Estos días escuchábamos la noticia referente al cierre del seminario de San Rafael. Una persona que conoce bien la situación nos habla de ello.
Quien no conoce la diócesis de San Rafael difícilmente pueda comprender porque a los laicos y sacerdotes ha entristecido tanto la noticia del cierre del Seminario “Santa María Madre de Dios”.
Soy laica, nacida y criada en esta diócesis. Aquí también trabajo y vivimos en la actualidad con mi esposo e hijos.
Nuestro Seminario comienza con Monseñor León Kruk, 4to Obispo de nuestra diócesis que comprende los departamentos de San Rafael, Malargüe y General Alvear. Un territorio de 87.286 km. Cuando León Kruk inicia su actividad pastoral, año 1973, se evidencia la necesidad de contar con un seminario diocesano donde formar sus propios pastores. Para las 250.000 almas encomendadas a su ministerio solo había nueve sacerdotes diocesanos y diez sacerdotes religiosos.
Fue así que, después de muchas oraciones y sacrificios, recién el 24 de marzo de 1984, se pudo fundar nuestro Seminario. Se veía a esta casa de formación, como obra de Dios y manantial de bendición y gracias para toda la diócesis. Prueba de ello es el aporte de laicos y empresas para las obras de construcción. La mayoría de las familias sanrafaelinas contribuyeron y contribuyen, en la medida de sus posibilidades, al sostenimiento de la Institución.
Muchos frutos de santidad han dado este Seminario, algunos visibles… pero los más, invisibles y solo conocidos por Dios.
Centenares de sacerdotes se han formado en esta casa de estudios con una enseñanza coherente, sólida y fiel al Magisterio de la Iglesia. Dios se ha valido de esta generosa Institución, y de sus sacerdotes, para que la Semilla del Reino sea esparcida. Baste el actual ejemplo del trabajo de los sacerdotes diocesanos en Cuba; las decenas de sacerdotes incardinados en otras diócesis de Argentina y el mundo. Y el aporte de sacerdotes que NUESTRO SEMINARIO ha realizado al clero castrense.
Esta referencia meramente histórica de nuestro Seminario es para que se pueda, aunque sea sucintamente, apreciar la entrañable y estrecha relación que el Seminario tiene con el pueblo sanrafaelino y con miles de laicos dispersos por el país, incluso en el mundo.
Que no parezcan exageradas las cadenas de Rosario, Horas de Adoración, Novenas, Treintenas a San José, pedidos en las redes sociales, cartas a nuestro Obispo, Nunciatura e incluso a la Santa Sede pidiendo para que no se cierre esto que es TAN NUESTRO…
Al Seminario “Santa María Madre de Dios” aprendimos a quererlo siendo niños… a la casa de mis padres todos los sábados (días de apostolado) iban a almorzar los primeros años entre tres y cinco seminaristas y terminábamos nuestra sobremesa con una guitarreada… Somos 11 hermanos, pero en nuestra mesa siempre había lugar para un curita más. Luego de casada, siendo parte del Movimiento Familiar Cristiano, fueron varios sacerdotes de NUESTRO SEMINARIO quienes asesoraron a los distintos grupos de matrimonio. También fueron varios los sacerdotes de NUESTRO SEMINARIO los que atendieron y acompañaron los grupos parroquiales donde iban nuestros hijos. Y con el tiempo, nuestro hogar se transformó en aquello que al principio conté era la casa de mis padres: siempre en la mesa había lugar para un curita más de NUESTRO SEMINARIO. Nuestros hijos aprendieron a apreciar, respetar y querer a los sacerdotes de NUESTRO SEMINARIO como nosotros lo aprendimos en nuestra casa natal. Y les voy a explicar porque la gran mayoría de nuestra diócesis sureña comparte este cariño entrañable por NUESTRO SEMINARIO:
¿Había o hay algún enfermo de urgencia en terapia intensiva? Un sacerdote de NUESTRO SEMINARIO va a administrarle la Unción o llevarle el Santo Viático… No importa la hora, puede ser la madrugada, un sacerdote de NUESTRO SEMINARIO estará en vela en el Servicio Sacerdotal Nocturno por si alguna urgencia lo requiere.
¿Había o hay algún problema de adicción en hijos o amigos? ¡Que gracia la nuestra! Un sacerdote de NUESTRO SEMINARIO te va a aconsejar, ayudar, consolar… para eso se formó y sigue formando: estas son las problemáticas actuales y NUESTRO SEMINARIO debe saber dar respuestas.
¿Había o hay alguna dificultad o ruptura familiar? ¿Algún matrimonio o pareja amiga pensando en la separación? Con cuanta sencillez, humanidad y visión sobrenatural un sacerdote DE NUESTRO SEMINARIO va a aconsejar, va a custodiar el orden natural y va a saber acompañar.
¿Estabas preocupado o lo estás por la educación de tus niños? ¡Bendito sea Dios! Hay Colegios, atendidos por sacerdotes de NUESTRO SEMINARIO, que se disponen a acompañar en la educación familiar.
Hay recreos con niños correteando alrededor de sacerdotes DE NUESTRO SEMINARIO, que al igual que San Juan Bosco comparten con ellos sus alegrías para hacerse cercanos y acercarlos a Dios.
Hay sotanas por los pasillos y filas de niños que, sacerdotes de NUESTRO SEMINARIO, van a confesar y acercar al Banquete Celestial.
¿Había o hay algún enfermo en la familia? Rápido, avisamos en el hospital, y un sacerdote de NUESTRO SEMINARIO, asignado exclusivamente para ese apostolado, va a confesarlo y llevarle la Sagrada Comunión diariamente si el enfermo lo pide y también lo va a acompañar.
¿Sabes la necesidad material de alguna persona o las carencias de algún barrio o asentamiento? Ahí está Caritas. Y algún sacerdote de NUESTRO SEMINARIO, incluso en su propio vehículo, va a socorrer y llevar mercadería, ropa, medicamentos a esa familia o lugar. Es más, si la emergencia lo requiere, algún sacerdote de NUESTRO SEMINARIO pueda prestar sus instalaciones y conseguir lo que haga falta para que en su parroquia se instale un comedor infantil. No importa su siesta, no importan los ruidos, no importa su poca privacidad.
¿Falleció algún familiar? ¡Qué inmenso consuelo y que Misericordia la de Dios! No importa si es plena pandemia, si la cuarentena y el miedo al contagio impide alguna actividad, si incluso a tu madre no pudiste velar… Un sacerdote de NUESTRO SEMINARIO se va a asegurar que no le falte el Responso, que aún en la frialdad de una morgue, ese querido difunto se lleve la bendición final.
¿Cometiste un pecado mortal y tu conciencia no te deja continuar? ¡Que dicha la de nuestra diócesis! Con 28 parroquias, algún sacerdote de NUESTRO SEMINARIO siempre vas a encontrar disponible para confesar. Casi a la hora que desees y si tus disposiciones lo permiten la Misericordia de Dios se va a hacer actual.
Y podría seguir enumerando acontecimientos pasados y actuales de nuestro pueblo donde algún sacerdote de NUESTRO SEMINARIO ha sido protagonista, organizador, gestor o acompañante: Bautismos, Comuniones, Confirmaciones, Retiros, Campamentos, Peregrinaciones, Convivium, Obras de teatro, Autos Sacramentales, Congresos, Viajes, Conferencias, Aniversarios… Siempre fieles, siempre atentos a dar respuesta a las necesidades espirituales y también materiales de su rebaño.
Respetuosos y obedientes al Magisterio de la Iglesia, siempre buscando la gloria de Dios, siempre buscando que sus fieles amen y respeten lo más sagrado: La Sagrada Eucaristía, la santísima Virgen y la Santa Madre Iglesia representada en la persona del PAPA.
Quizás los medios periodísticos pueden informar. Pero difícilmente puedan situar en su justo lugar el dolor de todo un pueblo, porque ante un posible cierre de este Seminario, toda la diócesis ha mostrado su disconformidad y ha sido noticia en la gran mayoría de los medios nacionales e internacionales. Este seminario es parte de la historia, de la vida, de la cotidianidad de nuestro San Rafael, Malargüe y General Alvear.
Fabiola Martín de Pérez