(CWR/Paul Senz) El arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap., ha sido una voz prominente en la Iglesia durante décadas. Sacerdote capuchino, fue obispo de la diócesis de Rapid City (Dakota del Sur) de 1988 a 1997, cuando fue nombrado arzobispo de Denver, cargo que ocupó hasta 2011. Fue arzobispo de Filadelfia desde 2011 hasta su jubilación en 2020.
Creció en una zona rural de Kansas y es miembro de la Prairie Band Potawatomie Nation: es el primer arzobispo con sangre nativa americana y el segundo obispo nativo americano de los Estados Unidos. Ha sido sacerdote durante más de 50 años y ha realizado tareas como profesor de teología, párroco y administrador provincial. Entre estos cargos y sus nombramientos episcopales, Chaput tiene una amplia experiencia de la vida de la Iglesia en los Estados Unidos, lo que le ha dado una visión particular de muchos de los problemas a los que se enfrentan los cristianos en nuestra sociedad.
Es autor de numerosos libros, el último de ellos titulado Things Worth Dying For: Thoughts on a Life Worth Living (Henry Holt and Co., 2021), en el que explora cuestiones sobre la fe, nuestro anhelo de Dios, el individualismo moderno y sus ídolos, y cómo podemos discernir lo que es realmente importante.
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El arzobispo Chaput ha hablado recientemente con Catholic World Report sobre este nuevo libro.
Catholic World Report: ¿Qué le impulsó a escribir este libro?
Arzobispo Charles Chaput: No fue una idea mía. Fue Bill Barry quien me lo sugirió. Bill ha sido mi agente y amigo durante 14 años. Cuanto más pensaba en ello, más sentido tenía su propuesta. Todos morimos, pero no todos vivimos realmente, «vivir» en el sentido de comprometernos con las cosas que finalmente importan. Así que, ¿cómo podemos conseguirlo? Quería escribir sobre ello.
CWR: Nuestra cultura no suele dar ningún valor a la muerte; en consecuencia, el concepto de que haya cosas por las que merezca la pena morir resulta extraño para mucha gente. ¿Cómo puede merecer la pena morir por algo cuando damos tanta importancia a la protección y a la prolongación de la vida (para mucha gente, a toda costa)?
Arzobispo Chaput: Esa pregunta sólo tiene sentido si vemos nuestra mortalidad, literalmente, como un «callejón sin salida». Muchos de nosotros sufrimos un tipo de desesperación sutil. El miedo a la muerte es venenoso. Lleva a la gente a sumergirse en todo tipo de evasiones y distracciones. Y es comprensible. Nadie quiere morir, incluido yo. Pero lo haremos. No hay manera de evitarlo. Leon Kass, el gran bioeticista judío, plantea una pregunta en sus escritos: ¿Por qué querríamos vivir otros 50 o 100 años más de lo normal? ¿Cuál es el propósito? La fe proporciona una respuesta que da sentido a nuestros límites. La fe cambia toda la dinámica de nuestro tiempo en el mundo. Si creemos en un propósito superior para nuestras vidas, y ajustamos nuestras elecciones y acciones a la realidad de una vida después de la muerte, eso arroja una luz completamente nueva sobre nuestro tiempo aquí. Sustituye el miedo por la esperanza; y la esperanza nos libera y nos hace capaces de amar.
CWR: «Tu coche fúnebre no tendrá portaequipajes». Esta es una frase que atribuye a su padre, y creo que es muy útil para explicar esta cuestión: «no puedes llevarte nada contigo», como dice el refrán. ¿Cómo podría ayudar a nuestra cultura si todo el mundo entendiera esto?
Arzobispo Chaput: Jesús dijo: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,32). Él encarnó la verdadera libertad porque se enfrentó y superó el miedo a la muerte, y al hacerlo nos liberó a todos para una vida nueva y eterna. Compara eso con la cultura que tenemos ahora. Como estadounidenses, nos enorgullecemos de nuestra nación como la tierra de los libres y el hogar de los valientes. Pero con demasiada frecuencia no somos ni lo uno ni lo otro. Estamos envueltos en distracciones y apetitos fabricados que nos asfixian y enervan. Si pensáramos más con claridad -no con morbosidad, sino con claridad- en nuestro fin, eso nos daría la sobriedad necesaria para cambiar el rumbo y perseguir las cosas correctas.
CWR: Como cristianos, como católicos, ¿tenemos una visión especial de aquello por lo que realmente vale la pena morir que no tienen nuestros hermanos no cristianos?
Arzobispo Chaput: Toda búsqueda seria de Dios tiene mérito. Pero no hay mejor explicación para el sentido de nuestras vidas que el cristianismo, y la razón es simple. Es verdad.
CWR: ¿Cree que la aparición de la COVID-19 el año pasado ha contribuido a la capacidad, o a la voluntad, de la gente de abordar cuestiones relativas a la mortalidad y a lo que es realmente importante en la vida?
Arzobispo Chaput: Para algunos ha sido así. Pero creo que la mayoría de la gente se ha centrado en tratar de evitar el virus, sin pensar mucho más allá de eso. Tal vez esté equivocado. Ojalá lo esté.
CWR: ¿Cómo le ha permitido la jubilación mirar esta cuestión de una manera nueva?
Arzobispo Chaput: Bueno, al menos para mí, el camino por delante es mucho más corto que antes. Eso sí que capta tu atención.
CWR: Como capuchino, ¿cree que la tradición franciscana (y específicamente capuchina) puede darnos una visión especial de las cosas por las que vale la pena morir?
Arzobispo Chaput: Sí, mucho. Los capuchinos fueron un movimiento de reforma dentro de la comunidad franciscana más amplia. Fueron un esfuerzo por purificar y volver al carisma franciscano original. Francisco amaba a los pobres, amaba la creación y amaba la mano de Dios en el mundo. Pero no había nada blando o indulgente en él. Exigía santidad en sí mismo y en sus hermanos. Conocía bien a la Hermana Muerte y entendía muy bien que para encontrarla con paz una persona necesita vivir para Dios y para los demás más que para sí misma.
CWR: En su ministerio sacerdotal y episcopal, es conocido por ser un defensor acérrimo de la verdad y predicador del Evangelio. ¿Se debe esto a que aprecia que son cosas por las que vale la pena morir?
Arzobispo Chaput: Ciertamente vale la pena vivir por ellas, porque son verdaderas y están llenas de libertad y alegría. Creo que cuando uno intenta realmente vivir según las convicciones en las que dice creer, cueste lo que cueste, hace maravillas.
CWR: ¿Hay algo más que quiera añadir?
Arzobispo Chaput: No tengáis miedo de morir. Tened miedo de no vivir realmente, de no vivir de una manera que nos conduzca, a nosotros y a los que amamos, a una eternidad de vida con Dios. La muerte no es el final. Es un comienzo. Es la puerta de entrada a un Padre que nos ama.