Los obispos estadounidenses no harán cumplir el Derecho Canónico contra el ladrón electoral y militante del aborto Joe Biden, predice George Neumayr en The Spectator. Los obispos estadounidenses carecen de la voluntad de negar la Comunión a Biden, a pesar de que el Canon 915 “obliga al ministro de la Sagrada Comunión a rechazar el Sacramento” a aquéllos que están en “pecado grave manifiesto”. Neumayr pregunta: “Si la facilitación directa de Biden de la matanza de niños no nacidos no entra en esa categoría, ¿qué lo hace?”
Neumayr observa que la Iglesia del Vaticano II ha engendrado a muchos de sus propios destructores. Llama a Biden un “católico” anticatólico que persigue a su propia Iglesia. Los obispos podrían haber aplastado a esta serpiente en su caparazón, pero debido a su laxitud y heterodoxia declinaron hacerlo. Biden es para Neumayr el producto de la pasividad de los obispos, la culminación de un catolicismo secularizado que los obispos permitieron que se extienda durante décadas.
Estos obispos explican por qué no aplican el derecho canónico contra los enemigos de la Iglesia, diciéndonos que “no somos guardianes de la Eucaristía”. Neumayr observa que tal afirmación habría sorprendido a los primeros obispos de la Iglesia. “Al negarse a controlar el sacramento de la Sagrada Comunión, los obispos han permitido que los enemigos de la Iglesia lo controlen”. Biden y sus amigos exigen autonomía para sí mismos en la esfera política, mientras se reservan el derecho de burlar las reglas de la Iglesia.
Todos los prelados influyentes de Francisco están en el tanque para Biden. Neumayr nombra a McElroy de San Diego, Gregory de Washington, Cupich de Chicago y Tobin de Newark. El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, un supuesto “conservador” que dijo que “las cuestiones incendiarias son cosa del pasado”, no es mejor. Ellos dicen que la Iglesia debe buscar el “diálogo” por encima de la confrontación. Neumayr observa que “por supuesto, ese diálogo nunca se produce”. Identifica esto como el llamado “enfoque pastoral” que ha vaciado los pastos de la Iglesia y expuesto el rebaño a los lobos.