Monseñor Athanasius Schneider publicó el 12 de diciembre una declaración contra las vacunas Covid-19 hechas con [tejidos de] bebés abortados. La declaración fue co-firmada por
• el cardenal Janis Pujats, de Riga (Latvia)
• el arzobispo de Astana (Kazajistán), monseñor Tomasz Peta
• el ex arzobispo de Karaganda, monseñor Jan Pawel Lenga
• el obispo de Tyler (Texas/Estados Unidos), monseñor Joseph Strickland
Un grupo internacional de científicos y médicos participaron en la elaboración de la declaración, que rechaza el “coro creciente” de conferencias episcopales, obispos individuales y sacerdotes que “permiten” esas vacunas.
Los cinco prelados rechazan los dos documentos del Vaticano (2005, 2008) que apoyan la teoría que una vacuna inmoral puede ser “moralmente lícita” en “casos excepcionales de necesidad urgente” si no hay alternativa.
La declaración explica que esta posición es inaceptable para los católicos, quienes “categóricamente y más allá de toda sombra de duda rechazan el aborto en todos los casos como un mal moral grave que clama al cielo por venganza”.
El principio teológico de una “cooperación material” moralmente posible se aplica para Schneider sólo a casos como pagar impuestos o utilizar productos fabricados con trabajo esclavo, pero no al “monstruoso” crimen del aborto, el cual es “el peor de todos los genocidios conocidos” por el hombre.
El texto culmina diciendo que “los fines no pueden justificar los medios”.