Mientras el cardenal Parolin se dirige a la Asamblea de la ONU para elogiar al organismo internacional, el presidente le pone deberes: que se dediquen a proteger al no nacido y los derechos de las minorías religiosas.
Las Naciones Unidas deben “centrarse en los problemas reales del mundo”, ha dicho el presidente Donald Trump en un mensaje telemático dirigido a la Asamblea General en el 75 Aniversario de la fundación de la organización internacional. Y entre esos problemas, el presidente norteamericano ha citado “el tráfico de seres humanos y sexual, la persecución religiosa y la limpieza étnica de minorías religiosas”.
Curiosamente, en ciertos momentos el presidente y el secretario de Estado vaticano parecían haber cambiado los papeles. Así, Trump dejó claro en su mensaje que su país, Estados Unidos, se compromete a “proteger a los niños no nacidos”.
No es la primera vez que Trump habla de la defensa del no nacido ante una organización que lleva tiempo tratando de universalizar el derecho al aborto y que tiene la reducción drástica de la población mundial como una de sus prioridades. En 2019 también ante la Asamblea General, dijo que “como muchas otras naciones aquí presentes, en América creemos que todo niño, nacido o no nacido, es un sagrado don de Dios”.
Trump, siguiendo la llamada Política de Ciudad de México, por la que Estados Unidos que estipula que todas las organizaciones no gubernamentales que reciben fondos federales deben abstenerse de promover o realizar servicios relacionados con el aborto en otros países, siguen esforzándose por rediseñar su estrategia de asistencia internacional, y pretenden aplicarla también a los contratos de Defensa y gubernamentales con las ONG.
Estados Unidos interrumpió su financiación del fondo de población de Naciones Unidas (UNFPA) por su asociación con China, cuya política oficial de un máximo de dos hijos por mujer se aplica mediante abortos y esterilización forzosos. También ha reducido su colaboración financiera con la Organización de Estados Americanos después de que uno de sus departamentos presionara políticamente para que se despenalizara el aborto en aquellos países donde sigue siendo delito.
Carlos Esteban