De hecho, asegura Kasper, él mismo sólo estuvo seguro de la candidatura del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio, tras una reunión de una quincena de cardenales el 11 de marzo de 2013, un día antes del comienzo del comienzo del cónclave.
El cardenal alemán responde así a las acusaciones de ‘colusión’ para elegir a Bergoglio, lo que constituiría una falta que acarrea la excomunión ‘latae sententiae’ o automática, contra los que se insinúa en el libro recién publicado por Gerald O’Connel, The Election of Pope Francis, en la que se narra la reunión citada por Kasper.
Para empezar, explica Kasper, el grupo, creado por el carismático cardenal progresista Carlo Maria Martini, ni siquiera era lo bastante grande para influir decisivamente en la elección de ningún candidato, y no existía ‘red’ alguna que actuara durante el cónclave.
Carga Kasper contra las “teorías de la conspiración” y las “estúpidas sospechas de manipulación” a las que, para ser rigurosos, han dado alas autores como Austen Ivereigh, autor de la biografía ‘autorizada’ de Bergoglio y secretario en su día del cardenal británico perteneciente al Grupo Cormac Murphy-O’Connor, quien habría sido el encargado de pedir al argentino su consentimiento.
Por no hablar, naturalmente, del recientemente difunto cardenal Danneels, que llegó a calificar de ‘mafia’ al grupo del que él mismo había sido cabeza.
Kasper encuentra “totalmente errónea” la denominación, imaginamos que burlona, de su colega Danneels y asegura que en San Galo deliberaban sobre experiencias y perspectivas pastorales, no sobre posibles sucesores para Juan Pablo II, en primer lugar, y luego para Benedicto XVI. Por lo demás, añade Kasper, el grupo se reunió por última vez en 2006.
Carlos Esteban