El Santuario de Fátima está tomado, como si fuera el objetivo anunciado de un ataque. Pero contra quienes quieren defenderlo, con 3.500 agentes de la GNR portuguesa, es contra sencillos peregrinos que todos los años se acercan en peregrinación al lugar de las apariciones en el aniversario del día en que se produjo la primera, el 13 de mayo. ¿Razón? El riesgo de contagio por coronavirus.
El obispo de Fátima ya dijo que este año se hará la celebración sin peregrinos, y el rector del santuario, padre Carlos Cabecinhas, envió un mensaje por vídeo implorando a los fieles que “peregrinen en sus corazones” y no se acerquen al lugar. Pero, al parecer, no acaban de fiarse.
La operación va a tener dos fases, y en la práctica se bloquearán todos los accesos por carretera a Fátima los días más ‘peligrosos’, 12 y 13 de mayo.
Inicialmente, la ministra portuguesa de Sanidad había indicado que la peregrinación física podría tener lugar siempre que se guardaran las precauciones necesarias, pero el obispo António Marto optó por la vía más cautelosa de cancelar las ceremonias públicas.
Carlos Esteban