El 31 de diciembre, mientras todos se arrodillaban, el papa Francisco permaneció de pie frente al Santísimo Sacramento.
Ese día él canto las Vísperas en la Basílica de San Pedro. Antes del Te Deum para dar gracias por el 2018, se expuso el Santísimo Sacramento.
Francisco estuvo de pie durante veinte minutos frente a la Custodia, aunque frente a él había un reclinatorio. La liturgia católica prescribe que los fieles se arrodillen frente al Santísimo Sacramento. Un Papa no está por encima de la liturgia.
Se ha convertido en una conducta típica de Francisco no arrodillarse ni frente al Santísimo Sacramento ni doblar sus rodillas durante la Consagración.
Pero a él le gusta arrodillarse por los mártires anglicanos y doblar sus rodillas para lavar los pies de inmigrantes, prisioneros o travestis.