En una entrevista concedida a la publicación taiwanesa New Bloom, el cardenal José Zen Zekiun, obispo emérito de Hong Kong, ha vuelto a arremeter contra las trágicas consecuencias del pacto secreto firmado por la Santa Sede con el gobierno comunista chino y ha llegado a afirmar que Francisco está promoviendo un cisma.
“He oído que recientemente el Santo Padre, en un viaje de regreso (no recuerdo de dónde), ha dicho: “Claro que no quiero ver un cisma. Pero no tengo miedo de los cismas”, señala el arzobispo emérito de Hong Kong, cardenal Zen, en una entrevista concedida a New Bloom. “Pues yo le digo: “Usted está impulsando un cisma. Usted está legitimando la iglesia cismática en China”.
Zen lleva ya años denunciando la situación en su patria, China, donde el misterioso pacto suscrito con Roma ha dado todas las ventajas a la Administración comunista sin exigirle, aparentemente, nada a cambio. Roma ha levantado la condena sobre la Iglesia Patriótica, creada y gestionada por el Partido Comunista Chino, y reconocido incluso sus órdenes presbiteriales y episcopales, pero el acoso y la persecución a la Iglesia fiel, la que se ha mantenido durante décadas leal a Roma hasta el martirio, sigue implacable e incluso se recrudece.
Se presiona cada vez con mayor fuerza a los clérigos fieles para que se alisten a la Iglesia Patriótica, cuyo presidente, un obispo, acaba de recordar que el amor a la patria está por encima del amor a la Iglesia, y se sustituyen en los templos crucifijos e imágenes sagradas por retratos de Xi Jinping, pero desde Roma no se protesta contra estos abusos ni se explica el sentido del acuerdo. Incluso el Papa, de vuelta de Japón, encontró el modo de no condenar la represión de las protestas en Hong Kong.
Zen ve el principal culpable de este trágico asunto en el secretario de Estado, Pietro Parolin, del que tiene la impresión de que está “manipulando al Santo Padre”. Para el arzobispo emérito, “es un misterio real por qué un hombre de Iglesia, conocedor de China y del régimen comunista, hace lo que él está haciendo ahora. La única explicación es que no se trata de una decisión basada en la fe, sino en la búsqueda de un éxito diplomático. Es la vanagloria”.
Zen ve el principal culpable de este trágico asunto en el secretario de Estado, Pietro Parolin, del que tiene la impresión de que está “manipulando al Santo Padre”. Para el arzobispo emérito, “es un misterio real por qué un hombre de Iglesia, conocedor de China y del régimen comunista, hace lo que él está haciendo ahora. La única explicación es que no se trata de una decisión basada en la fe, sino en la búsqueda de un éxito diplomático. Es la vanagloria”.
Y concluye: “Este último acto es realmente increíble. El documento dice: “Para llevar a cabo el ministerio abiertamente, hay que estar registrado en el gobierno”. Y hay que firmar. Firmar algo en lo que se dice que tienes que apoyar a la iglesia independiente. […] El documento contiene cuestiones que son contrarias a nuestra ortodoxia y nos instan a firmar. Uno no se puede engañar a sí mismo. No puedes engañar a los comunistas. Estás engañando a todo el mundo. Estás engañando a los fieles. Firmar el documento no es firmar una declaración. Cuando firmas, está aceptando ser miembro de una iglesia que está sometida al partido comunista. Es terrible, terrible”.
Carlos Esteban