Cuatro arzobispos de Irlanda han declarado que el ministro de Salud, Stephen Donnelly, convirtió “clandestinamente” la asistencia a la Misa diaria y dominical en un delito penal castigado con hasta cinco años de prisión.
Ellos pidieron la suspensión de la “medida draconiana”, describiéndola como un abuso de confianza, escribió el 18 de abril el sitio web irishtimes.com. La Iglesia irlandesa pide una reunión urgente con Donnelly, solicita asesoramiento jurídico y pide “la suspensión de este duro y poco claro instrumento estatutario”.
La medida fue clandestina porque el gobierno firmó la ley del 12 de abril sin anunciarla y la introdujo en los estatutos el 13 de abril.
El 14 de abril este cambio se utilizó contra Declan Ganley, del Partido Libertas, quien está impugnando la prohibición de la Misa en Irlanda. Un día después, el Primer Ministro irlandés, Micheal Martin, se reunió con varios obispos, pero no les informó de la ley anti-Misa.
Sólo el 16 de abril se conoció la ley, cuando un profesor de Derecho del Trinity College la publicó en twitter.com.