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martes, 6 de octubre de 2020

El ‘católico’ Biden promete una ley federal para perpetuar el ‘derecho’ al aborto (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


El candidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido que si es elegido aprobará una ley federal que haga del aborto un derecho indiscutible en todo el país.

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El aborto es en Estados Unidos un derecho constitucional reconocido por la jurisprudencia del Tribunal Supremo asentada en el caso Roe vs Wade en los años setenta del pasado siglo. Eso significa que los estados no pueden castigar el aborto o restringirlo de modo significativo.

Pero lo que un Supremo puede hacer, otro posterior puede deshacerlo: esa es la clave de la nominación de jueces del alto tribunal por parte del presidente de turno. Hasta ahora, los miembros proaborto del tribunal superaban a los contrarios o, si se prefiere, los progresistas eran más que los conservadores. Pero el presidente Trump ha metido en el Supremo a dos jueces presuntamente conservadores y ha nominado a un tercero, Amy Coney Barrett, católica y provida, con lo que, por primera vez en muchas décadas, podría vislumbrarse el fin del régimen abortista en un futuro no muy lejano.

Esto, naturalmente, aterra al bando que tiene en el aborto su sacramento, por no hablar de la poderosísima red de abortorios Planned Parenthood. Y, dado que el Partido Demócrata es el partido de los proabortistas, la iniciativa presentada por Biden es la única manera de contrarrestar el temido vuelco del supremo: una ley federal, aplicable a todo el territorio de la Unión, que proclame el aborto como un derecho. Eso, en principio, debería hacerlo inmune a una hipotética sentencia futura del Supremo que contradiga la dictada en el caso de Roe vs Wade.

La sangrante ironía de todo el asunto es que Biden es católico. No solo eso, sino que hace de su fe un elemento de su campaña, igual que usa su ‘cercanía’ con Su Santidad el Papa Francisco.

La decisión de Biden no hace sino agravar el aprieto en que se encuentran los obispos norteamericanos. El episcopado estadounidense es tradicionalmente demócrata, entre otras cosas porque su base social es tradicionalmente demócrata, pero también porque políticas como la facilitación de la inmigración masiva aumenta previsiblemente su ‘parroquia’.

Desde finales del siglo pasado, se habían valido de una ‘doctrina’ pergeñada por el cardenal Bernardin, la de la ‘túnica inconsútil’, para no oponerse al menos a los demócratas: el voto no debe decidirse por una medida, por grave que sea, que proponga un partido, sino por el conjunto global de su política. Es retorcido, pero así funciona.

De hecho, la estrategia de comunicación de los políticos católicos abortistas, como el gobernador de Nueva York, Andy Cuomo, la ‘speaker’ de la Cámara, Nancy Pelosi, o el propio Biden, solía ser que ellos están ‘personalmente’ contra el aborto, pero que no consideran justo imponerlo a los demás, como si oponerse a matar a un niño por nacer fuera una pintoresca rareza católica.

Pero Biden ha subido la apuesta con esta última defensa cerrada de la masacre de nasciturus más allá de lo que permite seguir alegando que Biden es católico o que el episcopado puede permitirse en buena conciencia mantenerse neutral en este asunto.

Roe v. Wade must remain the law of the land. pic.twitter.com/1Gq6Ncc2IK

— Joe Biden (@JoeBiden) October 6, 2020

Carlos Esteban