No respetaron la tradición.
Después de escribir el artículo de ayer, me gustaría entender las diferentes posturas y reacciones que ha provocado la carta de Benedicto. No me interesa conocer qué opina la prensa secular y liberal, tampoco la prensa papólatra, pero sí me interesa la reacción de muchos que aporrean sin cesar a Francisco y critican la papolatría, pero que sin embargo ignoran y cierran los ojos al camino que nos ha llevado hasta aquí.
Cuando empecé a tirar del hilo, me hacían reflexionar muchas de las contestaciones que me daban ciertas personas.
Mi primera reflexión fue sobre la filosofía del personalismo de la que Juan Pablo II y Benedicto XVI eran víctimas o como les gusta separar a los que critican esta filosofía Woytila y Ratzinger eran víctimas . Recuerdo al primer sacerdote que se lo dije y me trató de ignorante, irreflexiva , le faltó poco para tacharme de loca. Este sacerdote se declaraba personalista y se le llenaba la boca hablando de Von Balthasar . Claramente me dí cuenta que estaba infectado.
La segunda reflexión fue sobre Maritain, ¿ Por qué tanta gente que conocía, que me parecía buena, que rezaba etc.. había perdido la fe en el reinado social de Cristo y eran liberales en lo social y en lo político? ¿ Por qué vivían tan a gusto en una democracia liberal que mataba miles de niños legalmente y sin embargo les horrorizaba el discurso de la confesionalidad del estado? ¿ Por qué cuando votaban no se planteaban ni una sola vez si el partido en cuestión toleraba o defendía el aborto? ¿ Por qué se escudaban siempre en el mal menor?
La tercera reflexión fue el tema del ecumenismo. Había leído la encíclica Mortalium animus y lo que hizo Juan Pablo II y Benedicto XVI en Asís, me pareció una aberración ¿ Por qué a mi alrededor a nadie le parecía una aberración y todos aplaudían? Saqué la siguiente conclusión: No pueden hablar del esplendor de la verdad si una encíclica como Mortalium animus que resplandece de verdad es pisoteada. ¿Cómo después de tirarla a la basura se puede hablar del esplendor de la verdad?
El esplendor de la Verdad es para todo, para la liturgia, para la libertad religiosa, para el reinado social, para el ecumenismo, para el tomismo. No podemos ir por el camino predicando unas cosas y haciendo otras.
Otra reflexión y no menos importante fue la papolatría. Lo impregnaba todo. Era una papolatría enfermiza. Como los papas eran personalistas, todos se hicieron personalistas, como defendían una concepción de la política y de la sociedad maritainenana, todos se volvieron maritaineanos.
Otra reflexión y no menos importante es el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí. Todo esto no se explica si no hay detrás una intencionalidad por parte de los capitanes del barco. ¿De verdad creemos que se quiso frenar todo? Yo no lo creo. Se quiso estar en misa y repicando . Se quiso estar con el mundo y contra el mundo. Se quiso coquetear con la modernidad sin ver que la Iglesia y la modernidad son incompatibles. Se quiso abrir la puerta al mundo , pensando que el humo de Satanás no se colaría . Se creyó que el mal desaparecería por sí solo sin presentar batallas.¡ Cuanta ingenuidad en mentes tan sabias e intelectuales!
Debo decir que lo que me ha llamado realmente la atención de la carta de Benedicto y que he tenido que leerlo un par de veces es cuando escribe: “Mis libros fueron escondidos, como si fueran mala literatura, y se leyeron solo bajo el escritorio”.
¿De verdad, realmente eso es “romper” el silencio? ¿Really?
Escribir una carta, echando la vista atrás, para decir entre otras cosas que sus libros no se leían y para agradecer a Francisco lo bien que lleva la barca de Pedro no creo que sea romper muchos silencios. Quizás sí acierte cuando habla de escandalizar a los pequeños porque llevan décadas ocultando la fe y predicando a los fieles sencillos lo que les ha interesado. El discurso de Benedicto no me convence porque como laico me considero víctima del cambio de paradigma que él entre otros quiso hacer en la Iglesia.
Todo lo que explica la carta ha sido denunciado y con mucha más valentía por Viganó, Roberto de Mattei, Thomas Weinandy y tantos blogs católicos. Decir que la ausencia de Dios y la homosexualidad son un problema no es romper muchos silencios. Eso lo dice hasta un psicoterapeuta.
Como ya les dije ayer me quedo con el testimonio de OnePeterfive