En esta deslumbrante mañana de cielos azules sobre la ciudad de Roma se empieza a colocar el enorme abeto en la vacía Plaza de San Pedro. Un toque humano y navideño que da un poco de vida y color al desierto colonato, diseñado para abrazar. En la actual sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, existe una técnica que permite cambiar la actitud popular hacia conceptos considerados totalmente inaceptables. Esta técnica, llamada ‘la ventana Overton’ consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado, y que puede ser más eficaz que una bomba nuclear para destruir comunidades humanas. Las etapas son bien conocidas pasando de lo impensable a lo radical, de lo radical a lo aceptable , de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular y de lo popular a lo político. Mucho no tememos que ya estamos en esta última fase, los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización de lo impensable.
Valli nos ofrece un interesante artículo sobre como todo esto se está aplicando al cristianismo. El concepto de las ‘ventanas de posibilidades’, inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse también al hecho religioso y podemos pasar a nuevos dogmas prohibiendo los antiguos, entrando en un abismo demoniaco de autodestrucción. El camino está marcado: imposible, posible, aceptable, razonable, popular y finalmente legal. El juego he tenido éxito con divorcios, abortos, uniones homosexuales y con el género ya casi llegamos, actualmente está en la fase popular, a la espera de ser legal. Normalmente se necesitan unos diez años para obtener resultados, pero si las ventanas están vinculadas, el tiempo tiende a ser más corto, de hecho, la finalidad del encadenamiento de ventanas es cambiar y eliminar el propio concepto de familia. No se pretende solamente trastocar un comportamiento, sino incluso una fe, la cristiana, y por tanto, toda una civilización.
La nueva táctica: no más guerras, no más envidia; ahora todo se juega a nivel moral y sobre todo sexual. De ahí la revolución sexual de los años sesenta del siglo pasado, que por fin parece ser el arma adecuada en manos del Enemigo. El sexo, libre de responsabilidad, agrada a todos, es atractivo, no implica guerras. Del uso de la envidia pasamos al del egoísmo y por tanto al subjetivismo: cada uno es Dios para sí mismo y los imperativos morales son los que todos prefieren seguir. Y de hecho, el divorcio, el aborto, las uniones homosexuales y el género tienen como denominador común esta idea de la sexualidad que se puede resumir en la fórmula «Hago lo que más me gusta y nadie debe interferir». La Iglesia trató de oponerse a ella, Juan Pablo II y Benedicto XVI, con su predicación y su ejemplo, retrasaron la deriva subjetivista y relativista, hoy está barrera ya no existe. El pontificado actual, en lugar de dar señales claras, es extremadamente desorientador. La mayoría, que se ha convertido en minoría, primero es ridiculizada, luego silenciada, luego censurada y finalmente perseguida, y eso es exactamente lo que está pasando. Por el momento todavía estamos en la etapa de censura, pero llegando rápidamente a la persecución.
Bisignani es un personaje que sigue siendo influyente en el mundo romano, condenado por la justicia italiana por sus vínculos con el hampa romana, cliente preferente del banco Vaticano, ‘coordinador’ de intereses de logias, unido a todas las ‘Ps’ , la P1, P2… Su presencia en la prensa es escasa y con mensajes siempre subliminales, nunca indiferentes. El pontificado del Papa Francisco está al final, en sus horas más bajas y nos dice ‘desde la pequeña noticia que se filtra’ que, en función del curso de la pandemia, puede convocar un consistorio extraordinario, entre febrero y mayo. El objetivo puede ser la aprobación de la reforma de la curia, tan prometida y tan retrasada. El último rayo cayo sobre el cupulón el 11 de febrero, ¿podemos estar en vísperas de otro?
El abrazo del Papa al Islam es deseado y cuidado, no le interesan los cristianos perseguidos, pero parece preocupado por minorías alejadas de la fe católica. Los cristianos nunca han sido perseguidos como en este período histórico, según la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, más de 300 millones de cristianos viven en tierra de persecución. Estos cristianos sufren humillaciones, hostigamientos, en muchos casos son acusados injustamente del llamado crimen de blasfemia y encarcelados, sus hogares destruidos, se ven obligados a abandonar sus aldeas, niñas secuestradas, desaparecidas y obligadas a «convertirse» y casarse con su torturador. ¿por qué los uigures sí y la represión cristiana por parte de los chinos no?
El caso que supuso la dimisión del cardenal Becciu después de la investigación de L’Espresso sigue con más sombras que luces. Becciu demandó al semanario, se desconoce si la iniciativa judicial está fundada, pero es cierto que el director, Marco Damilano, ha contraatacado con todas las armas. El Espresso no niega que una copia del semanario «estaba en manos del Santo Padre», pero por otro lado afirma que durante la audiencia todavía estaba preparando las cosas para publicar. Seguimos con demasiadas preguntas sin respuesta: ¿quién la hizo tener?, ¿y por qué no creerlo, si el Espresso la cuenta? El trabajo de un pseudoperiodista como Coccia debe ser verificado meticulosamente para confirmar que lo que escribe es cierto. Los tribunales en Italia , aunque sean desesperadamente lentos, son los habituales de un estado de derecho y no están permitidos los juicios sumarios con corte de cabeza. En el vaticano no existe la presunción de inocencia. Becciu no está investigado, ni en Italia ni en el Estado de la Ciudad del Vaticano, ni acusado, solo tenemos supuestas acusaciones de los magistrados vaticanos por corrupción y además, Becciu sigue siendo cardenal. Estas son la formas de actuar del los tribunales pontificios, Becciu ya está decapitado y no sabemos bien el porqué. Lo repetimos una vez más, Becciu tiene todo el derecho a defenderse, pero estamos seguros de que no llegará, se prefiere cerrar el caso que escarbar en complicadas complicidades. El Papa Francisco puede pensar que así manda más y refuerza su poder ante posibles ‘revueltas’ pero es un signo mas del miedo a la verdad y de terrible debilidad. En el caso McCarrick estamos en las mismas y los macarristas en sus puestos.
«Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés…»
Buena lectura.
Specola