La encíclica Hermanos Todos de Francisco ignora la “dimensión trascendente” y la “moral católica”, dijo el 14 de octubre el arzobispo Viganò en el sitio web LifeSiteNews.com.
Pregunta qué “hermandad” - el tema principal de la encíclica – podría existir alguna vez si se considera irrelevante el asesinato de los niños por nacer.
Viganò no ve en Hermanos Todos “ni una brisa de amor”, ni para Dios ni para el hombre, porque la encíclica, en vez de despertar al hombre moderno de su “hechizo hipnótico de fariseísmo, ecologismo, pacifismo, ecumenismo y globalismo”, lo confirma en todo esto.
Para hacer el bien a un hombre pecador y rebelde, es necesario explicarle que al alejarse de Dios se convertirá en esclavo de Satanás y de sí mismo, explica Viganò y concluye: “Ningún sentido de hermandad con otras almas condenadas puede remediar la enemistad hacia Dios”.
Viganò cuestiona el “sueño utópico y pasajero” contenido en Hermanos Todos que está “cerrado” a la Gracia de Dios.
Para Viganò, la encíclica muestra "el vacío de un corazón marchito, de un ciego privado de la visión sobrenatural, que piensa, a tientas, que puede dar una respuesta que él mismo ignora primero".