Tenemos que resaltar que el caso Viganò no es noticia tanto por su protagonista como, sobre todo, por su contenido. No es algo que pasará como si tal cosa sino que nos acompañará por mucho tiempo y marca un antes y un después en el pontificado.
Por ahora no tenemos muchas novedades, pero el tema sigue vivo y las desacreditaciones al autor no han conseguido distraer la atención sobre la gravedad de su contenido que sigue sin ser desmentido.
La iglesia de los Estados Unidos está pasando por momentos de gran tensión y crecen las peticiones de claridad y transparencia tan prometidas y, por ahora, jamás vistas.
Se habla de escándalo y creemos que no es así. Estamos hablando de un testimonio y, como tal, lo importante es que contiene gravísimas acusaciones: ése es el verdadero escándalo.
Los juegos malabares pueden distraer la atención por un tiempo, pero no anular la fuerza de los argumentos contenidos. Ya estamos cansados de viejas estrategias de manual que lo único que hacen es que la justicia civil tome la iniciativa y terminemos con otro “nos hemos equivocado”.
Después de Chile y Australia seguimos sin aprender. Recomendamos vivamente la lectura del artículo de Francisco José Contreras.
El futuro de la iglesia puede pasar por Estados Unidos. El Papa Francisco en persona ha reconocido que las cosas no se han hecho bien, pero algunos defensores quieren incluso cambiar las palabras del pontífice y demostrarnos que la vigilancia se ha ejercido con maestría, negando la evidencia.
Specola