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jueves, 27 de junio de 2019

Cardenal Kasper: El Papa quiere que las conferencias episcopales decidan sobre el celibato sacerdotal (Carlos Esteban)



El cardenal alemán Walter Kasper ha declarado a medios alemanes que, en su opinión, el Papa quiere dejar en manos de las iglesias nacionales la decisión de ordenar a hombres casados, informa La Croix.

El teólogo favorito del Papa, el cardenal alemán Walter Kasper, es personalmente partidario de la ordenación de hombres casados, ‘viri probati’, pero se muestra convencido de que Su Santidad quiere dejar esta decisión en manos de las conferencias episcopales, siguiendo el mismo espíritu de libertad sinodal que se aplica a la comunión de los divorciados vueltos a casar, ha declarado al portal de la Conferencia Episcopal Alemana, Katholisch.de.

«La situación (vocacional) difiere tanto en las distintas partes del mundo que no es posible dar una solución universal uniforme”, señala Kasper. «Cada conferencia episcopal debe primero decidir si es partidaria (de ordenar a casados) y describir cómo piensa aplicarlo. Y luego debe someter sus propuestas al Papa”.

El cardenal, cerebro gris de los sínodos de la Familia que culminaron en la publicación de la exhortación Amoris Laetitia, cree que el Papa mostrará una postura de apertura a las propuestas razonables. “Tengo la impresión de que si sus argumentos están bien fundamentados, serán recibidos positivamente”, dice. “Por tanto ahora la pelota está en el tejado de las conferencias episcopales”.

En lo que se refiere a Alemania y otros países de Occidente, resulta “imperativo y urgentísimo” debatir la posibilidad de ordenar ‘viri probati’ -casados que reúnan una serie de condiciones que les hagan candidatos fiables al sacerdocio-, ya que la carencia de sacerdotes está creando situaciones desesperadas. “Sencillamente, no podemos seguir con la situación actual. Hoy a menudo el sacerdote se ve obligado a gestionar cuatro o cinco parroquias. No tienen tiempo para la labor pastoral”.

La inmigración, que se considera en la jerarquía católica occidental como la panacea para tantos problemas sociales y económicos, no es, curiosamente, solución alguna en este caso, dice Kasper. “Importar sacerdotes de India o África no es realmente una solución”, asegura. “Algunos son buenos, pero en muchos casos las diferencias culturales son demasiado grandes”. ¿No se le ha ocurrido al cardenal y a otros entusiastas de la inmigración masiva procedente del Tercer Mundo aplicar este mismo razonamiento a la sociedad en general?

Como ha desvelado el Instrumentum laboris -tachado de “herético” y “apóstata” por el también cardenal alemán Walter Brandmüller-, y como se esperaba ya universalmente desde su convocatoria, en el próximo Sínodo de la Amazonía se tratará, precisamente, de esta cuestión de la ordenación de casados. Pero se ve que hay prelados demasiado impacientes para esperar a octubre.

Carlos Esteban

Palabras retorcidas: Kasper “niega” reunión secreta respecto al Sínodo sobre la Amazonia



Al calificar como una “difamación” y un “absurdo completo” los informes que hablan sobre una reunión secreta llevada a cabo el 25 de junio por prelados modernistas para tratar el Sínodo sobre la Amazonia, el cardenal Walter Kasper en realidad los confirmó.

Kasper fue uno de los participantes de la reunión secreta.

Al hablar el 26 de junio en el sitio web Die-Tagespost.de, definió a la reunión como un [presunto] “simposio teológico serio”, aunque el campo modernista ha abandonado los argumentos teológicos, al menos desde la elección del papa Francisco.

El cardenal admitió que la reunión secreta fue para hablar sobre la abolición del celibato sacerdotal.

Kasper tiene un historial respecto a mentir en público. En octubre del 2014 negó públicamente haber dicho que no se puede hablar “con los africanos y con personas de países musulmanes” sobre la aceptación de la fornicación homosexual, porque para ellos es “un tabú”.

Como consecuencia de ello, el periodista a quien hizo sus controvertidas declaraciones publicó la grabación del audio.

Who Appointed the Scandal Bishops in Latin America?


After a series of disastrous episcopal nominations in Latin America, the Spanish-speaking website Infovaticana.com writes that we cannot ask the question: "Who keeps deceiving the Pope?" because Francis knows the Church of his native Latin America very well. Many appointments - like that of Scandal Bishop Gustavo Zanchetta, the former bishop of Oran, Argentina, were pushed through by Francis without respecting the usual procedures.

InfoVaticana mentions the controversial Lima auxiliary bishop elected Ricardo Augusto Rodrìguez Alvarez who seems to be involved in a romantic affair with a married woman. According to InfoVaticana.com such disastrous nominations by Francis cannot be explained with “mercy”, a word Francis has turned into the key concept of his pontificate. Quote, "'Mercy' with the bishops often translates into cruelty for the faithful.” To appoint a womanizer priest as a bishop is a sign of contempt for the people of God, InfoVaticana explains.

After their Ad-Limina visit, some Australian bishops were raving about Francis in numerous interviews. One of them was Darwin Bishop Charles Gauci who was – quote - “deeply impressed” by Francis’ – quote - “humanity, his compassion, his sense of collegiality, his passion for working with all the people of God." Damian Thompson formulated on Twitter a question for the Australian bishops, “Why have you said so little about the criminal framing of the innocent Cardinal Pell?"

Hinting at the book “The Rhine Flows into the Tiber” which explains how the German bishops manipulated the Second Vatican Council, the National Catholic Register asked Cardinal Gerhard Müller whether the Rhine now will flow into the Amazon. Müller noticed that Germany is -quote – “not a good influence on the Church, because the Church is going down in Germany”. And: The German bishops are not aware of the real problems.

Las muertes de Rio Grande y el derecho a no emigrar, el timo del calentamiento, los adoradores de la pascua, calores romanos



El problema de la emigración se está convirtiendo en uno de los mas acuciantes en nuestro mundo. La fotografía de ayer de la muerte de un joven padre con su hija de dos años al intentar cruzar el Rio Grande ha dado la vuelta al mundo. Hay dos zonas del mundo que se ven especialmente afectadas: la frontera sur de Estados Unidos y la frontera sur de Europa. Hoy el interés informativo está entre Estados Unidos y México pero el problema es mucho más importante en el sur de Europa.

Africa es el gran continente olvidado. Tiene el doble de población que toda la América latina y caribe juntos, en estos momentos unos 1.300 millones, un tercio de los nacimientos en el mundo son africanos, este año ya son 20 millones. Aunque Estados Unidos pueda tener una crisis de población, está es infinitamente menor que en Europa. Europa se muere, no hay nacimientos y gracias a los inmigrantes se mantiene, no crece. Estados Unidos ha crecido este año casi un millón y medio de habitantes, Europa nada. Animamos a nuestros lectores a curiosear la página de población mundial y por continentes en dónde se pueden seguir los datos en tiempo real.

La emigración no puede ser nunca la solución a los problemas de Africa o América del Sur por razones puramente matemáticas. Por muchos inmigrantes que podamos asumir siempre serán muchos mas los nacimientos en Africa y América Latina. En Europa, en términos generales, llegan unos dos millones al año y de ellos un millón consiguen los papeles oficiales. En Estados Unidos llega un millón al año. Son números importantes pero muy pequeños si los comparamos con los 20 millones de nacimientos que, a fecha de hoy, tiene Africa en este año.

Cuanto antes entendamos que la solución no está en la inmigración y que hay que resolver los problemas que empujan a huir a miles de personas en sus países de origen, antes empezaremos a corregir está barbaridad. Hay muros que sirven para proteger al que los hace y muros que sirven para apresar. Las tradicionales murallas históricas estaban pensadas para proteger a la población de los peligros externos. Ponemos puertas en nuestras casas para impedir que otros entren y no para que no podamos salir. En tiempos modernos hemos conocido el famoso muro de Berlín o las terribles alambradas de los campos de concentración. Estos tienen el sentido opuesto y están pensados que impedir la libertad de las personas.

El drama personal que están viviendo miles de personas en todo el mundo no tiene justificación alguna y mucho menos su muerte. Estamos viendo cómo se juega con estas vidas, con sus ilusiones, con sus penas, con sus sueños. Tenemos que luchar para que exista una libertad de movimiento de personas y bienes pero la libertad primera es que todos podamos vivir con paz en nuestros países sin necesidad de salir corriendo. Africa y América están siendo destrozadas por gobiernos corruptos y oscuros intereses que hay que desenmascarar con fuerza. Todos los días son miles los que dejan sus sueños a la orilla de los ‘Rios Grandes’ de este mundo.

Marruecos nombra a una mujer embajadora ante la Santa Sede por primera vez.

Las reuniones secretas de los ancianos progresistas son catalogadas de preparación de un golpe dentro de la iglesia. La historia demuestra que los golpistas suelen venir del lado que menos se espera.

Un grupo de científicos se rebela por el dogma del calentamiento global. Con datos y argumentos nos avisan de que estamos sufriendo un timo planetario.

En China, más aumenta la amistad con el Vaticano y menos libertad religiosa existe, se habla del doble camino en las tácticas de Pekín.

Los atentados de Sri Lanka no fueron a los ‘adoradores de la pascua’ sino a cristianos que celebraban la pascua. Ya no saben qué inventar en Naciones Unidas para evitar hablar de la persecución a los cristianos en todo el mundo.

El obispo de Carpi , en Italia, dimite por la presión mediática. Estamos en tiempos en que tenemos que acostumbrarnos a que los secretos no existen y que hoy todo se sabe. El recientemente nombrado obispo auxiliar de Lima, y todavía no consagrado, tiene barragana. Podemos estar ante un adelanto de las nuevas normas del derecho amazónico.

Ayer fue la última audiencia del Papa Francisco en la plaza de San Pedro. No se va de vacaciones y, como ya es costumbre, se quedará en Santa Marta. Los calores romanos son de hierro y ya han empezado. Castelgandolfo estaba pensado para sobrevivir al infierno romano en los tiempos en que no existía el aire acondicionado. El Papa Francisco no es muy de tomar el sol y Santa Marta goza de un espléndido microclima.

«…la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad…»


Buena lectura.

Specola

El nuncio en España llama ‘democraturas’ a Italia y Hungría (Carlos Esteban)



Renzo Fratini, nuncio saliente de la Santa Sede en España, demuestra en una entrevista concedida al órgano de la Archidiócesis de Madrid, Alfa & Omega que la diplomacia vaticana puede ser muy poco diplomática.

Quién lo diría. El Vaticano inventó la diplomacia moderna con sus nunciaturas, y esa red de enviados a todos los países tiene fama de ser, en el sentido vulgar de la palabra, la formada por los profesionales más ‘diplomáticos’. Pero en la Iglesia de Francisco, seguir a rajatabla la línea del partido parece pesar más que la necesidad de no insultar a Estados amigos.

Al menos, a juzgar por la entrevista concedida a Alfa & Omega, órgano de la Archidiócesis de Madrid, por el nuncio saliente en España, Renzo Fratini. En ella, Fratini repite, con esa parresia, esa libertad de disenso razonable que ha pedido el Papa desde el principio de su pontificado, idéntica visión política que se repite machaconamente en el Vaticano, aun a riesgo de alienar a una parte importante, quizá mayoritaria, de católicos practicantes.

Lean: “En Europa estamos viendo aparecer grupos que provocan divisiones, rupturas, casi como una nostalgia de las dictaduras. Es lo que algunos han llamado ‘democraturas’, democracias desde el punto de vista formal con sistemas políticos crecientemente autoritarios”.

¿A qué se refiere el prelado? ¿Quizá a la creciente petición de censura desde el Parlamento Europeo con la fácil excusa de las supuestas ‘fake news’? ¿Tal vez a la tiranía de la ideología de género que se extiende por todo el Continente sin que el pueblo tenga arte ni parte en estas aberraciones? ¿A la masacre silenciosa del aborto, que suma al horror del homicidio agravar la suicida crisis de natalidad europea? ¿Podría referirse Fratini a una apertura de fronteras que encuesta tras encuesta demuestra que los europeos de a pie no quieren, pero sus líderes imponen? ¿Habla de la ingeniería social por decreto que está alejando a nuestras sociedades a toda prisa de un modelo que guarde algún lejano parecido con la idea cristiana de comunidad?

No, claro. Habla de los ‘populismos’. Lean, lean: “Y esto es peligroso. Se ve en Italia, en Hungría, en otros países en los que la gente tiene miedo a la llegada de migrantes y refugiados… No podemos aceptar esta democratura ni permitir que la democracia se transforme en una defensa de nuestra identidad, en un “nosotros primero”.

El pueblo, nos dice Fratini, no puede pretender beneficiarse de las políticas que se le imponen por políticos que él mismo ha elegido y que paga. Eso no sería plenamente democrático. La democracia, no sabemos muy bien por qué, no puede “transformarse en una defensa de nuestra identidad”, aunque el Papa haya hablado a menudo de la importancia de esa misma identidad, de la importancia de las raíces. 

De alguna extraña manera, ahora que estamos en la fase preparatoria del Sínodo de la Amazonía, nuestro respeto por la identidad de los yanomamis debe de ser reverencial y escrupulosa, aunque suponga dejar a este puñado de indígenas viviendo en el Paleolítico, con una esperanza de vida escandalosa y unos rituales salvajes. Pero que los húngaros o los italianos tengan la curiosa pretensión de seguir siendo húngaros e italianos es, para el nuncio saliente, algo que no podemos aceptar ni admitir. Porque lo dice él, fundamentalmente.

No sé si monseñor conoce muchas democracias donde la gente vote pensando en el beneficio de terceros, mucho menos en la disolución de la propia identidad, de eso que permite hablar de ‘pueblo’ y pronunciar ese ‘nosotros’. Nos encantaría conocerlas, aunque me temo que no existen más que en la mente de Fratini y en el deseo de quienes encuentran en las fronteras un obstáculo a sus negocios o su ambición política.

Claro que no todas las identidades nacionales es malo defenderlas incluso a costa del escándalo. Observen el quiebro intelectual cuando se refiere a Joan Planellas Barnosell, recién nombrado Arzobispo de Tarragona: “[H]a sido muy triste últimamente leer algunas críticas contra el nuevo arzobispo de Tarragona. Los periodistas le ponen a uno determinada bandera y con eso ya lo condenan o lo redimen definitivamente, sin conocerlo. «¡Es un nacionalista!». Bueno, un momento, usted no lo conoce… Y yo lo que puedo decirle es que es un buen sacerdote. Y un hombre bueno, humilde…”

A Orbán, en cambio, sí le conoce, parece, y no es ni bueno ni humilde, qué le vamos a hacer.

Pero como insultar a Italia y a Hungría, únicos países, junto con Polonia, donde las autoridades hacen una explícita llamada a la identidad cristiana -esa misma que hace que Fratini tenga un cómodo y agradable puesto-, no le parece suficiente, también dirige sus dardos contra el país más poderoso de la tierra donde, por primera vez en muchas décadas, la lacra del aborto legal empieza a retroceder. No ayuda a lo mal que va todo en el mundo, dice, “una situación como la de Estados Unidos, que a veces alimenta una actitud de conflicto, con su apoyo a la ultraderecha” en el resto del mundo.

Carlos Esteban

Aquí la entrevista completa de Alfa y Omega, realizada por Ricardo Benjumea:

¿Qué se lleva usted de estos diez años en España?

Una impresión muy positiva. Yo venía de lugares mucho más difíciles, y venir a España me pareció, no diré un premio, pero sí un motivo de gran satisfacción personal. Este es un país moderno, con una sociedad que funciona…

¿Y a nivel eclesial?

Me he encontrado con una Iglesia muy viva, que no conocía. En estos diez años me ha tocado vivir dos etapas, prácticamente a partes iguales, con el pontificado de Benedicto XVI y el de Francisco. También dos etapas en la Iglesia local, con dos presidencias de la Conferencia Episcopal y actitudes distintas por parte de los obispos.

¿En qué sentido?

He sigo testigo de la diversidad que existe en la Iglesia. Me gusta la metáfora de un barco de vela. Pensemos en la Copa América: el viento sopla y empuja la nave hacia delante, pero las velas las maniobramos nosotros; el timón somos el Papa y los obispos, y la barca sigue hacia adelante, a veces escorándose un poco hacia la derecha, y a veces un poco hacia la izquierda. Y así es como la Iglesia sigue adelante, gracias al soplo del Espíritu y al compromiso de todos para sortear los problemas y evitar que el barco se hunda, porque hay también a veces momentos de tempestad.

La crisis económica, la cuestión catalana, el cambio de pontificado… ¿Qué situaciones le han marcado más?

Los nuncios somos siervos, estamos para ayudar a la Iglesia local a resolver sus problemas, y también para informar a Roma, siendo nexos de unión con el Papa y la Santa Sede. El nuncio tiene ser una persona capaz de mediar y de informar objetivamente a Roma sobre las diversas situaciones. Y debe ayudar en los nombramientos de los obispos, este el problema más importante.

¿Qué criterios sigue un nuncio en la propuesta de nombramientos episcopales?

Debemos ser respetuosos con la realidad y las circunstancias de la Iglesia local (lo que llamamos inculturación), pero desde la fidelidad a la Iglesia universal. Y evitar que Roma conozca solo una parte de la verdad.

¿Cómo se adaptó usted al cambio de pontificado? No es que en tiempos de Benedicto XVI los obispos no fueran pastores, pero el perfil pastoral se ha acentuado claramente con Francisco.

Es verdad. Antes el Papa era un teólogo y se subrayaba más la fidelidad a la doctrina de la Iglesia, ese era el punto más importante. Ahora Francisco insiste más en la parte pastoral: que el obispo sea un pastor cercano, dialogante … Y esto cambia el perfil de los nuevos nombramientos. El Papa ve los problemas como un pastor, como el confesor que nunca ha dejado de ser. Esto se percibe por ejemplo cuando trata los problemas de la vida de las familias y los matrimonios. Francisco se pone en una posición de confesor, que es diferente de la posición de un teólogo que enseña desde la cátedra. Por eso se dice ahora que hay que tener en cuenta el caso por caso. Al confesar, uno trata con la persona concreta, y esa es una posición diferente, aunque obviamente no completamente separada de la doctrina, porque no podemos enseñar cosas falsas. El Sínodo de las familias reflejó esta actitud: tener en cuenta los casos concretos, a las personas concretas, muy especialmente a las que están pasando por momentos de dificultad. Porque, como también ha dicho el Papa, el confesionario no puede ser una sala de tortura. Hay que acoger y ayudar a la conversión, a un cambio de vida.

¿Dónde ha salido usted a buscar estos perfiles episcopales? ¿Cómo se ha informado acerca de los candidatos?

La nunciatura, cuando prepara un proceso, pide información confidencial a obispos, a sacerdotes, a algunos laicos y religiosos… [NdR: según el Código de Derecho Canónico, al menos cada tres años, los obispos de una provincia eclesiástica deben elaborar una lista secreta actualizada con los sacerdotes más idóneos para el episcopado, a partir de la cual el nuncio selecciona a tres candidatos. Cabe también la posibilidad de trasladar a obispos de otras diócesis]. Es una información suficientemente amplia y plural, bastante más de lo que suele suceder en otros ámbitos de la sociedad con respecto a los nombramientos. Enviamos cuestionarios a personas que conocen a los [tres] candidatos, y con esas respuestas –unos dos o tres folios cada una–, elaboramos una relación sobre sus cualidades humanas y sacerdotales, sobre su espíritu de diálogo… Presentamos la terna a la asamblea general de la Congregación de los Obispos, y de ahí la propuesta de nombramiento pasa al Papa. Es un proceso que puede durar entre cinco y siete meses. Ahora está pendiente el nombramiento de Toledo, pero nosotros hemos dejado el trabajo hecho; el resto ya depende de Roma.

¿Ha sido difícil para usted esta parte del trabajo, especialmente en estos últimos años, con un número inusualmente alto de relevos episcopales en España?
Uno ya tiene experiencia, pero siempre hay sorpresas. Porque uno piensa que va a salir el primero [de los candidatos de la terna], y sale después el segundo o el tercero… La elección es un proceso delicado. A veces las cosas pueden tergiversarse por cómo después algunos juzgan a los nuevos obispos. Por ejemplo, ha sido muy triste últimamente leer algunas críticas contra el nuevo arzobispo de Tarragona. Los periodistas le ponen a uno determinada bandera y con eso ya lo condenan o lo redimen definitivamente, sin conocerlo. «¡Es un nacionalista!». Bueno, un momento, usted no lo conoce… Y yo lo que puedo decirle es que es un buen sacerdote. Y un hombre bueno, humilde…

Con Francisco ha cambiado no solo el perfil del obispo. También el del nuncio, que sin dejar de ser un diplomático, ha adquirido una dimensión más pastoral. ¿Se puede decir así?

Sí, es cierto. El Papa nos acaba de dejar un decálogo [durante el tercer encuentro con nuncios del mundo], inspirado en la oración de Merry del Val [secretario de Estado de san Pío X]: el nuncio tiene que ser un hombre de Dios y de Iglesia, paternal, amable, comenzando por sus colaboradores más estrechos, en la nunciatura, porque la vida cristiana hay que vivirla en la realidad cotidiana. Y es importante la cercanía con los obispos de la Iglesia local, desde una actitud de sencillez y humildad. Porque la humildad es una virtud difícil: cuando uno piensa que la tiene, ya la ha perdido.

Un tema que ha estado muy presente en sus intervenciones públicas en estos últimos años ha sido la secularización de la sociedad española. En 20 años, los matrimonios canónicos han pasado del 80 al 20 %, por poner un ejemplo.

La Iglesia está muy preocupada por la secularización y la difusión del relativismo. Benedicto hablaba de un secularismo agresivo. En España el relativismo creció especialmente durante el Gobierno de Zapatero con la aprobación de leyes como el matrimonio homosexual o el aborto prácticamente libre. Esto ha provocado en la sociedad un abandono de la fe. El 69 % de la población se considera católica, pero muchos católicos no practican, apenas un 20 % va a la Misa dominical, vive una vida cristiana y está realmente comprometido. Pero no hay que perder la esperanza. Los cristianos seremos siempre minoría en el mundo. Hay que confiar en la fuerza del Espíritu Santo, que empuja a la Iglesia. Uno ve, sí, que las vocaciones sacerdotales disminuyen, que hay monasterios que están cerrando, pero consuela la presencia de nuevas vocaciones, de nuevos grupos… Tenemos que mantener la esperanza y confiar menos en nosotros mismos y más en Dios. Y junto a eso, ayudar a que haya buenas familias que vivan verdaderamente la vida cristiana. Nunca hay que perder el ánimo.

Pero sí afrontar estos problemas.
La Iglesia los está afrontando, comenzando por el Papa. Hay problemas nuevos, como el daño que provoca el cibersexo en los adolescentes. Después esos jóvenes llegan a los 30 o los 35 años y son incapaces de decidir sobre lo que van a hacer con su vida, si se casan o no se casan… Los padres tienen que ser conscientes de qué significa darle un teléfono móvil a un chico de 11 o 12 años, todavía sin la capacidad suficiente de decisión para escoger el bien. Porque existe el mal, eso no se puede negar. Y no solo el período de la adolescencia es fundamental. Los niños están abiertos a los valores religiosos, pero hay que enseñarles a rezar cuando tienen 4 o 5 años. Si no, después será demasiado tarde. Y la escuela no ayuda muchas veces; puede incluso ser negativa. Hay que defender a los niños y jóvenes del bombardeo de falsos valores. Hay que decir esto claro: se trata de una falsa libertad. En italiano hay una palabra, cattivo, que significa malo, pero también cautivo, prisionero. La persona cattiva es prisionera de sí misma, de los malos influjos del ambiente. No es libre.

Hace apenas unos días defendía usted en un acto académico la vigencia de los Acuerdos de España con la Santa Sede. ¿Le preocupa su continuidad?
Sí, me preocupa un poco. Porque tanto la izquierda como Ciudadanos han hablado de revisarlos, alguno incluso de «abolición». En algunos puntos se podría plantear una revisión, porque después de 40 años algunas cosas pueden haber cambiado, pero los Acuerdos son importantes, porque tocan la educación, tocan la participación y la contribución de los católicos a la sociedad española… Católicos hay en varios partidos, la mayoría hoy probablemente en el Partido Popular. Sobre todo en la los partidos de izquierda han perdido mucha fuerza; en el PSOE prácticamente han desaparecido. Esto explica seguramente que a veces haya un discurso que transmite una imagen negativa de la Iglesia que no se corresponde con la realidad. La Memoria de la Conferencia Episcopal muestra cómo la Iglesia ha contribuido en los momentos de dificultad, ayudando a los más desfavorecidos. Pero no podemos solo subrayar esta parte social; la Iglesia desempeña también un gran importancia en la sociedad española por los valores que transmite. Sin esos valores, se pierde el concepto de derechos humanos fundamentales como el derecho a la vida o la acogida a los refugiados.

¿Ve peligrar la enseñanza de la Religión y los conciertos educativos?
Hace unos días en Roma el cardenal Parolin nos decía a los nuncios que hay que promover los acuerdos, especialmente ahora con países africanos, sobre todo por este aspecto de la educación. La Iglesia pide libertad religiosa y de enseñanza, no para imponer ni hacer adoctrinamiento, sino todo lo contrario: a los jóvenes hay que ayudarles a pensar. Y la sociedad de hoy les anima a ser instintivos, a instalarse en lo instantáneo… Hay que enseñarles a pensar, a razonar, a discernir (qué significa saber escoger lo que es bueno para uno). Debemos enseñarles a tomar decisiones por sí mismos, que es lo más difícil.

¿Su sucesor recibirá al Papa en España?
Probablemente. No digo seguro, pero sí probablemente. El arzobispo de Santiago ya ha recibido respuesta de la Santa Sede a su invitación. No le dicen ni sí ni no. 2021, con el Año Santo, es una buena ocasión para esta visita. Pienso que, si el Papa continúa con buena salud, va a querer venir, aunque ya sabemos que está dando prioridad a países pobres y pequeños. Además, permanece la incertidumbre sobre la situación en Cataluña. También tendría que pasar por Madrid, y estamos aún pendientes de que el Gobierno formule su invitación, porque hasta ahora Pedro Sánchez no se ha encontrado con el Papa (yo creo que no tardará en hacerlo, esto lo he hablado con la embajadora de España ante la Santa Sede). Y tiene que ser invitado por la Conferencia Episcopal.

El rey sí le ha invitado a venir.
Creo que sí, pero la Santa Sede quiere invitaciones explícitas, no un comentario durante un encuentro: «¿Cuándo va a venir usted a visitarnos?».

¿Qué quiso el decir el Papa con aquello de que vendrá a España «cuando haya paz»?
Fue una broma durante una conversación coloquial [con periodistas en el avión rumbo a Marruecos]. Se refería probablemente a una cierta división aquí interna, también a la situación en Cataluña, al Gobierno en funciones… Pero enseguida esto lo aprovecharon algunos grupos que acusan al Papa de todo. Francisco tiene muchos amigos, pero también enemigos; hay gente que no acepta sus decisiones, la línea de su pontificado… Mire, los católicos –no solo los nuncios y los obispos– tenemos que ser fieles al Papa, a este Papa actual, no al Papa que uno sueña. Si no, sucede como con Lefebvre, que era tan fiel, tan fiel al papado que él tenía en la cabeza, que no aceptaba al verdadero sucesor de Pedro.

¿Qué impresión tiene el Papa Francisco sobre España?
Yo creo que muy buena. Ve España como un gran país, uno de los más importantes del mundo católico, podríamos decir. Cierto, también hay problemas: los españoles no son todos santos. Pero de facto la fuerza de la Iglesia en España es muy relevante. Alrededor del 30 % de los monasterios de clausura femeninos del mundo están aquí. Uno percibe enseguida la importancia de la presencia social de la Iglesia a través, por ejemplo, de las Cáritas. Un político que sea inteligente no puede ignorar a la Iglesia, ni olvidar la importancia de la tradición católica de España, que ha tenido tantos santos y mártires que dieron su vida por defender la fe. Solo durante la guerra civil hubo 7.000 sacerdotes asesinados solo por ser sacerdotes, ejemplo único en el mundo. Por todo eso España es un país destacado para la Iglesia. Tiene problemas, claro, ¿pero dónde nos los hay?

Herético y apóstata. El cardenal Brandmüller excomulga al sínodo para la Amazonia (Sandro Magister)




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Desde que se hizo público el 17 de junio, el documento base – o "Instrumentum Laboris" – del sínodo para la Amazonia ha suscitado muchas críticas, por la anomalía de su planteamiento y de sus propuestas respecto a todos los sínodos que lo han precedido.
Pero  hoy hay más. Quien acusa al documento de herejía y apostasía es un cardenal, el alemán Walter Brandmüller, de 90 años, historiador insigne de la Iglesia, presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas de 1998 a 2009 y coautor, en 2016, de los célebres “dubia” sobre la recta interpretación y aplicación de “Amoris laetitia” a los que el papa Francisco siempre se ha negado a responder.
A continuación su “J’accuse”, publicado hoy contemporáneamente en diversos idiomas.
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Una crítica al "Instrumentum Laboris" del Sínodo para la Amazonia


de Walter Brandmüller


Introducción
Realmente causa asombro que, en oposición a las asambleas anteriores, esta vez el sínodo de los obispos trate exclusivamente de una región de la tierra cuya población es la mitad de la población de Ciudad de Méjico, es decir, cuatro millones. Esto también levanta sospechas sobre las verdaderas intenciones, que se quieren poner en marcha de manera subrepticia. Pero lo que tenemos que preguntarnos, sobre todo, es cuáles son los conceptos de religión, de cristianismo y de la Iglesia que son la base del "Instrumentum Laboris" recientemente publicado. Examinaremos todo esto con la ayuda de elementos individuales extraídos del texto.
¿Por qué un sínodo sobre este región?
Para empezar debemos preguntarnos por qué un sínodo de los obispos tiene que tratar temas que, como mucho, tienen que ver con los Evangelios y la Iglesia sólo de manera marginal, como es ahora el caso con las ¾ partes del "Instrumentum Laboris". Obviamente, este sínodos de los obispos también está llevando a cabo una intrusión agresiva en los asuntos puramente mundanos del Estado y la sociedad de Brasil. Deberíamos preguntarnos: ¿qué tienen que ver la ecología, la economía y la política con el mandato y la misión de la Iglesia?
Y sobre todo, ¿qué experiencia profesional autoriza a un sínodo eclesial de los obispos a hacer declaraciones en estos ámbitos?
Si de verdad el sínodo de los obispos va a dar este paso, estaría sobrepasando los límites y sería una presunción clerical, que las autoridades estatales deberían, con motivo, rechazar.
Sobre las religiones naturales y la inculturación
Hay que tener presente otro elemento que se encuentra en todo el "Instrumentum Laboris", a saber: la valoración muy positiva que se hace de las religiones naturales, incluyendo las prácticas de sanación indígenas y similares; sí, incluso las prácticas y formas de culto mítico-religiosas. Se habla incluso del diálogo con los espíritus en el contexto de una llamada a la armonía con la naturaleza (n. 75).
No es sólo el ideal del "buen salvaje" tal como lo presentaron Rousseau y la Ilustración el que se está comparando con el decadente hombre europeo. Esta línea de pensamiento va más allá, hasta llegar al siglo XX, cuando culmina en una idolatría panteísta de la naturaleza. Hermann Claudius (1913) creó el himno del movimiento obrero socialista: "Cuando caminamos uno al lado del otro", una estrofa del cual dice lo siguiente: "El verde de los abedules y el verde de las semillas, que la anciana Madre Tierra siembra a manos llenas, con un gesto de súplica para que el hombre sea suyo…". Es llamativo que este texto fuera incluido más tarde en el libro de cantos de la juventud hitleriana, probablemente porque correspondía al mito de "la sangre y la tierra" del nacionalsocialismo. La proximidad ideológica es asombrosa. Este rechazo anti-racional a la cultura "occidental" que resalta la importancia de la razón es típico del "Instrumentum Laboris", que habla, respectivamente, de la "Madre Tierra" en el n. 44 y del "grito de dolor de la tierra y de los pobres" en el n. 101.
En consecuencia, el territorio -es decir, la junglas de la región amazónica- es incluso declarado “locus theologicus”, una fuente especial de la Divina Revelación. En él habría lugares epifánicos en los que se manifiestan las reservas de vida y de sabiduría para el planeta, que hablan de Dios (n. 19). Además, la consiguiente regresión del Logos al Mythos es elevada a criterio de lo que el "Instrumentum Laboris" llama la inculturación de la Iglesia. El resultado es una religión natural disfrazada de cristianismo.
La noción de inculturación es, aquí, literalmente pervertida, puesto que significa lo contrario de lo que la Comisión Teológica Internacional presentó en 1988, y de lo que había enseñado anteriormente el decreto “Ad Gentes” del Concilio Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia.

Sobre la abolición del celibato y la introducción del sacerdocio femenino
Es imposible esconder que este "sínodo" quiere implementar sobre todo los dos proyectos más deseados y que hasta ahora no han sido nunca puestos en marcha, a saber: la abolición del celibato y la introducción del sacerdocio femenino, empezando por las diaconisas. En cualquier caso, se trata de tener "en cuenta el papel central que hoy desempeñan las mujeres en la Iglesia amazónica" (n. 129a3). Y se trata también de "abrir nuevos espacios para recrear ministerios adecuados a este momento histórico. Es el momento de escuchar la voz de la Amazonía…" (n. 43).
Pero aquí se omite el hecho de que no está en poder de la Iglesia administrar el sacramento del orden a las mujeres, tal como también declaró Juan Pablo II con la mayor autoridad magisterial. De hecho, en dos mil años la Iglesia nunca ha administrado el sacramento del orden a una mujer. La petición, que se opone de manera directa a este hecho, demuestra que la palabra "Iglesia" es utilizada exclusivamente como término sociológico por los autores del "Instrumentum Laboris", negando implícitamente el carácter sacramental-jerárquico de la Iglesia.

Sobre la negación del carácter sacramental-jerárquico de la Iglesia
De manera similar -aunque expresado de pasada-, el n. 127 contiene un ataque directo a la constitución jerárquico-sacramental de la Iglesia cuando se pregunta si no sería oportuno "reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden". Desde una visón tan equivocada deriva, en el n. 129, la llamada a la creación de nuevos ministerios que correspondan a las necesidades de los pueblos amazónicos.
Sin embargo, es en el ámbito de la liturgia, del culto, en el que la ideología de una inculturación falsamente comprendida encuentra su expresión de una manera especialmente llamativa. Aquí, algunas formas de las religiones naturales son asumidas positivamente. El "Instrumentum Laboris" no se echa atrás a la hora de pedir que "el pueblo pobre y sencillo" pueda expresar "su (!) fe a través de imágenes, símbolos, tradiciones, ritos y demás sacramentales" (!!) (n. 126e).
Esto, ciertamente, no corresponde a los preceptos de la Constitución “Sacrosanctum Concilium”, como tampoco a los del Decreto “Ad Gentes” sobre la actividad misionera de la Iglesia, y demuestra una comprensión meramente horizontal de la liturgia.
Conclusión
Summa summarum: el "Instrumentum Laboris" carga al Sínodo de los Obispos y, en última instancia, al papa, con una seria violación del “Depositum fidei”, lo que significa, en consecuencia, la autodestrucción de la Iglesia o el cambio del “Corpus Christi mysticum”, convertido en una ONG secular con una tarea ecológica-social-psicológica.
Obviamente, después de estas observaciones se plantean preguntas: ¿se puede deducir, sobre todo en lo que respecta a la estructura sacramental-jerárquica de la Iglesia, una ruptura decisiva con la Tradición Apostólica en cuanto constitutiva para la Iglesia? ¿O los autores tienen, más bien, una idea del desarrollo de la doctrina que es sostenida teológicamente con el fin de justificar susodicha ruptura?
Este parece ser claramente el caso. Estamos asistiendo a una nueva forma del Modernismo clásico de principios del siglo XX. En esa época se empezaba con un enfoque decididamente evolutivo y después se defendía la idea que, en el curso del continuo desarrollo del hombre a grados más altos, deben encontrarse en consecuencia también niveles más elevados de conciencia y de cultura, por lo que puede resultar que lo que era falso ayer puede ser verdadero hoy. Esta dinámica evolutiva se aplica también a la religión, es decir, a la conciencia religiosa con sus manifestaciones en la doctrina, el culto y, obviamente, también en la moral.
Aquí, por lo tanto, se presupone una comprensión del desarrollo del dogma que está en clara oposición a la comprensión católica genuina, que comprende el desarrollo del dogma y de la Iglesia no como un cambio, sino más bien como un desarrollo orgánico de un tema que permanece fiel a su propia identidad.
Esto es lo que los Concilios Vaticanos I y II nos enseñan con sus Constituciones “Dei Filius”, “Lumen Gentium” y “Dei Verbum”.
Hay que afirmar con determinación que el "Instrumentum Laboris" contradice la enseñanza vinculante de la Iglesia en puntos decisivos y que, por consiguiente, debe ser considerado herético. En la medida en que incluso la Divina Revelación es puesta en duda, o malinterpretada, se debe también hablar de apostasía.
Esto está aún más justificado a la luz del hecho de que el "Instrumentum Laboris" utiliza una noción meramente inmanentista de la religión, y considera la religión como el resultado y la forma de expresión de la experiencia espiritual personal del hombre. El uso de palabras y nociones cristianas no puede ocultar que estas son utilizadas sólo como palabras vacías, a pesar de su significado original.
El "Instrumentum Laboris" para el Sínodo de la Amazonia constituye un ataque a los fundamentos de la fe de una manera impensable hasta ahora, por lo que debe ser rechazado con la máxima firmeza.

NOTICIAS 27 de Junio de 2019




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