Más sacerdotes y eruditos están agregando su firma a la lista. Al 3 de mayo eran 61. Adicionalmente, más de 3.000 católicos respaldaron la Declaración en el sitio web change.org.
El medio de comunicación oligarca Reuters confrontó a un vocero vaticano, pero la famosa Iglesia del diálogo "no tenía comentario que hacer sobre la carta".
Es un patrón de conducta. Hasta ahora, Francisco se ha negado a responder más de una docena de apelaciones y peticiones previas. Al mismo tiempo, sus esbirros comenzaron a efectuar ataques personales sobre los críticos como el cardenal Burke, el arzobispo Viganò y otros.
En el caso actual, Massimo Faggioli, un instrumento de Francisco, se refirió particularmente al respetado sacerdote dominico Aidan Nichols, uno de los firmantes de la Declaración, pidiendo tomar venganza contra él.
El cardenal de McCarrick, Kevin Farrell, escribió en Twitter que "le gustó" la incitación al odio.
El neoconservador obispo de Providence, monseñor Thomas Tobin, también manifestó en Twitter de qué lado está: "Para que quede registrado, el papa Francisco no es un hereje y es erróneo y dañino sugerir que lo es”.