Tomado de Specola, 22 de febrero de 2020
Monseñor Joseph Zhu Baoyu, de noventa y ocho años, chino, obispo y católico, se ha curado del coronavirus y ya son muchos los que proclaman el «milagro». La terquedad de un casi centenario, ante una patología que parece imparable, termina por sazonar un debate, el de lo que la Iglesia Católica debe hacer en China, que está en constante evolución. Puede que no se crean los milagros, pero lo sucedido al prelado asiático es ciertamente singular, así como la fe del pueblo católico chino, ya sea subterránea o no, es única.