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viernes, 31 de mayo de 2019

El cardenal Maradiaga, amenazado de linchamiento en el aeropuerto de Tegucigalpa (Carlos Esteban)



Evacuado por protestas políticas del avión que le habría de llevar a Panamá, el coordinador del consejo de cardenales del Papa, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ha tenido que ser retirado discretamente por temor a un linchamiento, informa el vaticanista Edward Pentin.

“Ah, bueno, al pobre le dirán de todos lados pero no hay nada aprobado, no, en ese aspecto es de una… es honesto y me preocupé en averiguar bien las cosas”, dijo sobre su mano derecha para Latinoamérica, el cardenal Rodríguez Maradiaga, implicado en oscuros manejos financieros en el país del que es primado, Honduras. “Ahí son calumnias”. Y añadió que “nadie me pudo probar nada. Por ahí se equivocó en alguna cosa, equivocaciones ha tenido algunas, pero no del nivel que le quieren colgar. Eso es importante así que en eso lo defiendo”.

Pero no todo el mundo en su propio país parece pensar lo mismo del ‘buen’ cardenal. Según afirma el veterano vaticanista del National Catholic Register, Edward Pentin, el cardenal hubo de ser evacuado de la pista del aeropuerto de Tegucigalpa, donde esperaba embarcar en un vuelo rumbo a Panamá, debido a las protestas políticas que sacuden el país. Las fuentes de Pentin aseguran que se le condujo de vuelta al edificio principal del aeropuerto ante el riesgo de ser linchado, y añaden que “su apoyo a las nefastas políticas del gobierno ha hecho que se le vea como un funcionario a sueldo de los gobernantes”.

Las confusas noticias que llegan desde Honduras hablan de fuertes algaradas que habrían forzado la paralización del aeropuerto, en protesta contra la política de privatización del Gobierno hondureño.
Maradiaga ha sido acusado, entre otras cosas, de haber protegido y tapado las tropelías de su amigo y mano derecha, el ex obispo auxiliar Juan José Pineda, a su vez denunciado por seminaristas de abusos sexuales y al que se le obligó a renunciar cuando fue ya imposible ocultar sus desmanes. Eso no impidió que Maradiaga cargara contra los seminaristas, a los que llegó a tachar no solo de mentirosos, sino incluso de alinearse con la ‘antiIglesia’.
Los aspectos oscuros del Cardenal volvieron a quedar bajo los focos con la aparición del libro de Marta Alegría Reichman, viuda del antiguo embajador de Honduras ante la Santa Sede. El matrimonio perdió los ahorros de toda una vida por confiar en unas inversiones recomendadas por el cardenal que resultaron ser una estafa. En total, los casos de opacas operaciones financieras en las que se acusa a Maradiaga de estar implicado son más que abundantes.

Carlos Esteban