El obispo de Augsburgo, Konrad Zdarsa, se desmarca de sus colegas alemanes para negar que haya unanimidad en el ‘camino sinodal’ que quiere emprender el episcopado de su país. Claro que lo hace a pocas semanas de su retiro.
De “fraude en el etiquetado” ha calificado el obispo de Augsburgo, Konrad Zdarsa, el llamado ‘camino sinodal’ que va a emprender la Iglesia alemana para ‘revisar’ la doctrina moral sexual ‘in toto’, según anunció el pasado marzo el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx.
Marx acompañó el sorprendente anuncio con el añadido de que la decisión se había alcanzado “por unanimidad”, pero de entonces a aquí ya hemos oído varias voces episcopales criticando la empresa, como el cardinal Rainer Woelki y el obispo Rudolf Voderholzer. Y, ahora, Zdarsa, que quizá no casualmente cumple 75 años este junio y piensa retirarse a su Dresde natal.
Lo cuenta él mismo a la agencia Katholische Nachrichten-Agentur (KNA), negando esa supuesta unanimidad: “No, yo me he abstenido visiblemente” en la votación sobre el ‘camino sinodal’, añadiendo que, desgraciadamente, la votación fue meramente a mano alzada”.
Zdarsa lamenta que cuando sus colegas vierten en público opiniones polémicas, ambiguas o escandalosas, utilicen abusivamente el “nosotros”, como si hablaran en nombre de todos los obispos o, peor, de la Iglesia. “No quiero que se me incluya automáticamente cuando algunos hermanos [en el episcopado] hacen declaraciones, porque decididamente tengo una opinión diferente sobre algunas cosas”.
Marx, que se sienta en el consejo de cardenales que asesora al Papa, anunció que los obispos alemanes están decididos a seguir un “camino sinodal vinculante” sobre asuntos de moral sexual -contracepción. Cohabitación, homosexualidad, sacerdocio femenino, celibato sacerdotar-, para lo que se llevarán a cabo tres sesiones de debate, una liderada por el obispo Felix Glenn (el que anunció en su día que no volvería a ordenar a un seminarista de mentalidad tradicional), sobre el celibato; otra sobre moral sexual, dirigida por el obispo Josef Bode, y una última moderada por el obispo Wiesemann sobre cuestiones relativas al poder y la participación. Todo, en coordinación con el Comité Central de Católicos alemanes (ZdK), cuyo presidente, el profesor Thomas Sternberg, es famoso por sus posturas progresistas en cuanto a los sacerdotes casados, la comunión para los divorciados vueltos a ‘casar’ y otros muchos asuntos.
Zdarsa hizo también recientemente duras declaraciones contra el movimiento Maria 2.0, del que se desmarcaron los obispos pero sin dejar de anunciarlo en sus medios oficiales y que llama a una ‘huelga de misas’ a las católicas. “Quien convoca a otros y les anima a abstenerse en domingo del Sacrificio Eucarístico, se excluye de hecho de la comunidad eucarística y arrastra a otros”.
Carlos Esteban