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viernes, 9 de noviembre de 2018

James Martin: El Papa nombra obispos ‘gay-friendly’ para cambiar la Iglesia sobre los LGBTI (Carlos Esteban)



El jesuita americano James Martin ha declarado en un encuentro de su orden que el Papa Francisco ha elegido deliberadamente obispos homosexualistas para cambiar la actitud de la Iglesia hacia la homosexualidad.

“… Basta ver lo que ha pasado en los últimos cinco años, desde que Francisco fue nombrado Papa”, señala el padre James Martin en su intervención en el curso del encuentro jesuita Ignatian Family Teach-in for Justice 2018 que se celebra en la capital estadounidense. “Para empezar, los comentarios del Papa Francisco sobre sobre la gente LGBT como “¿Quién soy yo para juzgar?”. Sus cinco palabras más famosas fueron en respuesta a preguntas sobre personas gays, ¿no es cierto? Es el primer Papa, ya saben, en pronunciar la palabra ‘gay’ en una frase”.

Martin sigue a continuación elaborando sobre este, su tema obsesivo, tratando de demostrar a partir de los hechos, palabras y decisiones del Santo Padre que todo apunta a un cambio en la actitud de la Iglesia ante las relaciones homosexuales. 
“Tiene amigos gays, ha hablado de cómo quiere que los gays se sientan acogidos en la Iglesia. Eso es mucho. Además, ha nombrado obispos y arzobispos y cardenales proLGBT, como el cardenal Tobin, arzobispo de Newark que, por ejemplo, celebro una ‘Misa de Acogida’ para los católicos LGBT en su catedral. Eso es una tendencia”.
Una tendencia que Martin juzga “imparable”, animando a sus oyentes a que se identifiquen como ‘católicos LGBT’ para contribuir al cambio. El jesuita también citó como prueba de este cambio el reciente sínodo, supuestamente centrado en la juventud, al que considera “un gran paso hacia adelante”. 

“La semana pasada, por ejemplo, en el Sínodo de la Juventud en el Vaticano, estaban reunidos obispos y expertos de todo el mundo … para hablar sobre los jóvenes. Y se discutieron las cuestiones LGBT más abiertamente que en ningún sínodo anterior”.

“En su documento final, los delegados del sínodo hablaron sobre un acompañamiento a las personas LGBT, sobre escucharles y reconocer la labor de mucha gente en la Iglesia que atiende a esta comunidad”, asegura Martin, aun lamentando que se eludieran las siglas en el texto a causa de, dijo, la oposición de alguna diócesis americana y, sobre todo, del África Subsahariana y la India. Pero, añadió, “en general, la Iglesia ha avanzado en estas cuestiones. La Iglesia está aprendidendo”.

La ‘Ecclesia Docens’ se convierte así en una ‘Ecclesia Discens’ en el discurso de Martin, que apela a sus oyentes para que enseñen a la Iglesia sobre “la experiencia transexual, sobre los estudiantes de género no binario”, y concluye: “Dios os ama, y vuestra Iglesia está aprendiendo a amaros”.

Ahora bien, si todo esto, si la idea de que el pontificado de Francisco y la jerarquía de la Iglesia Universal está avanzando hacia un cambio en la doctrina sobre la homosexualidad, lo desarrolla un comentarista tradicional o uno de esos recursos online que nunca recibirán la certificación oficial, la línea oficial habitual es que se trata de una absurda paranoia de quienes quieren ‘ensuciar’ la imagen del Papa reinante. Por otra parte, se puede alegar que Martin es solo un sacerdote como muchos que da su particular opinión, que no compromete en absoluto la opinión de Roma ni puede considerársele representativo.

Pero no es así. Martin es consultor para las comunicaciones vaticanas y, sobre todo, es un clérigo tenido en suficiente estima por Roma como para, además, haber sido el ponente estrella en el reciente Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Dublín, invitado por el obispo Kevin Farrell, responsable del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que prologó el más famoso libro del jesuita, ‘Building a bridge’.

Más curioso aún es que Martin, con las bendiciones de la Compañía de Jesús y, mientras no aparezca una nota condenándolo, la aprobación tácita de la jerarquía eclesiástica, coincida hasta un punto extraordinario con las denostadas tesis desarrolladas por el arzobispo Carlo María Viganò en su explosivo testimonio

En esencia, Viganò denuncia en su famoso texto una infiltración de prelados homosexualistas en la Iglesia, de los que da nombres, y lo que hace ahora Martin es confirmarlo. La única diferencia de peso, a nuestro entender, es que Martin lo celebra y Viganò lo deplora. En cuanto a la reacción de los ‘renovadores’ ante uno y otro testimonio de la deriva de la jerarquía no puede ser más opuesta, lo que resulta muy significativo.

Carlos Esteban

Tras las elecciones, el ‘referéndum’ financiero de los católicos americanos (Carlos Esteban)




Las elecciones intermedias han arrojado un resultado mejor de lo esperado para el presidente de Estados Unidos, pero ahora llega una situación no muy distinta para la jerarquía católica americana: el esfuerzo recaudatorio de donaciones para la Campaña Católica para el Desarrollo Humano, un equivalente a nuestro Domund, que será un verdadero referéndum práctico sobre lo que piensan los fieles de sus prelados.

Llega en noviembre en Estados Unidos, como todos los años, la colecta dominical que su conferencia episcopal destina a la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD), una de las más importantes en la iglesia del país, y este año promete convertirse en un verdadero ‘referéndum’ de los parroquianos sobre la gestión de sus prelados.

La Iglesia no es una democracia, ni debe serlo, pero siempre hay medios para que el ‘sensus fidelium‘, el sentir de los fieles, llegue a una jerarquía cada vez más alejada de su grey y más irresponsable en su gobierno. Uno bastante obvio es el dinero, votar con el bolsillo, igual que se hace en el mercado.

La Iglesia vive de lo que le dan los fieles, y estos no parecen especialmente contentos con las prioridades de su jerarquía tras la ola de escándalos de encubrimiento de abusos sexuales en el clero. Esta campaña puede, pues, decirnos bastante del sentimiento generalizado entre los feligreses. Y, a juzgar por las airadas respuestas que ha cosechado el anuncio desde la cuenta de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos en Twitter, los obispos deberían prepararse para los malos tiempos.

No es que no haya motivos para desconfiar de la CCHD por sí misma, siendo como es un reflejo de las prioridades ideológicas de los obispos norteamericanos. El periodista católico americano resume la opinión de no pocos cuando escribe en Twitter: “CCHD fue fundada por discípulos de Saul Alinsky, y ha sido desde el principio una empresa corrupta e izquierdista”. Alinsky fue un teórico de la subversión revolucionaria que habría de convertirse en inspirador del presidente Barak Obama.

Pero el asunto es más grave que un mero financiar mayoritariamente causas progresistas. Según denuncia el Lepanto Institute en un reciente informe, la CCHD financia, como ha hecho desde el principio, grupos proabortistas y proLGBTI. Durante cinco años consecutivos, de 2012 a 2017, la CCHD proporcionó un total de 280.000 dólares a la Community Alliance of Tenants (CAT), una organización radical implicada en la promoción de la homosexualidad y el aborto. Es dudoso que el feligrés que pone sus dólares en el platillo durante la misa tenga esta finalidad en mente. Y este dinero procede de todas las diócesis, en una campaña en la que la diócesis se queda con una cuarta parte de lo recaudado y deja en manos de la CCHD las tres cuartas partes restantes, para que la distribuya entre grupos como el citado.

O ACORN, un grupo de activistas políticos, poderosísima sociedad pantalla del Partido Demócrata, que tuvo que cerrar en 2010 después de que se hiciera público un vídeo escandaloso. Tras ese y otros escándalos relaciones con ACORN, la conferencia episcopal prometió reformar los criterios con los que la CCHD decidía sus donaciones, pero el informe del Lepanto Institute muestra que se ha hecho poco o nada en absoluto y todo ha quedado en un mero ejercicio de relaciones públicas.

La Iglesia americana ya le está viendo las orejas al lobo de la ruina, después de que algunos de los fondos católicos más poderosos anunciaran su intención de retener las donaciones a la Iglesia hasta que se aclarara satisfactoriamente la cuestión del encubrimiento de abusos. Otra poderosísima sociedad, la Papal Foundation, también parece seriamente perjudicada. Formada por grandes empresarios católicos, en su consejo se sentaban cardenales como McCarrick y estaba hasta esta semana pasada presidida por el ‘tocado’ cardenal Donald Wuerl, arzobispo dimisionario de Washington.

Ahora han puesto a su frente al cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston y responsable de la Comisión Pontificia de Protección a la Infancia, en un desesperado intento de recuperar credibilidad. Pero la Papal Foundation tuvo su propio escándalo, cuando el Papa solicitó una donación extraordinaria de 25 millones de dólares destinados a un instituto dermatológico romano acusado de malversación de fondos y blanqueo de dinero.

Pero ahora no se trata de la respuesta de los ricos, sino del donativo del común, del feligrés de a pie, y ya hay en marcha una campaña espontánea en redes -con la etiqueta #Sayno2cchd- para animar a los fieles a ‘castigar’ la deriva de la iglesia americana negándole el dinero en este esfuerzo de recogida de fondos.

Carlos Esteban

Noticias varias 6 al 9 de noviembre de 2018 (Jesuitas vs focolares, liturgia, mass media, Burke, Schneider, Viganò, Angelelli, ...)




LIFE SITE NEWS

CDL. Burke: Es 'diabólico' para la Iglesia acomodarse a sí misma a la cultura de la muerte

Alabama vota para mantener 'derechos de los no nacidos' en la constitución del estado


IL SETTIMO CIELO

Jesuitas contra Focolares. La beatificación de Chiara Lubich en suspenso

CATHOLIC FAMILY NEWS

San Francisco de Asís y la liturgia romana

ASIA NEWS

KATHOLISCHES

El conflicto entre Fokolares y jesuitas por la beatificación de Chiara Lubich

CORRESPONDENCIA ROMANA

De Mattei habla a los jóvenes: sólo hay una forma de ser feliz (Roberto De Mattei)


Países Bajos: sólo el 6% de los “católicos” asiste a la Misa dominical (Y en esto ha tenido mucho que ver el Concilio Vaticano II)

Llamado del almuédano y kadish judío en la catedral de Malinas

Cardenal Burke: ataques contra Viganò son “totalmente inapropiados”  en referencia a 


IPSI GLORIA

Andrea Tornielli afirma que McCarrick nunca tuvo relaciones homosexuales y… que a Angelelli lo asesinaron

Entre Mao y Perón


Selección por José Martí

Restricciones para Schneider, veto a Burke, presiones en torno a Viganò (Carlos Esteban)





Nada por escrito: esa parece ser la consigna de Roma para evitar problemas de imagen y, sobre todo, impedir toda posibilidad de apelación mientras restringe los movimientos de monseñor Athanasius Schneider, crea el vacío en torno al cardenal americano Leo Burke y presiona a los editores de Aldo Maria Valli para que no publiquen su libro sobre Viganò.
¿Tiene monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Astaná, en Kazijistán, restringida su libertad de movimientos por instrucciones de Roma? Eso afirma el veterano vaticanista Marco Tosatti en su blog Stilum Curiae, donde llega a hablar de ‘arresto domiciliario’.

Schneider es sobradamente conocido por los lectores de Infovaticana como uno de los más claros críticos de la confusión que reina en la Iglesia y, aunque siempre se ha mantenido respetuoso y obediente, ha hablado con valentía sobre cuestiones como el matrimonio, los sacramentos y la moral objetiva en una línea cada vez más alejada de los mensajes ambiguos que llegan de la Curia. Pero, lejos de ser elogiado por esa ‘parresía’, por esa libertad de juicio y opinión a la que a menudo ha animado Su Santidad, está siendo sometido a un paulatino ostracismo eclesial.

Según conoce Tosatti por fuentes cercanas al prelado, Schneider habría recibido la orden verbal del Vaticano para que restrinja sus viajes al extranjero, sin más explicaciones. Cada vez que Schneider quiera salir del país tendrá que pedir permiso al nuncio, que podrá negárselo sin dar explicaciones. La medida se habría tomado la primavera pasada, y se le ha comunicado por instrucciones del secretario de Estado, Pietro Parolin, a través del nuncio en Kazajistán, Francis Assisi Chullikatt. De viva voz, sin documento alguno que pudiera servir a Schneider para apelar, como tendría derecho ante cualquier medida que juzgue injusta, a la Congregación de los Obispos o al Tribunal de la Signatura Apostólica.

Más antigua es la restricción indirecta impuesta, una vez más verbalmente, sin un solo papel con el que se pueda demostrar o al que se pueda apelar, al cardenal americano Raymond Leo Burke. Cuenta el mismo Tosatti que Roma ha hecho llegar a los obispos americanos -una vez más, a través del nuncio- la ‘recomendación’ de que no inviten al cardenal, uno de los dos supervivientes de los cuatro que plantearon sus ‘Dudas’ sobre Amoris Laetitia al Papa, a sus diócesis, no frecuenten su compañía, ni aparezcan en eventos a los que asista el ‘disidente’. En una palabra, que le hagan el más absoluto vacío.
A diferencia de Viganò, estos dos prelados no han pedido nunca la abdicación del Papa ni han revelado secretos pontificios ni han llamado a una revuelta abierta contra la Curia: se han limitado a disentir de una línea pastoral que juzgan confusa y ambigua y solicitar respetuosamente aclaraciones.
En el caso de Burke, estas aclaraciones, referidas a determinados puntos del Capítulo VIII de la exhortación Amoris Laetitia que parecen contradecir la doctrina de la Iglesia en gravísimas cuestiones, se presentaron en la forma tradicional, como misiva firmada por cuatro cardenales en la que se planteaban ciertas preguntas sobre el modo en que había de entenderse la exhortación, las famosas Dubia. Su Santidad no sólo no respondió a la solicitud privada, sino que dio orden a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que guardase el mismo silencio. Los cardenales esperaron en vano la respuesta durante tres meses y sólo entonces la hicieron pública. El Papa mantuvo su silencio, y lo ha mantenido hasta hoy.

El mismo silencio que ha guardado ante las graves acusaciones contenidas en el Testimonio Viganò, en este caso un ‘silencio anunciado’ durante la rueda de prensa dada en el avión a su vuelta del Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Dublín en agosto. Pocos días más tarde, y tras alusiones obsesivas, pero oblicuas, al Gran Acusador en sus homilías de Santa Marta, el Vaticano anunció que estaba a punto de elaborar una respuesta a las acusaciones. Nunca más se supo, y seguimos sin la anunciada respuesta a principios de noviembre.

Pues bien, el periodista italiano Aldo Maria Valli, una de las personas con las que Viganò consultó la publicación de su testimonio, saca ahora al mercado un libro sobre el caso que publica la editorial Fede & Cultura que, según informa Church Militant, ha recibido fuertes presiones del Vaticano para que limite futuras ediciones del libro

Fede & Cultura confirmó a Church Militant estar sometidos a una “irresistible presión desde dentro de la Iglesia para no publicar nada que arroje una luz negativa sobre el Papa Francisco”. Todo, en fin, muy en la línea de la recomendación del pasado sínodo de que se cree un trasunto del viejo ‘Índice de Libros Prohibidos’ aplicado a Internet, un ‘sistema de certificación’ que ‘castigue’ a los blogs disidentes de la actual deriva ideológica de la Curia.
Carlos Esteban 

El cardenal Zen entregó nueva carta a Francisco advirtiéndole sobre China

Francisco, al Príncipe Federico de Dinamarca: “El medio ambiente es el reto más importante de nuestra era” (Carlos Esteban)



Con la Iglesia sumida en una profunda crisis, sorprende a muchos la obsesión del Papa Francisco por cuestiones ecológicas que no parecen ser de su particular competencia y que están muy alejadas de la misión principal, la salvación de las almas.

No es exactamente una proclamación ‘ex cathedra’ pero, tratándose de Su Santidad llama la atención que entregara un ejemplar de su encíclica Laudato Sì al príncipe heredero de Dinamarca, de visita en Roma, al tiempo que le decía que “el medio ambiente es el reto más importante de nuestro tiempo”, según Catholic News Service. 

¿En serio? ¿Para el sucesor de Pedro, para el Vicario de Cristo, en medio de una crisis de credibilidad a cuenta del encubrimiento de abusos clericales y cuando la fe desaparece a toda velocidad de las sociedades occidentales? ¿Es “más importante” el destino físico de un planeta que, en cualquier caso, está llamado a desaparecer, a diferencia de nuestras almas inmortales?
Quizá hablando con el heredero de una dinastía luterana puede tener sentido que, como jefe de Estado, haga referencia a cuestiones ajenas a la fe y busque un campo común, pese a que no puede ser ajeno al efecto que tienen sus palabras entre su grey, pero, entonces, ¿por qué le entrega una encíclica, es decir, un texto revestido de magisterio católico?

En estos momentos, su preocupación más acuciante parece ser el acceso al agua potable. Ha enviado a la Conferencia internacional sobre la gestión del agua que se celebra en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma un mensaje en el que dice que la falta de agua potable es “una vergüenza inmensa para la humanidad”.

Pero “la humanidad” no existe, no es un sujeto que pueda pecar, hacer el bien o ser redimido. De algún modo imagino que yo mismo estoy dentro de ese amplio colectivo, y debo reconocer avergonzado mi absoluta falta de vergüenza -no digamos ya de una vergüenza “inmensa”- ante la falta de acceso de agua potable en algunas partes del mundo. Puede indignarme, puede apenarme, pero no me puede hacer sentir avergonzado algo de lo que no soy deliberadamente responsable. ¿Quién lo es, por otra parte? ¿Sabe el Papa qué hay que hacer para paliar el problema, un asunto que se me antoja bastante técnico? Y si son este tipo de asuntos los que absorben su atención, ¿por qué no dedicarse a la política o al voluntariado en lugar de ingresar en el clero?

- Los católicos necesitamos un Papa, con urgencia. Necesitamos un Vicario de Cristo que cumpla la misión que Jesús mismo le encomendó de confirmar en la fe a sus hermanos. No sé si el mundo necesita un nuevo líder; lo dudo, porque es un puesto para el que ya hay demasiados aspirantes. Tampoco sé si Francisco sería la persona adecuada; lo que sé es que no ocupa el cargo adecuado para dirigir el mundo; su responsabilidad es otra, y afecta a las almas. A su destino eterno, en concreto.

- El mensaje inmediatamente anterior trataba, se suponía, de la Doctrina Social de la Iglesia, algo que ya se acerca bastante más a su mandato, aunque dudamos seriamente que sea el más urgente en estos momentos. Y, aun así, parecía más decidido a vender su particular línea ideológica de izquierdas que de aclarar lo que aclara el magisterio en esta materia. Hizo un apasionado llamamiento a un nuevo orden económico y ecológico mundial donde todos compartan los bienes de la Tierra, y no solo los exploten los ricos.

Y está muy bien, quién podría no desear eso. Pero los sistemas políticos que Su Santidad ha dado todos los indicios de preferir no logran eso, sino más bien una igualitaria distribución de la miseria. Expresar un deseo en el que cualquier persona decente puede coincidir no ayuda en absoluto a lograrlo.

Otro asunto que parece obsesionarle es el de la “murmuración”, ya saben, el Gran Acusador y todo eso. La murmuración es, naturalmente, un pecado, pero su insistencia resulta sospechosa cuando coincide con los escándalos que plagan su pontificado y a los que se niega resueltamente a dar respuesta. En su última homilía en Santa Marta volvió a denunciar a quienes “ensucian” la fama de los demás.
“¿Qué hace un gobierno dictatorial?”, se preguntaba retóricamente. “Tomar primero el control de los medios de comunicación con una ley y, a partir de ahí, empieza a murmurar, a ningunear a cualquiera que sea un peligro para el gobierno”. 
¿Les suena a algo? Desde luego, lo que suena es raro después de que el documento final del sínodo ‘recomendara’ crear un sistema de certificación para sitios católicos de información online, como el nuestro. ¿Tomar el control de los medios de comunicación?

Carlos Esteban