La inocencia de Pell sigue coleando entre la alegría de muchos y el silencio de los medios adictos al régimen. Por si las cosas no estaban claras cada vez las tenemos mucho más. Esperemos que el cardenal se reponga de la tortura sufrida, por propios y extraños, y sigamos contando con un buen defensor de la tradición católica. Por la forma de hablar, el Papa Francisco da por hecho que sobrevivirá a la epidemia a pesar de contar con todas las variantes naturales para que no sea así: sus años, su salud y las patologías previas hacen que estemos ante un riesgo alto de contagio con consecuencias irreversibles. Las cosas son como son y estamos ante un periodo en que necesariamente tendremos que pensar mucho más en el futuro que en el pasado. El cardenal Pell vuelve con un autoridad crecida y pensamos que tiene delante años decisivos. Sin duda. Dios escribe derechos con renglones muy torcidos.
Specola