El nuevo Congreso norteamericano se ha abierto con la abolición de los términos sexuados -padre, madre, hermano, hermana, hija, hijo- y con una ‘oración’ universalista que hace referencia al Brahma hindú.
Pocos días después de que la Casa Blanca de Donald Trump conmemorase a Santo Tomás Becket y su martirio por la libertad de la Iglesia frente al poder, la Cámara de Representantes norteamericana decide eliminar toda referencia sexuada en un paso más en la rebelión progresista contra la realidad, y el Congreso ha abierto su 117 sesión con una ‘oración’ cerrada con un estúpido “amen and a-women” y abierta con una referencia al dios hindú Brahma.
Ya saben, ahí entran todas las sensibilidades religiosas en una fraternidad de fes muy del gusto de la actual jerarquía eclesiástica. Solo que, pese a los optimistas deseos del Santo Padre, es dudoso que todos los cultos adoren al mismo Dios, y la prueba es la propia sociedad americana.
Las religiones tienen consecuencias, crean cultura y condicionan la forma en que se concibe la vida social. Ese Brahma al que el diputado Emanuel Cleaver hacía referencia en su oración universalista es parte de un sistema de creencias que engendró una sociedad de castas incomunicables. Si uno parte del sistema del karma, tiene sentido: el lugar donde uno nace está determinado por nuestra conducta en una vida anterior, así que quien nace, digamos, sudra, merece serlo durante toda su vida, y lo mismo puede decirse de quien nace brahmin o vaisiya. Es, en fin, una fe que justifica la más atroz desigualdad social y desanima el contacto entre los miembros de las distintas castas.
Alá, por su parte, es un dios ultravoluntarista. Todo sucede porque lo desea activamente, ni siquiera, como en el caso de la Providencia cristiana, porque lo permite. Es un dios que no tiene límite alguno, ni siquiera la razón o sus propias leyes. ¿Es extraño que las sociedades musulmanes hayan desarrollado un fatalismo que no ha sido exactamente beneficioso para la iniciativa y el progreso?
Pero Estados Unidos, su sociedad, su sistema de gobierno, es hijo de la fe cristiana, aunque no específicamente de la católica. Pretender lo contrario, fingir que da igual sobre qué fe base su destino, no augura un buen futuro para el país.
El rezo para empezar la primer sesión del 117avo Congreso de Estados Unidos, presidido por los demócratas, concluyó con un “amen y awomen” para ser inclusivos.
La idea provino del diputado demócrata Emanuel Cleaver.pic.twitter.com/TLbjBLa33v
— La Derecha Diario (@laderechamedios) January 5, 2021
Carlos Esteban