El Manual sobre Ecumenismo del Vaticano, presentado el 4 de diciembre, admite la ruptura con la tradición católica.
El número 17 afirma que los católicos “no sólo pueden ciertamente, sino que deben” buscar oportunidades para rezar con otros cristianos, pero deberían comprender que algunas comunidades cristianas no practican la oración en común, “tal como fue alguna vez el caso de la Iglesia Católica”. El Manual recomienda rezar juntos los Salmos y los Cánticos escriturísticos.
Es fácil mostrar que las exigencias contenidas en el Manual se oponen a la doctrina católica:
• Sínodo de Laodicea (363 d.C.): “Nadie debe rezar en común con herejes y cismáticos”.
• Concilio de Cartago (397 d.C.): “Nadie debe rezar o cantar salmos con herejes”.
• Derecho Canónico (1917 d.C.): “No es lícito para los católicos asistir o tomar parte en forma activa en ceremonias no católicas”.
• Congregation del Santo Oficio (1949 d.C.): “Se debe evitar cualquier comunicación en el culto”.
El Manual, n. 20, recomienda que los “ministros” católicos y otros “ministros” cristianos prediquen durante los servicios no eucarísticos de los demás.
El Manual, n. 36, afirma que la fe y una “disposición adecuada” son suficientes para que los no católicos reciban la Comunión. El Concilio de Trento condena esta postura y define que la fe sola NO es una base suficiente para recibir la Comunión, porque se necesita también la Confesión.
El Manual manipula el lenguaje, introduciendo palabras como “interconfesional” e “intereclesial”. Utiliza el término “Iglesias” para las comunidades no católicas sin distinción, con letras mayúsculas para las comunidades ortodoxas y en letras minúsculas para las sectas protestantes.