del Nuevo Rito que escribe el 27 de mayo en RemnantNewspaper.com.

El documento pide la elección de abadesas federales o “presidentes” que supervisen los monasterios federados. Introduce programas compartidos de formación inicial para postulantes y novicias, cursos de formación permanente para monjas profesas y financiamientos interconectados.

Esto significa que se suprime la autonomía de los monasterios y se elimina la autoridad de la superiora. Los monasterios individuales ya no son financieramente independientes y las peculiaridades de cada casa no tienen derecho a existir.


La monja comenta: “No hay opciones en este documento, no hay elecciones, no hay recursos. Esto es lo que se nos está haciendo”.


Noticias varias 27 de mayo de 2018: Irlanda convertida en un país genocida de niños inocentes



Life Site News

Irlanda vota para legalizar el aborto: 'una tragedia de proporciones históricas'

National Catholic Register

Irlanda vota para derogar Prohibición del Aborto

La Nuova Bussola Quotidiana

Crux

Irlanda desdichada (Bruno Moreno)

Irlanda: "Ésta es la democracia en acción" (Luis Fernando Perez)


El pueblo irlandés ha decidido sumarse de forma más clara y rotunda a la apostasía de Occidente. Ya lo hizo al aprobar el “matrimonio” homosexual y lo ha vuelto a hacer al retirar de su constitución la clásula que defendía del derecho a nacer de los hijos de los irlandeses.
Resulta interesante analizar cómo han dado la noticia los cuatro periódicos más importantes de España. Así, de esa manera, describe El País lo que ocurrió ayer en Irlanda. 
“La contundencia del resultado, 66,4% frente a 33,6%, supone una histórica victoria de la Irlanda joven y cosmopolita. La victoria representa un nuevo avance para el feminismo global, cuyos millones de ojos estaban puestos desde hace días en este país de apenas 4,7 millones de habitantes, en busca de más inercia para una ola que se antoja imparable. Y entraña, por último, una aparatosa derrota de las poderosas fuerzas ultraconservadoras globales, que habían volcado sus recursos en defender el último fortín del catolicismo más reaccionario“.
Así lo cuenta El Mundo.
“Hemos hecho historia. Esta la democracia en acción", recalcó Leo Varadkar, el Primer Ministro irlandés de 39 años, hijo de inmigrantes indios y abiertamente gay, a la hora de destacar el profundo cambio social experimentado por Irlanda, que hace apenas tres años se pronunció a favor de los matrimonios homosexuales en un consulta popular y con la misma y abrumadora diferencia.
Así el Abc.
«Lo que hemos visto hoy es la culminación de una revolución silenciosa que está teniendo lugar en Irlanda desde hace diez o veinte años. Ha sido un gran ejercicio de democracia y el pueblo ha hablado», dijo el primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar
El apoyo de los ciudadanos ha sido transversal. Una encuesta a pie de urna de la televisión pública irlandesa RTE reveló que, por partidos el «sí» ha sido también la opción más votada: 74,9% en el gobernante Fine Gael, 74,5% en el nacionalista Sinn Féin, y 80,3% en el Partido Laborista. Solo en el conservador Fiana Fáil fue minoría, con el 49,7%. Su líder, Michéal Martin, se puso de lado del Gobierno pero la mayoría de sus diputados estaban en contra o no se pronunciaron.
Así La Razón:
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha destacado que tras el referéndum, Irlanda tendrá “una constitución moderna para un país moderno".
A los que han votado ‘No’, Varadkar les ha asegurado que Irlanda “es el mismo país que la semana pasada, solo que un poco más amable, un poco más tolerante y un poco más moral”.
Al tipo de El País habrá que recordarle que Polonia es también un bastión del catolicismo en Europa. Pero eso es casi lo de menos. Se le nota feliz al muchacho. Conseguir que los hospitales irlandeses sean un campo de extermino de los no nacidos es, para él, una derrota del catolicismo. Pues muy bien. 
En cuanto al primer ministro irlandés, el “democristiano” gay y abortista, ha conseguido pasar a la historia como el principal responsable de la mayor matanza de irlandeses, que se va a poner en marcha enseguida. A eso le llama ser un país “más moral".
En todo caso, seamos claros, ¿a alguien le sorprende este resultado? A mí no. La descristianización de Europa lleva necesariamente aparejada la desaparición de los últimos vestigos de la civilización cristiana. Mientras que algunos en la Iglesia Católica y todos los de las “iglesias” protestantes históricas han competido para ver quién hablaba mejor del gran destructor de la Cristiandad, Lutero; mientras católicos y protestantes compiten para ver quién es más laudatorio del sistema democrático liberal, incompatible con dicha Cristiandad, la inmensa mayoría de los europeos han vuelto la espalda a Dios, a Cristo, y a cualquier cosa que sea o parezca Iglesia de Cristo.
La Europa que se libró del totalitarismo nazi, fascista y comunista, se ha entregado en brazos del totalitarismo democrático, ese por el cual una mayoría puede decidir que un ser humano no tiene derecho a nacer. Ese por el cual se considera matrimonio algo que es una aberración a los ojos de Dios -eso dice la Biblia-. Ese por el cual los padres no tienen derecho alguno sobre sus hijos si el Leviatán estatal así lo considera. Ahí tienen los casos de Charlie Gard y Alfie Evans, modelo de eutanasia impuesta. Ahí tienen la imposición de la ideología de género. Ahí tienen… etc.
¿Y la Iglesia qué? Pues miren, algo empezó a cambiar cuando en el discurso de inauguración del último concilio ecuménico, San Juan XXIII dijo esto. Fue un jueves, 11 de octubre de 1962:
Siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que renovando condenas. No es que falten doctrinas falaces, opiniones y conceptos peligrosos, que precisa prevenir y disipar; pero se hallan tan en evidente contradicción con la recta norma de la honestidad, y han dado frutos tan perniciosos, que ya los hombres, aun por sí solos, están propensos a condenarlos, singularmente aquellas costumbres de vida que desprecian a Dios y a su ley, la excesiva confianza en los progresos de la técnica, el bienestar fundado exclusivamente sobre las comodidades de la vida. Cada día se convencen más de que la dignidad de la persona humana, así como su perfección y las consiguientes obligaciones, es asunto de suma importancia.
¿Y bien? Lo que Juan XXIII empezó hace más de 50 años, lo que continuó con la renuncia a la unidad católica para servir a la falsa idea del sano laicismo, es lo que Francisco -que no ha dicho una sola palabra sobre el referéndum irlandés ni sobre lo que pasa con el aborto en Argentina- está completando. Esa “misericordia” es la de Amoris Laetitia. Es el nuevo paradigma. Y pocos, muy pocos, alzan la voz. Y los que la alzan, son despreciados, insultados, acusados de fariseísmo, de fundamentalismo, de ser profetas de calamidades. Y además, se les manda callar… a veces con la “excusa” de que pone en peligro la unidad de la Iglesia o con la de no escandalizar a los débiles en la fe. Como si la unidad en el error fuera algo deseable. Como si los débiles en la fe no fueran, precisamente, las principales víctimas de lo que ven nuestros ojos.
Cuéntanos, Señor, entre tus elegidos. Danos fortaleza para ser testigos tuyos. Concédenos el don de la perseverancia final. 
Santidad o muerte.
Maranata.
Luis Fernando Pérez Bustamante

Irlanda desdichada (Bruno Moreno)



Escribo con gran dolor por lo que ha sucedido en Irlanda. Ya sé que la desoladora historia de las últimas décadas nos ha acostumbrado a este tipo de cosas. Uno a uno, los países han ido dando cabida a las mayores inmoralidades, que resultaban inimaginables hace unos pocos años. Incluso estamos acostumbrados a la tibieza de las más altas jerarquías católicas en estos asuntos. En ese sentido, podría mirarse con resignación el caso de Irlanda como uno más entre muchos, nada que no hayamos visto antes, especialmente en los países tradicionalmente católicos. Horrible, sí, pero una horripilancia casi rutinaria ya.
Hay varios factores, sin embargo, que hacen de la caída irlandesa un caso especialmente doloroso. En primer lugar, esta vez ni siquiera existe la excusa de que haya sido obra de políticos sinvergüenzas y amorales, como en tantos otros países. Por una “aplastante” mayoría, han sido los irlandeses de a pie los que han querido dar su sello de aprobación a una abominación como el aborto provocado. Caiga su sangre sobre nosotros y nuestros hijos, parecen haber proclamado orgullosamente con su voto.
También resulta terrible que esa mayoría haya sido mucho mayor aún entre los más jóvenes, entre los que casi hay unanimidad a favor del aborto. Irónicamente, si el aborto hubiera sido legal en las últimas décadas, cientos de miles de esos jóvenes no habrían nacido. Por otro lado, eso también significa que, si Dios no lo remedia, el futuro se anuncia aún más negro.
Por último, me resulta particularmente doloroso el carácter blasfemo del asunto, al tratarse de una constitución que comienza así:  En nombre de la Santísima Trinidad, de quien procede toda autoridad y a quien, como nuestro fin, deben referirse todas las acciones de los hombres y los Estados… Desde hoy, los irlandeses consideran que pueden afirmar que actúan en nombre de Dios y a la vez acabar violentamente con la vida de sus hijos inocentes. Al pecado se une la hipocresía, para eliminar cualquier posible resto de inocencia.
¿Qué pensará San Patricio, el gran patrono de Irlanda, que dedicó su vida a evangelizar a los paganos irlandeses? ¿Qué pensarán los demás santos de Irlanda, que son numerosísimos y que cristianizaron media Europa? Si en el cielo se pudiera sufrir, sufrirían inmensamente al ver en qué ha quedado todo aquello por lo que trabajaron.
¿Cuál será el efecto de todo esto? El inevitable, me temo: la destrucción del país. Cuando se vulneran pública, gravísima y orgullosamente las más básicas leyes morales, la disolución de la sociedad está cercana. No hay vuelta de hoja. ¿De verdad se cree alguien que uno puede asesinar a niños inocentes y seguir después con su vida, como si nada? ¿Alguien cree que es una casualidad que Occidente en pleno lleve décadas y décadas en un camino que, obviamente, lleva hacia el suicidio colectivo? Todo eso aun reconociendo la fe y la labor de los buenos católicos que se han opuesto a la barbarie del aborto, pero que claramente se ven impotentes para detener la caída de su país hacia el abismo.
Nuestros países, incluida mi pobre España, han destruido casi por completo los cimientos sobre los que está construida nuestra civilización y los han sustituido por el espejismo de lo políticamente correcto, que cambia cada vez más deprisa y sobre el que no podría construirse ni un chiringuito de playa. No hace falta ser un genio para saber qué va a ocurrir: caerá la lluvia, crecerán los ríos, soplarán los vientos y golpearán contra la casa. Y la casa se derrumbará, porque está construida sobre arena.
Quizá surja una nueva cristiandad en África o en Asia, cuando Occidente esté muerto y enterrado. Si es que el Señor no viene antes. Miserere nobis, Domine, miserere nobis.

Irlanda desdichada

¿Qué te ha pasado, pobre Irlanda desdichada,
isla hermosa de sabios y de santos?
Cuando abrazaste, infiel, estos espantos
tanta belleza al fin se quedó en nada.
Retorna la serpiente desterrada
y sucumbes de nuevo a sus encantos.
¿No quiebran tus entrañas tantos llantos?
¿Quieres muerte? Tendrás muerte colmada.
Pronto cosecharás lo que has sembrado,
pues si a tus mismos hijos asesinas,
ellos te pagarán del mismo grado.
Tus campos cubrirán cardos y espinas,
tu nombre con desdén será olvidado,
tus casas nada más que viejas ruinas.

Bruno Moreno