11.
El mar embravecido
y en la zozobra, casi, de la nave...
de lo
desconocido
un vientecillo suave
llega, y nadie de dónde viene sabe.
12. Y en lo más escondido,
12. Y en lo más escondido,
cuando mi ser entero se conmueve
y parece
perdido,
un vientecillo leve
de mi alma el centro lo remueve.
13. Y libre alzo el vuelo,
13. Y libre alzo el vuelo,
pues antes un hilillo lo impedía …
y encuentro
así el consuelo
que antes no tenía,
esclavo, cuando libre me creía.
“De nuevo os veré y se alegrará vuestro corazón y nada podrá quitaros vuestra alegría” (Jn 16, 22)
“De nuevo os veré y se alegrará vuestro corazón y nada podrá quitaros vuestra alegría” (Jn 16, 22)
“Aparta ya de mí tus ojos, que me matan de
amor” (Cant 6, 5)
14. Vino hasta mí el Amado
14. Vino hasta mí el Amado
antes que el sol naciera por el teso,
y, habiéndome mirado,
sentí en sus
ojos eso
que sólo amor lo cura con un beso.
15. Si de nuevo me vieres
15. Si de nuevo me vieres
allá en el valle, donde canta el mirlo,
no digas que me
quieres,
no muera yo al oírlo
si acaso tú volvieras a decirlo.
16. Amado, en tu mirada
16. Amado, en tu mirada
rebosa el corazón, enamorado,
sin nostalgia de
nada,
sintiéndose embriagado
y hacia tí todo el ánimo volcado.
17. Pues eres poesía,
17. Pues eres poesía,
y belleza reside en tu mirada,
colmando de alegría,
jamás imaginada,
a todo el que recibe tu llamada.
18. Con ansias de saber si me querías
18. Con ansias de saber si me querías
mis ojos a los tuyos se volvieron,
mas viendo en su fulgor lo que sentías,
los míos por tu amor
desfallecieron.
19. Pasando por los prados
19. Pasando por los prados
tus ojos con
los míos se encontraron;
miráronse callados
y heridos se quedaron
en la
llaga de amor que se causaron.
20. Si, a cambio de mi
nada,
tu vida me la das para que viva,
y me das tu mirada,
en mis ojos
se aviva
la llama que, en los tuyos, me cautiva.
21. La luz que de tus ojos
al corazón atento le llegaba
quitaba sus enojos
y tal valor le daba
que ya temor ninguno le quedaba.
Continuará