En la audiencia virtual de ayer el Papa Francisco se hacía, nos hacía, estas preguntas: «¿Cómo rezo? ¿Como loros o rezo con el corazón? ¿Cómo rezo? ¿Estoy seguro de que estoy en la Iglesia y rezo con la Iglesia, o rezo según mis ideas y hago que mis ideas se conviertan en oración? Esta es una oración pagana, no cristiana».
- Así vamos llegando a lo que un artículo de hoy llama el «pensamiento Bergoglio» marcado por un populismo que recuerda a Perón vestido de teología del pueblo.
- La lista de elementos ideológicos se alarga:
la propiedad privada como «derecho natural secundario»;
la feroz crítica del neoliberalismo,
la del capitalismo,
la defensa de la santa globalización y los nuevos órdenes,
el migracionismo,
los calentamientos,
el «prejuicio» anti-occidental,
el «mito del pueblo»…
En palabras de Sandro Magister, un populismo indefinido que echó raíces en tierras sudamericanas en la época de los caudillos.
El «Pensamiento Bergoglio» se presenta como una mezcla de cosas de tan complicado discernimiento e interpretación que puede que estemos buscando algo que no existe y por eso no lo encontramos.
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- En la China de los acuerdos secretos del Papa Francisco:
El régimen comunista ordena cerrar los orfanatos de religiosas y trasladar a los niños huérfanos y discapacitados a instituciones estatales.
- Hace pocos días se difundió la noticia desde Shanghai: «debido a la pandemia del Covid-19, cualquier peregrinación a Sheshan estará prohibida».
- Casos similares ocurren en iglesias y en escuelas de todos los niveles:
Se han cerrado muchas iglesias;
los jóvenes menores de 18 años tienen prohibido participar en cualquier actividad,
se cerraron los seminarios menores;
las publicaciones de la iglesia han sido suspendidas,
todas las iglesias están obligadas a colgar carteles y banderas para promover las ideas del Partido Comunista.
Estos son algunos de los frutos del acuerdo que contempla con gran optimismo nuestro Parolin.
Specola