Vuelve a hablar el ‘prófugo’ Carlo Maria Viganò desde paradero desconocido, esta vez para sumarse a las numerosas críticas que ha concitado el Instrumentum Laboris o documento de trabajo preparatorio para el Sínodo de la Amazonía, que se celebrará el próximo mes de octubre.
“¿Dónde está el mensaje cristiano aquí?”, se pregunta presuntamente el arzobispo Carlo María Viganò en el curso de un discreto encuentro mantenido con un periodista de Inside The Vatican, refiriéndose al documento preparatorio elaborado para el Sínodo de la Amazonía, que ya ha suscitado numerosas y sesudas críticas por parte de diversos pensadores y prelados católicos, incluidos los cardenales alemanes Walter Brandmüller y Gerhard Müller.
Él mismo se responde:
“De hecho, la figura de Cristo está ausente. El documento de trabajo del Sínodo es prueba de la aparición de una teología católica postcristiana, ahora, en este momento. Y eso es muy problemático. Va contra todo aquello que he creído y por lo que he trabajado toda mi vida”.El arzobispo está convencido de que
“lo que estamos viendo ahora es el triunfo de un plan que tiene ya sesenta años, la ejecución con éxito de un cuidadoso plan para incorporar al corazón de la Iglesia un nuevo tipo de pensamiento enraizado en elementos de la Teología de la Liberación que incluyen ideas marxistas, poco interesado en la liturgia o la moral o la teología católica tradicional, sino más bien centrado en la ‘praxis’ en el campo de la justicia social. Y ahora este plan ha logrado una de sus metas más altas, con un jesuita en la Cátedra de Pedro”.Pero Viganò niega rotundamente ser un “enemigo” de Francisco.
“El Papa Francisco está siempre en mis oraciones. Por supuesto que rezo por él, al recitar el Rosario, al celebrar misa. Y también rezo por el Papa Benedicto, y estoy convencido de que tiene un papel espiritual de proteger a la Iglesia contra el diablo”.Y se excusa por lo que tantos consideran su ataque contra el Pontífice.
“Busco la verdad”, dice. “Hablé con él con toda la transparencia de que fui capaz. ¿No debería haberle dicho la verdad al Papa?”.
Carlos Esteban