Un “sano pluralismo” de creencias religiosas puede contribuir a la prosperidad y la armonía de la nación, fantaseó el 5 de marzo Francisco frente a las autoridades civiles en el palacio presidencial de Bagdad.
Según él, la religión debe estar “por su propia naturaleza” al servicio de la “paz” y la “fraternidad”. Sin embargo, por su propia naturaleza, la religión está al servicio de Dios.
Francisco volvió a difundir la falsa creencia de que todas las personas son “hijos del único Dios y Creador”, mientras que en realidad Cristo es el hijo “unigénito” de Dios, y en su filiación todos comparten, los que han sido incorporados a él mediante los sacramentos