Es indudable que estamos ante el pontificado más político de los últimos tiempos en donde el Papa Francisco se implica de forma directa con las corrientes que son llamadas populistas y toma partido, de forma descarada y visible. Entendemos que esto, que se hace de forma consciente y reiterada, es complicado explicarlo como fruto de ingenuidad o de manipulación. La crisis profunda, como nunca antes hemos conocido, que corroe a la Iglesia Católica no parece importarle y predomina el principio de que no importan si nos quedamos cuatro, siempre que sean de los míos. Los ataques continuos al proselitismo suponen realmente el fin de la ‘propagación de la fe’ como la hemos conocido, ya no tiene sentido la actividad misionera, salvo que sea solo y exclusivamente humanitaria y poco o nada misionera. Hoy es un día de noticias especialmente políticas en las que el Papa Francisco aparece como actor y el Vaticano como organismo que lo secunda.
Tenemos un artículo de George Weigel publicado en Catholic World Report intentando explicar lo que está pasando en China, así como el papel del Vaticano y del Papa Francisco.
Tenemos un artículo de George Weigel publicado en Catholic World Report intentando explicar lo que está pasando en China, así como el papel del Vaticano y del Papa Francisco.
El problema ahora se centra en Hong Kong en donde se están intentando imponer las leyes de «seguridad nacional», con la intención de defender a Hong Kong de los «secesionistas», «terroristas» e «influencias extranjeras», y frenar al vibrante movimiento prodemocrático de Hong Kong. Con el mundo distraído por el virus Wuhan, Xi Jinping cree que este es el momento de reprimir aún más a los de Hong Kong, imponiendo el poder comunista. El intento de romper el movimiento democrático de Hong Kong es un aspecto de una campaña de represión más amplia que afecta a las comunidades religiosas chinas en el continente. Un millón de musulmanes aún están encerrados en los campos de concentración de Xinjiang, donde son «educados». Las iglesias protestantes están bajo amenaza constante.
Y se siguen tomando medidas represivas contra los católicos y sus iglesias, a pesar del acuerdo de casi dos años, y aún secreto, entre la Santa Sede y Beijing. Ese acuerdo, que le dio al Partido Comunista Chino un papel principal en el nombramiento de obispos, se parece cada vez más a uno en el que el Vaticano ha regalado mucho a cambio de promesas vacías. Los católicos chinos que no se suman a la línea del Partido Comunista Chino son perseguidos. Los efectos de esta triste historia en la misión evangélica de la Iglesia en la China del futuro, con suerte una China poscomunista, no serán positivos.
Estamos viendo cómo utiliza el Papa Francisco y el Vaticano el caso George Floyd en Estados Unidos al más puro estilo ‘antifa’ que tan poco pega a los refinados diplomáticos pontificios. Por ahora, sobre lo que sucede en Hong Kong y en China la Santa Sede guarda un silencio absoluto que solo se puede interpretar como aprobación y no como ignorancia. Ni una palabra defendiendo los derechos humanos fundamentales y la libertad religiosa. Todo apunta a que los diplomáticos vaticanos quieren reanudar la fallida Ostpolitik de la Europa central y oriental en la década de 1970. El Vaticano y el Papa Francisco han elegido el camino equivocado y los traicionados católicos chinos lo saben muy bien.
El otro caso que está haciendo correr ríos de tinta es el de George Floyd, de 46 años, originario del «Tercer Barrio» de Houston y asesinado en Minneapolis el 25 de mayo durante su arresto por el agente de policía Derek Chauvin. Los amigos de Estados Unidos nos cuentan cómo están las cosas y la prensa Italiana empieza a hacerse eco. Vivimos una ola de protestas violentas en muchas ciudades de Estados Unidos, con enfrentamientos, llamados «disturbios», disturbios con devastación de la propiedad pública y privada, incendios, asaltos y saqueos.
Las dinámicas son las mismas de otros casos. El caso de Rodney King, un afroamericano de 26 años de edad fue masacrado con porras y armas láser por un grupo de policías de Los Ángeles que luego fueron absueltos, causando el llamado «L.A. Disturbios «de abril de 1992. Casos como el de George Floyd y Rodney King, lamentablemente, hay muchos e inmediatamente se relacionan con un problema de racismo por parte de la policía estadounidense. La relación entre «blancos» y «negros» asesinados por la policía demuestra que no es así. En 2017 el número de «blancos» asesinados por la policía es de 457, mientras que los «negros» 223; en 2018, la proporción cayó a 399 (B) y 209 (N); en 2019 los números van a 370 (B) y 235 (N). En pocas palabras, entre 2017 y 2019, la policía mató a 1226 «blancos» y 667 «negros». Los datos refutan la teoría de que la policía mata a más afroamericanos.
Más que un problema de racismo, el problema está relacionado con una sociedad tendencialmente violenta en un país donde puedes ser asesinado a tiros por un robo «banal», por un «tiroteo» entre pandillas, o por haber llamado a la puerta equivocada la noche de Halloween; la policía también puede matar por un delito «trivial». La cuestión del racismo está ciertamente presente en algunos contextos, pero reducir todo a esto significa perder de vista una serie de aspectos que indican que la cuestión es mucho más compleja.
Mucho nos tememos que los que están detrás de las represiones de Hong Kong son los mismos que se llaman ‘antifas’ en Estados Unidos. El Papa Francisco ha dado la espalda, algunos dicen traicionado, a los católicos chinos y cada vez es más claro que también la ha dado, incluso que está traicionando, a los católicos norte americanos. Los católicos norte americanos están mucho más al lado de Trump que del Papa Francisco, como lo están muchos de los sacerdotes y, aunque en silencio, muchos de sus obispos. Sin duda una extraña situación, nueva en la historia, de la que no podemos saber sus consecuencias y que por ahora nos tenemos que limitar a contar que existe.
La civiltá S.J. nos intenta explicar la petición del salario universal de Papa Francisco y, al más pudo estilo jesuítico, nos llena de matices y reflexiones en las que el argumento se pierde dando la razón o quitándola, o quizás solo a medias o mejor a ratos, o depende, o ya veremos, intentando explicar lo inexplicable pero quedándonos con un sí que se parece mucho a un no, o con un no cercano al sí. Será por argumentos.
Los medios del Vaticano nos anuncian a bombo y platillo la creación de una plataforma de contenidos. En el fondo es ordenar lo que tenemos y ‘venderlo’ unido y con una cierta lógica. Seguro que muchos pensarán que esto ya tenía que existir desde hace años, pero mejor tarde que nunca. Esperemos contar con el inmenso patrimonio de los últimos pontificados mucho más accesible. Desde las primeras imágenes de León XIII hasta el día de hoy contamos con un magnífico archivo que harás las delicias de muchos.
El Amazonas sigue siendo una región especialmente castigada por la epidemia, por la ‘pataleta de la pachamama’.
Estamos viendo cómo utiliza el Papa Francisco y el Vaticano el caso George Floyd en Estados Unidos al más puro estilo ‘antifa’ que tan poco pega a los refinados diplomáticos pontificios. Por ahora, sobre lo que sucede en Hong Kong y en China la Santa Sede guarda un silencio absoluto que solo se puede interpretar como aprobación y no como ignorancia. Ni una palabra defendiendo los derechos humanos fundamentales y la libertad religiosa. Todo apunta a que los diplomáticos vaticanos quieren reanudar la fallida Ostpolitik de la Europa central y oriental en la década de 1970. El Vaticano y el Papa Francisco han elegido el camino equivocado y los traicionados católicos chinos lo saben muy bien.
El otro caso que está haciendo correr ríos de tinta es el de George Floyd, de 46 años, originario del «Tercer Barrio» de Houston y asesinado en Minneapolis el 25 de mayo durante su arresto por el agente de policía Derek Chauvin. Los amigos de Estados Unidos nos cuentan cómo están las cosas y la prensa Italiana empieza a hacerse eco. Vivimos una ola de protestas violentas en muchas ciudades de Estados Unidos, con enfrentamientos, llamados «disturbios», disturbios con devastación de la propiedad pública y privada, incendios, asaltos y saqueos.
Las dinámicas son las mismas de otros casos. El caso de Rodney King, un afroamericano de 26 años de edad fue masacrado con porras y armas láser por un grupo de policías de Los Ángeles que luego fueron absueltos, causando el llamado «L.A. Disturbios «de abril de 1992. Casos como el de George Floyd y Rodney King, lamentablemente, hay muchos e inmediatamente se relacionan con un problema de racismo por parte de la policía estadounidense. La relación entre «blancos» y «negros» asesinados por la policía demuestra que no es así. En 2017 el número de «blancos» asesinados por la policía es de 457, mientras que los «negros» 223; en 2018, la proporción cayó a 399 (B) y 209 (N); en 2019 los números van a 370 (B) y 235 (N). En pocas palabras, entre 2017 y 2019, la policía mató a 1226 «blancos» y 667 «negros». Los datos refutan la teoría de que la policía mata a más afroamericanos.
Más que un problema de racismo, el problema está relacionado con una sociedad tendencialmente violenta en un país donde puedes ser asesinado a tiros por un robo «banal», por un «tiroteo» entre pandillas, o por haber llamado a la puerta equivocada la noche de Halloween; la policía también puede matar por un delito «trivial». La cuestión del racismo está ciertamente presente en algunos contextos, pero reducir todo a esto significa perder de vista una serie de aspectos que indican que la cuestión es mucho más compleja.
Mucho nos tememos que los que están detrás de las represiones de Hong Kong son los mismos que se llaman ‘antifas’ en Estados Unidos. El Papa Francisco ha dado la espalda, algunos dicen traicionado, a los católicos chinos y cada vez es más claro que también la ha dado, incluso que está traicionando, a los católicos norte americanos. Los católicos norte americanos están mucho más al lado de Trump que del Papa Francisco, como lo están muchos de los sacerdotes y, aunque en silencio, muchos de sus obispos. Sin duda una extraña situación, nueva en la historia, de la que no podemos saber sus consecuencias y que por ahora nos tenemos que limitar a contar que existe.
La civiltá S.J. nos intenta explicar la petición del salario universal de Papa Francisco y, al más pudo estilo jesuítico, nos llena de matices y reflexiones en las que el argumento se pierde dando la razón o quitándola, o quizás solo a medias o mejor a ratos, o depende, o ya veremos, intentando explicar lo inexplicable pero quedándonos con un sí que se parece mucho a un no, o con un no cercano al sí. Será por argumentos.
Los medios del Vaticano nos anuncian a bombo y platillo la creación de una plataforma de contenidos. En el fondo es ordenar lo que tenemos y ‘venderlo’ unido y con una cierta lógica. Seguro que muchos pensarán que esto ya tenía que existir desde hace años, pero mejor tarde que nunca. Esperemos contar con el inmenso patrimonio de los últimos pontificados mucho más accesible. Desde las primeras imágenes de León XIII hasta el día de hoy contamos con un magnífico archivo que harás las delicias de muchos.
El Amazonas sigue siendo una región especialmente castigada por la epidemia, por la ‘pataleta de la pachamama’.
En otros tiempos, San Bonifacio, el apóstol de Alemania que hoy celebramos, alrededor del año 723 viajó a la Baja Sajonia en medio del invierno; sabía que iban a realizar un sacrificio humano, usualmente la víctima era un niño, a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado y que era conocido como “El Roble del Trueno”. Llegó la víspera de Navidad justo a tiempo para interrumpir el sacrificio y les dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el martillo del dios falso, Thor», así es que ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol sangriento ya nunca más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy a destruirlo”. Señaló a un pequeño abeto y dijo: “Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo esta noche. Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes. Miren cómo las puntas están dirigidas hacia el cielo. Hay que llamarlo el árbol del Niño Jesús; reúnanse en torno a él, no en el bosque salvaje, sino en sus hogares; allí habrá refugio y no actos sangrientos, regalos amorosos y ritos de bondad”.
«Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»
Buena lectura.
«Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»
Buena lectura.
Specola