El prófugo más famoso de la Iglesia, el arzobispo Carlo Maria Viganò, ha hablado con el Washington Post. Se reafirma en su versión, acusa al Papa de mentir descaradamente y advierte que tiene documentos, que publicará en su momento oportuno.
“La verdad saldrá a la luz”, asegura el arzobispo Carlo Maria Viganò, en paradero desconocido desde la publicación de su explosivo testimonio, a periodistas del norteamericano Washington Post. En una serie de contactos por Skype redactados por los profesionales del diario, Viganò ha admitido que tiene en su poder documentos que prueban las acusaciones vertidas contra el Papa y otros prelados de la Curia Romana en relación con el ‘caso McCarrick’, pero añade que “no ha llegado aún el momento de publicar ninguno”.
Viganò, que se confiesa “inmensamente triste” por todo este asunto, se ha reafirmado en todas sus acusaciones, en el sentido de que Su Santidad no solo conocía las andanzas homosexuales del ex cardenal Theodore McCarrick, sino que incluso le preguntó por él a iniciativa propia. Además, ha repetido la afirmación que ya hizo pública inmediatamente después de que Vatican News hiciera pública la transcripción de la entrevista del Santo Padre con una periodista de Televisa. Francisco, dice, “ha mentido descaradamente al mundo entero. ¿Como podría olvidar todo eso, especialmente un Papa?”.
La culpabilidad de Francisco es, para el antiguo nuncio de la Santa Sede en Estados Unidos, no presunta sino “evidente”.
El pasado mes de octubre, después del largo silencio del Papa sobre el documento, anunciado por él mismo en vuelo a la vuelta de Irlanda, se anunció oficialmente que la Santa Sede llevaría a cabo una investigación en profundidad sobre el asunto a partir de la documentación guardada en los archivos papales, pero estamos a junio del año siguiente y no se ha vuelto a decir una sola palabra de este asunto ni, por supuesto, de los avances de la presunta ‘investigación oficial’, por la que ningún periodista pregunta, por otra parte.
Para Viganò, es lógico que no se haga público nada de lo que se halle en los archivos. “Los resultados de una investigación honrada de la Santa Sede serían desastrosos para el pontificado actual”.
Si alguna novedad hay en las palabras del ex nuncio en sus revelaciones al diario norteamericano, aparte de mencionar la existencia de documentos, ésta es la admisión de que no sólo Francisco actuó negligentemente en el caso McCarrick, sino probablemente también sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. “Esa no es una buena razón para no buscar la verdad”, dice. “Y, en cualquier caso, Benedicto XVI y Juan Pablo II son seres humanos y pueden haber cometido errores. Si lo han hecho, queremos saberlo”.
Viganò se asombra, asimismo, en la serie de entrevistas de que los supuestos esfuerzos del Vaticano, incluida la cumbre episcopal sobre encubrimiento de abusos sexuales en toda la Iglesia, hayan ignorado por completo un aspecto tan flagrante en la mayoría de los casos como es el de la homosexualidad. Ni siquiera aparece en los documentos finales de la cumbre o el motu proprio posterior una referencia tangencial, ni aun se nombra la palabra “homosexualidad”, aunque es clave en más del 80% de los casos conocidos de abusos sexuales clericales.
Carlos Esteban