Los gobiernos prohíben las curas efectivas de Covid-19 y utilizan el chantaje de los confinamientos perpetuos, las órdenes de no salir de casa y los “pases verdes” inconstitucionales para obligar a la gente a someterse a vacunas que no garantizan ninguna inmunidad y que conllevan graves efectos secundarios, escribe el arzobispo Carlo Maria Viganò en una declaración datada el 18 de mayo en el sitio web AldoMariaValli.it.
Pone en duda que la “pandemia” sea una catástrofe que cause millones de víctimas. De hecho, las tasas de mortalidad de 2020 no se salen de la norma. Por tanto, para él, no hay pruebas de que los gobernantes actúen pensando en nuestro bien y estén motivados por buenos principios.
Viganò admite que [supuestamente] es “difícil creer” que “los mercaderes de la iniquidad” [= los oligarcas] estén tan bien organizados, que hayan sido capaces de manipular la información, chantajear a los políticos, corromper a los médicos e intimidar a los empresarios para obligar a miles de millones de personas a amordazarse y a creer que las vacunas son la única manera de “escapar a una muerte segura”.
Pero después observa que hay un “guión único bajo una única dirección” con actores “que se ciñen al papel que se les asigna” y una “claque de periodistas mercenarios que distorsionan descaradamente la realidad”. De hecho, el 90% de los medios de comunicación estadounidenses -que dan la pauta a todos los medios de comunicación occidentales- son propiedad de seis oligarcas.
Como último paso, Viganò predice que el mando acabará siendo tomado “por unos pocos tiranos sin rostro”. Para alcanzar este objetivo, esta “secta maldita” se ha aliado con las altas esferas de la Iglesia, utilizando la autoridad moral del Papa y de los obispos para convencer a los fieles “de que se vacunen”, explica Viganò.
Pero él sabe que esta tiranía se derrumbará y que la victoria de Dios es segura.