Un informe encargado por el Ministerio de Asuntos Exteriores británico alerta de que la persecución que sufren hoy los cristianos en todo el mundo roza niveles de genocidio.
Una de cada tres personas en el mundo sufre persecución religiosa, y de ellos el grupo más perseguido con diferencia es el de los cristianos. Esta es una de las conclusiones del informe coordinado por el obispo anglicano de Truro, Philip Mountstephen por encargo del ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, informa la cadena BBC.
El principal impacto de los actos genocidas contra los cristianos es su desaparición de amplias zonas cristianizadas desde hace milenio, de la que deben huir las comunidades cristianas, concluye el informe, advirtiendo que la cristiandad está siendo “barrida” de partes de Oriente Medio.
De hecho, alerta el informe, la fe está “en riesgo de desaparecer” en algunas zonas del mundo. En Palestina, donde nación el cristianismo, representan menos del 1,5% de la población, y en Irak han pasado de un millón y medio antes de 2003 a menos de 120.000.
“La evidencia muestra no solo la expansión geográfica de la persecución contra los cristianos, sino también su creciente severidad”, escribe Mountstephen. “En algunas regiones, el nivel y la naturaleza de las persecuciones están cerca de cumplir las condiciones de genocidio según la definición adoptada por la ONU”.
¿Cómo es posible ser el grupo ‘ideológico’ más perseguido del mundo, en una era altamente sensibilizada contra la discriminación y el genocidio, y que el dato pase desapercibido o desdeñado por los medios de comunicación occidentales? La tiranía de la corrección política, opina Hunt, ha desempeñado un papel clave en este proceso de desdén.
Hunt sugiere que el papel del cristianismo fuera de Occidente se asocia aquí al colonialismo, a una imposición más o menos forzada sobre los pueblos indígenas, algo que no solo es falso en la mayoría de los casos sino risible cuando se trata de zonas como las citadas, cristianas desde mucho antes de que Occidente pudiera imponer colonialismo alguno. Por otra parte, señala Hunt, la indiferencia de los medios ante estos desmanes pasa por alto que casi siempre se trata de grupos humanos sumidos en la marginación y la pobreza, los más pobres entre los pobres.
Carlos Esteban