Los años pasaron, la Comisión Ecclesia Dei intervino y el sacerdote dispuesto a celebrar la Misa falleció.
Finalmente, cuarenta católicos tomaron las cosas en sus manos, comenzando a celebrar mensualmente la Misa según el Viejo Rito en una capilla privada. El nuevo obispo, monseñor Antonio Napolioni, de 61 años, la liquidó después de dos meses.
Una nueva iniciativa comenzó en enero de 2017, cuando los fieles informaron a Napolioni que habían encontrado una iglesia y un sacerdote dispuesto a celebrar la Misa. Napolioni rechazó su pedido.
En la primavera del 2018 otro sacerdote comenzó a celebrar la Misa según el Viejo Rito. Asistieron alrededor de 60 personas, la mayoría jóvenes. Pero en febrero de 2019 Napolioni la prohibió, contradiciendo el Motu Proprio Summorum Pontificium de Benedicto XVI.
Durante una reciente reunión parroquial, Napolioni declaró que él nunca permitirá la Misa según el Viejo Rito en su diócesis y que su decisión es apoyada por el Vaticano.
Ahora la última palabra es con el Vaticano.