APUNTES SOBRE EL VOTO DE UN ESPAÑOL QUE VIVE DE SU TRABAJO Y SIN SUBVENCIONES
Este domingo los españoles estamos convocados otra vez a las urnas para votar en las elecciones locales y autonómicas y en las elecciones europeas. Una convocatoria en la que nos jugamos mucho.
La satisfacción de hablar con libertad y sin deber favores a políticos
Tal vez estas líneas no lleguen a muchos. Yo soy un español más, un simple trabajador autónomo que vive de su trabajo, que no recibe ni un céntimo en subvenciones y que paga religiosamente sus impuestos (con los que se alimentan tantos chiringuitos). No estoy afiliado a ningún partido. Este blog no tiene publicidad, ni recibe donativos ni ayudas públicas de ningún tipo: sólo lo sostengo yo con mis ingresos. Una de las grandes satisfacciones que me da Contando Estrelas es, precisamente, la gran libertad e independencia que tengo a la hora de escribir: nadie me dicta lo que debo publicar o lo que debo callar, y por eso no veis aquí las noticias-basura que publican por encargo ciertos medios que pagan, a base de obediencia, los favores políticos que reciben en forma de subvenciones y publicidad institucional. Esta es una web con escasos recursos pero sin más señores que Dios, el honor y mi conciencia. Y así seguirá mientras dependa de mí.
Un voto que no servirá para premiar a quienes se ríen de sus votantes
En diciembre de 2017 publiqué aquí una entrada exponiendo mis principios. Mantengo todo lo publicado, e iré a votar este domingo por patriotismo y por responsabilidad: no quiero desentenderme del futuro de mi Patria dejando que otros decidan por mí. Eso sí, no votaré a los que buscan el voto del miedo, un voto en el que los votantes sean rehenes y esclavos de sus temores. Me niego a premiar con mi apoyo a quienes nos piden el voto para derrotar a la izquierda y después hacen políticas progres en las instituciones. Basta ya de engaños. Basta ya de reírse de los votantes para luego reclamarles el voto de malos modos. De hecho, el PP ya ha dicho que formará una “coalición” con los socialistas en Bruselas: no lo harán con mi voto. Se acabaron los tiempos de votar con la nariz tapada. Me niego a votar a los que apoyan una monstruosidad como el aborto, a los que imponen la ideología de género, a los que han asumido las tesis del feminismo radical, a los que dejaron intacta la ley de memoria histórica, a los que buscan callarnos con la corrección política y a los que permiten que el separatismo campe a sus anchas.
Un voto para quienes nos han devuelto la voz en el Congreso
Este domingo no votaré con miedo ni al mal menor. Votaré por convicción, con esperanza y con ilusión. Por ello, este domingo volveré a votar a Vox, porque es el partido que defiende mis principios y porque lo hace dando, sin complejos, la batalla de las ideas de la que otros se retiraron. Este partido nos ha devuelto la voz a quienes nos habíamos quedado mudos en el Congreso, y quiero que también volvamos a tenerla en Bruselas y en las demás instituciones. Pero más allá de que los planteamientos de Vox se identifican con lo que vengo defendiendo desde hace años, también importan las personas que defienden esas ideas: personas honradas como Santiago Abascal, José Antonio Ortega Lara, Javier Ortega Smith, Francisco José Contreras, Alicia Rubio, Gádor Joya, Rocío Monasterio, Iván Espinosa de los Monteros y Jorge Buxadé. Por lo demás, Roma no se construyó en un día. No cabe esperar grandes cambios tras estas elecciones, pero este domingo puede ser el inicio de un camino que nos devuelva aquello que perdimos: una España soberana y fuerte en una Europa que respete la dignidad humana, la familia y la libertad.
ELENTIR