Su condena fue revocada, pero el cardenal mártir George Pell todavía enfrenta demandas civiles a partir de las falsas denuncias de abuso.
El padre de uno de los acusadores, ahora fallecido, afirma que los “abusos” de Pell, que nunca sucedieron, causaron la ruina de su hijo.
Una segunda demanda civil, basada en las mentiras descaradas, ya ha sido archivada.
Una tercera demanda se refiere a abusos cometidos por un ex Hermano Cristiano a quien Pell, como vicario episcopal en Ballarat, “ayudó” presuntamente a trasladarse de escuela en escuela. Esto también es mentira, dado que los Hermanos Cristianos no están bajo supervisión diocesana.
Después de la liberación de Pell, militantes del odio embadurnaron con grafitis la catedral de San Patricio, en Melbourne, y la puerta del monasterio donde Pell pasó la noche.
Al día siguiente Pell abandonó el lugar, pero los equipos de noticias anti-Iglesia lo persiguieron.
La cobarde Conferencia Episcopal Australiana no mostró apoyo para Pell, mientras que el arzobispo Nguyen Chi Linh, presidente de la Conferencia Episcopal Vietnamita, lo felicitó de todo corazón por su liberación, diciendo que la estaban esperando
Kathy Clubb reveló en el sitio web RemnantNewspaper.com que Pell escribió detrás de los barrotes de la cárcel un manuscrito de 300.000 palabras sobre su experiencia en los últimos años, el cual será publicado.
Ahora, la notoriamente corrupta jurisdicción vaticana comenzará a perseguir a Pell con un proceso canónico. Según fuentes eclesiásticas, se incluirán las mentiras de los falsos acusadores de Pell.
El padre de uno de los acusadores, ahora fallecido, afirma que los “abusos” de Pell, que nunca sucedieron, causaron la ruina de su hijo.
Una segunda demanda civil, basada en las mentiras descaradas, ya ha sido archivada.
Una tercera demanda se refiere a abusos cometidos por un ex Hermano Cristiano a quien Pell, como vicario episcopal en Ballarat, “ayudó” presuntamente a trasladarse de escuela en escuela. Esto también es mentira, dado que los Hermanos Cristianos no están bajo supervisión diocesana.
Después de la liberación de Pell, militantes del odio embadurnaron con grafitis la catedral de San Patricio, en Melbourne, y la puerta del monasterio donde Pell pasó la noche.
Al día siguiente Pell abandonó el lugar, pero los equipos de noticias anti-Iglesia lo persiguieron.
La cobarde Conferencia Episcopal Australiana no mostró apoyo para Pell, mientras que el arzobispo Nguyen Chi Linh, presidente de la Conferencia Episcopal Vietnamita, lo felicitó de todo corazón por su liberación, diciendo que la estaban esperando
Kathy Clubb reveló en el sitio web RemnantNewspaper.com que Pell escribió detrás de los barrotes de la cárcel un manuscrito de 300.000 palabras sobre su experiencia en los últimos años, el cual será publicado.
Ahora, la notoriamente corrupta jurisdicción vaticana comenzará a perseguir a Pell con un proceso canónico. Según fuentes eclesiásticas, se incluirán las mentiras de los falsos acusadores de Pell.