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miércoles, 26 de junio de 2019

El Amazonas y la iglesia alemana, el cardenal Pell condenado a muerte, la sinagoga de Danneels, Japón, China y cosas italianas.



Alemania llegó a tener una gran comunidad católica que superó a la protestante. Sigue gozando de una buena salud económica que le permite ser la financiadora de gran parte de la iglesia en latino América. La disminución de contribuyentes está haciendo saltar todas las alarmas. La estructura que hay que mantener es enorme y muy costosa pero tiene los pies de barro. La falta de vocaciones, casi la extinción, está provocando el cierre de muchas instituciones que daban a la iglesia una buena imagen social. Podemos llegar a una iglesia que se reduzca a una sociedad anónima que gestione el enorme patrimonio acumulado. Los números son cada vez más ajustados y las cuentas empiezan a no cuadrar. Ya tenemos diócesis que están con planes de financiación para continuar lo más posible esperando mejores momentos. 

Todo esto está provocando una la necesidad de renovación como intento para sobrevivir. Los movimientos tradicionales pueden quedarse solos ante una iglesia que se empeña en desaparecer. Algunos de sus obispos más prominentes llevan años queriendo cambiar la normativa sobre el celibato equiparando el sacerdocio católico al pastoreo protestante. No nos engañemos, no estamos ante la posibilidad de que hombres casados puedan acceder al sacerdocio, estamos ante una abolición de la castidad en donde todo pueda estar permitido y sea compatible con el sacerdocio. El sínodo de la Amazonia, tan controlado por dinero alemán, es otra ocasión para introducir los cambios deseados. El idioma más utilizado en la preparación por ahora es el Alemán y por muy secretos que se quieran tener estos encuentros de amigos hoy todo se sabe.

Al inicio del pontificado de Papa Francisco se creó el consejo de cardenales, el llamado C8, después C9, y ahora C6, y mañana veremos. Tenemos una nueva reunión, la 30 , y la reforma de la curia no termina de llegar. El borrador enviado a sus eminencias era francamente flojo en el fondo y en la forma. Hasta sus partidarios eran conscientes de que sería una fuente de problemas inmediata y de pocas soluciones. Nos dicen que han llegado una cantidad enorme de aportaciones y que su mera revisión llevará un tiempo. 

Un tema muy unido es la situación del cardenal Pell. Es estos momentos ha apelado la sentencia condenatoria pero las noticias de hoy nos confirman que el cardenal Pell está condenado a muerte. Aunque saliera inocente de esta ya le están amenazando y tendrá de buscarse un lugar seguro. Seguimos reafirmándonos en la convicción de que el intento de reforma económica de la curia le ha costado caro y le seguirá costando. Son demasiados los intereses en juego y hay que dejar bien claro que el que intenta algo perece. La sentencia a muerte es segura decida lo que decida el tribunal australiano.

Ya tenemos los primeros anuncios del viaje del Papa Francisco a Japón el 24 de noviembre.

En China se intenta ahogar a la iglesia católica mientras se aplaude el acuerdo con el Vaticano y se realizan homenajes al Papa Francisco. Las tácticas son muy conocidas y esperemos que sirvan para fortalecer aún más a la iglesia mártir y perseguida.

Homenaje en Bélgica al cardenal Danneels, el de la mafia de San Gallo, en la sinagoga de Bruselas. Si en Alemania la iglesia está desapareciendo en Bélgica hace tiempo que ha dejado de existir. Es curioso como la gerontocracia de las fracasadas iglesias europeas intenta marcar el futuro del catolicismo.

La escasez de sacerdotes está provocando en algunas regiones italianas, como el Veneto, el crecimiento de celebraciones presididas por mujeres. En Canadá un obispo es dimitido por autorizar a una monja a presidir un matrimonio. En esta confusión reinante es muy complicado encontrar el centro moderado y siempre los hay que se pasan queriendo discernir a destiempo.

El silencio del Vaticano con el caso de la desaparición de Emanuela Orlandi sigue muy presente en la prensa. Su familia y amigos están más activos que nunca y las nuevas tecnologías ayudan a mantener vivo un crimen sin resolver y con tantas oscuridades.

En Italia contamos con conocidos ex sacerdotes que se han convertido en activistas señeros de los movimientos eLeGeBeTe. Hoy tenemos entrevista a uno de ellos que cuenta cómo el Papa Francisco le llamo y le bendijo por su valiente decisión.

«¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? »

Buena lectura

Specola

NOTICIAS 26 de Junio de 2019



INFOVATICANA


INFOCATÓLICA

China persigue a los obispos “clandestinos” también después de su muerte. El Vaticano inquieto (Sandro Magister)



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Como se sabe, para firmar con China el acuerdo secreto del 22 de setiembre del 2018 sobre el nombramiento de los obispos, el papa Francisco tuvo que perdonar a ocho obispos incardinados anteriormente por las autoridades chinas sin la aprobación de Roma y, en consecuencia, incursos en la excomunión.
Uno de éstos murió dos años atrás, pero el gobierno de Pequín pretendió y obtuvo también esta anómala amnistía póstuma.
Pero en cambio, Francisco no obtuvo el mismo reconocimiento, por parte de China, de los obispos llamados “clandestinos”, consagrados por Roma sin el acuerdo del gobierno.
Uno de éstos, Stefano Li Side, obispo de Tianjin, falleció a los 93 años en la vigilia de Pentecostés, pero ni siquiera después de su desaparición las autoridades chinas se han mostrado clementes.
Incluso le han negado las exequias en su catedral.
Es lo que hace resaltar, con palabras muy cargadas, la necrología oficial publicada el 24 de junio por la Secretaría de Estado del Vaticano, seis días después del deceso de Li:
“Las Misa conmemorativas, las condolencias y las ceremonias fúnebres se han llevado a cabo en una cámara mortuoria del distrito de Jizhou, y no en la catedral de San José, en Tianjin”.
Esto a pesar de la vida ejemplar del difunto, no sólo como ministro de Dios sino también como ciudadano:
“Monseñor Li Side vivía en la pobreza y con profunda humildad. Exhortaba siempre a los fieles a respetar las leyes del país y a ayudar a los pobres. También en las dolorosas vicisitudes de distinto género que signaron su larga vida jamás se lamentó, aceptando cada cosa como voluntad del Señor”.
Las “dolorosas vicisitudes” vividas por él consistieron en cuatro años de prisión desde 1958 a 1962, diecisiete años de trabajos forzados desde 1963 a 1980 y otros dos años de prisión desde 1989 a 1991. Después de que, como obispo consagrado sin el reconocimiento gubernamental, debió pasar el resto de su vida – para decirlo también con palabras de la necrológica vaticana – “bajo arrestos domiciliarios en el perdido pueblo de montaña de Liang Zhuang Zi, en el distrito de Jixian, a 60 km. de Tianjin, donde permaneció hasta su muerte, pudiéndose alejar de allí sólo para internarse en un hospital”.
Pero “a pesar del exilio y la lejanía – prosigue la necrológica – los fieles que se llegaron para encontrarse con él fueron muy numerosos. El prelado defendió con coherencia los principios de la Iglesia Católica y testimonió el Evangelio de Cristo, manteniéndose heroicamente en comunión con el sucesor de Pedro”.
Para conocer los detalles del surrealista tratamiento reservado después de su muerte a Li, a quien las autoridades chinas continuaron negando el mismo título de “obispo”, se pueden ver estos dos servicios de “Asia News”, la agencia especializada sobre China, perteneciente al Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras:
Para la diplomacia vaticana este perverso ostracismo de las autoridades chinas no es alentador, respecto a los desarrollos futuros del acuerdo del 22 de setiembre [del año pasado]. Por parte de Roma se continúan los gestos de apertura, como por ejemplo la amplia y pacífica entrevista concedida el 15 de mayo por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al “Global Times”, expresión en idioma inglés del “Diario del Pueblo”, órgano oficial del Partido Comunista. Pero después sucedió que la entrevista no fue traducidaal idioma mandarín, ni siquiera en pequeña parte, en ningún diario de China.
Y después está el obstáculo de Hong Kong y de la rebelión de gran parte de la población contra la ley – ahora suspendida – que permitiría la extradición en territorio chino también de los opositores políticos. Una rebelión en la que estuvieron al frente desde el comienzo sobre todo los católicos de la ciudad, comenzando por sus dos últimos obispos y cardenales, no sólo el intrépido Giuseppe Zen Zekiun, crítico irreductible del acuerdo del 22 de setiembre entre el Vaticano y China, sino también su sucesor, John Tong Hon, más moderado.
La elección del nuevo obispo de Hong Kong, puesto que también está por retirarse Tong, porque supera el límite de la edad, será un rompecabezas notable para el papa Francisco, que entre la rebelión y el diálogo tiende naturalmente al segundo, si no hasta la sumisión, pero deberá tener en cuenta también la sed de libertad y de dignidad de numerosos católicos – y obispos – de Hong Kong y de toda la China.
Sandro Magister