Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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miércoles, 30 de junio de 2021
martes, 29 de junio de 2021
"El mundo, la carne, el diablo" (Monseñor Viganò)
La enseñanza aquí relatada, por la que estamos agradecidos al obispo Viganò, nos fortalece y reconforta. Aquí el índice de intervenciones anteriores y relacionadas.
Scitote quoniam Dominus ipse est Deus:
Ipse fecit nos, et non ipsi nos. ( Sal 99, 3)
Los enemigos de nuestra alma son siempre los mismos, y las emboscadas que nos preparan son siempre las mismas. El mundo, con sus seducciones; la carne, corrompida por el pecado original e inclinada al mal; el Diablo, enemigo eterno de nuestra salvación y que usa la carne para asediarnos. Dos enemigos externos y uno interno, siempre dispuestos a hacernos caer en el momento de la distracción, de la debilidad. Estos enemigos espirituales nos acompañan a cada uno de nosotros desde la infancia hasta la vejez, y a la humanidad a través de generaciones y siglos.
Los aliados con los que podemos contar para derrotar al mundo, la carne y el diablo son la Gracia de Dios, la asiduidad a los Sacramentos, el ejercicio de las Virtudes, la oración, la penitencia, la consideración del Novissimi, la meditación de la Pasión del Señor y la vida. en su presencia.
En esta era rebelde y descristianizada, en la que la sociedad no solo no ayuda en la búsqueda de nuestro objetivo final, sino que hace todo lo posible para alejarnos de él, la autoridad civil nos obliga a seguir el mundo, a complacer los deseos de la carne. y servir al enemigo de la humanidad. Una autoridad perversa y pervertida, que ha fallado en su deber de gobernar y gobernar el cuerpo social para llevar a los individuos a la salvación eterna; al contrario: quien niega la salvación eterna, rechaza a su Autor divino y adora a su Adversario.
No es de extrañar, por tanto, que esta modernidad apóstata, en la que la arbitrariedad es la norma y el vicio modelo a seguir, quiera borrar todo rastro de Dios y del Bien en la sociedad y en los individuos, haciendo un pacto infernal con el mundo, la carne y el mundo. el diablo. Esto es lo que vemos que está sucediendo en la promoción descarada de la sodomía, la perversión y el vicio en todas sus formas más abyectas; y en el escarnio, en la deslegitimación y en la condenación de la pureza, la rectitud y la virtud.
Pero si nuestra lucha diaria contra nuestros enemigos hoy incluye un esfuerzo titánico para luchar también contra el Estado, al que debemos considerar nuestro amigo y que en cambio trabaja para corrompernos desde una edad temprana, es doloroso y trágico ver a otros traidores. y mercenarios se unen a este asedio: malos pastores que abusan de su sagrada autoridad recibida de Nuestro Señor para empujarnos hacia la condenación, nos convencen de que lo que hasta ayer se consideraba pecaminoso e indigno de los que fueron redimidos por la Sangre de Cristo hoy se ha vuelto lícito y bien.
El espíritu mundano, la esclavitud a la concupiscencia y, lo que es más grave, la renuncia a luchar contra el Maligno han contagiado a gran parte de la Jerarquía de la Iglesia Católica, desde su cúspide, convirtiéndola en enemiga de Dios, su Ley. y nuestra alma. Como sucedió con la autoridad civil, también la autoridad religiosa ha abdicado de su propio papel, negando el propósito para el que fue deseada por la divina Providencia.
La novedad de esta perversión de la autoridad, que es preludio del choque trascendental de los Últimos Tiempos, radica precisamente en la corrupción de los Pastores y en el hecho de que los fieles individuales, como rebaño sin guía, se ven obligados a heroicamente resistir un asalto en varios frentes contra la Ciudadela, en el que se quedan solos por sus líderes, que abren las puertas y dejan entrar a las hordas enemigas para hacernos exterminar.
La discusión del Zan DDL, la imposición de la ideología LGBTQ + y el adoctrinamiento de la teoría de género en Italia siguen un plan focalizado organizado globalmente, que en muchos países ya se ha completado. Países en los que, después de dos siglos de revoluciones, la impronta del catolicismo había sobrevivido en el tejido social, hoy están completamente paganizados. Las banderas del arco iris ondean no solo en los edificios de las instituciones públicas, sino también en las fachadas de las catedrales, en los balcones de los obispados e incluso en el interior de las iglesias.
En los últimos tiempos, incluso hace apenas treinta años, se podría haber dicho que para apoyar a una minoría de personas engañadas por el vicio y defenderlas de la discriminación, el Estado tuvo que intervenir con formas de protección y con garantías de sus libertades. Una afirmación irrazonable e ilógica, en un examen más detenido, porque la libertad de la persona humana consiste en la adhesión de la voluntad al bien al que está ordenada su naturaleza, y en la búsqueda de su fin material y sobrenatural. Pero en el gran engaño de que el diablo siempre ha tendido al hombre, ese aparente pretexto había seducido a muchos. Parecía que se necesitaba coraje para reclamar el derecho al vicio y al pecado, contra la crueldad despiadada de una "mayoría respetable" todavía atada a los preceptos de la religión. Orgullo fue reclamado ser diferente en un mundo de iguales, tener derecho a un espacio de vicio en un "mundo virtuoso".
En esos años, la Iglesia todavía alzaba, quizás con menos convicción pero aún fiel a su mandato divino, la voz del Magisterio inmutable para condenar la legitimidad de los comportamientos intrínsecamente desordenados. Atenta a la eterna salvación de las almas, vio los desastres que sobrevendrían a la sociedad con la aprobación de estilos de vida totalmente opuestos a la Ley Natural, los Mandamientos y el Evangelio. Los Pastores supieron ser valientes defensores del Bien y los Papas no temieron ser objeto de ataques indecorosos por parte de quienes veían en ellos el kathekon que impedía la corrupción definitiva del mundo y el establecimiento del Reino del Anticristo. .
Hoy esa heroica batalla - y que hemos aprendido ya está debilitada por una extensa corrupción interna de obispos y sacerdotes - parece no tener más sentido, como tampoco parece la enseñanza de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y de los Romanos Pontífices. tener sentido. Los que se sientan en Roma se han rodeado de gente inmoral, que guiña el ojo a los movimientos LGBTQ + y que simulan hipócritamente una bienvenida y una inclusión que traiciona su elección de campo y sus tendencias pecaminosas. Ya no hay coraje, ya no hay fidelidad a Cristo, y llegamos a insinuar que, si Bergoglio pudo modificar la doctrina sobre la pena capital - algo inaudito y absolutamente imposible - ciertamente podría legalizar la sodomía, en el nombre de de una caridad que no tiene nada de católico y que repugna a la Revelación divina.
Las procesiones blasfemas que desfilan por las calles de las capitales del mundo y que vienen a blasfemar y burlarse perversamente del Sacrificio de Nuestro Señor en la Ciudad Santa, consagrada por la sangre de seis Santos Apóstoles Pedro y Pablo, son recibidas por los mercenarios de la secta conciliar, que guarda silencio ante las sacrílegas bendiciones de las parejas homosexuales pero condena de "rígidos" a los que quieren permanecer fieles a la enseñanza del Salvador. Y mientras los buenos obispos y sacerdotes se enfrentan a diario con la demolición que viene de arriba, vemos publicadas las encantadoras y seductoras palabras de Bergoglio a James Martin sj, en apoyo de una ideología perversa y pervertida que ofende a la Majestad de Dios y humilla a la Majestad de Dios. misión de la Iglesia y la sagrada autoridad del Vicario de Cristo [ aquí ].
Como Sucesor de los Apóstoles y Doctor de la Fe, en un espíritu de verdadera comunión con la Sede del Santísimo Pedro y con la Santa Iglesia de Dios, les dirijo una severa advertencia, recordando que su autoridad deriva de Jesucristo: y que tiene fuerza y valor sólo si permanece orientado al fin para el que lo constituyó. Consideren estos Pastores los escándalos que causan a los fieles y sencillos, y las heridas que infligen al cuerpo eclesial torturado; escándalos y heridas por las que deberán responder a la Justicia divina el día del Juicio particular y ante toda la humanidad el día del Juicio Final.
Exhorto a los numerosos fieles escandalizados y desorientados ante la apostasía de los Pastores a que multipliquen con espíritu sobrenatural sus oraciones y penitencias, implorando al Señor que se digne convertir a los mercenarios, devolviéndolos a Él y a la fidelidad a Su. enseñanza divina. Oremos a la Madre purísima, la Virgen de las vírgenes, para inspirar sentimientos de arrepentimiento en los Ministros corrompidos por el pecado y la impureza, para que consideren el horror de sus pecados y los terribles dolores que les aguardan: que se refugien en las Santas Llagas de Cristo, y serás purificado por el lavamiento de la Sangre del Cordero.
A nuestros hermanos seducidos por el mundo, por la carne y por el diablo, hago un llamado de corazón, para que comprendan que no hay orgullo en ofender a Dios, en contribuir conscientemente a los tormentos de su Pasión, en pervertir la propia naturaleza y en rechazar lamentablemente la salvación que Él conquistó del Padre a través de Su Muerte en el madero de la Cruz. Haz de tus debilidades una ocasión de santidad, un motivo de conversión, una oportunidad para hacer brillar la grandeza de Dios en tus vidas.
No te dejes engañar por un Enemigo que hoy parece complacerlos en tus vicios, con la única intención de robarte el alma y Maldito seas por la eternidad. Estén orgullosos - en verdad: orgullosos - no de la esclavitud al pecado y la perversión, sino de haber podido resistir las seducciones de la carne por el amor de Jesucristo. Piensa en tu alma inmortal, por la cual el Señor no dudó en sufrir y morir. ¡Rezar! Ruega a María Santísima, para que ella interceda ante su divino Hijo, dándote la Gracia de resistir, de luchar, de vencer. Ofrece al Señor tus sufrimientos, tus sacrificios y tus ayunos para obtener esa libertad del Mal que el Seductor te quiere quitar con el engaño. Este será el tuyo, nuestro verdadero orgullo.
+ Carlo Maria Viganò, arzobispo
29 de junio de 2021, SS. Apostolorum Petri et Pauli
lunes, 28 de junio de 2021
El Amor y el perdón, núcleo del Cristianismo
Homilía predicada el 23 de junio de 2013. Texto evangélico Mt. 5: 20-24.
Duración: 41 minutos
jueves, 24 de junio de 2021
Two Editors of Archbishop Viganò’s Writings Respond to the Accusations of Professor de Mattei
The following text is a composite response from Professor Brian McCall and Dr. Maike Hickson, both of whom are involved in book projects with collections of Archbishop Carlo Maria Viganò’s writings of the last years. We thought that, by virtue of our work and close collaboration with His Grace, we might be competent to speak for and defend him. We do so in two consecutive texts, written individually. We are both honored to add our Apologiae pro Viganò’ to those already published by Dr. Taylor Marshall: https://www.youtube.com/watch?v=gctxhniG1Rs and Robert Moynihan: https://insidethevatican.com/news/newsflash/letter-38-2021-tuesday-june-22-accusation/.
The Real Archbishop Viganò
Brian McCall
De Mattei levels three main accusations at the Archbishop: (1) the Archbishop’s public statements from 2020-2021 exhibit “discrepancies” from his statements from 2018—2019 and are essentially not in continuity; (2) the Archbishop’s more recent statements are “pompous” and “sarcastic;” and (3) the Archbishop is not the real author of the statements attributed to him recently and there is some secret alter ego author publishing them under his signature.
As to the first criticism, from someone who has studied the Archbishop’s writings extensively (both for publication through Catholic Family News) and for editing and explanation in the book A Voice in the Wilderness, I find absolutely no discrepancies between the identified time periods. I see a perfectly logical and coherent development of understanding running through the four-year period. As I explain at length in A Voice in the Wilderness, that logical progress goes from seeing a serious problem with corruption (and in particular sodomy and its harboring) in the highest levels of the hierarchy to tracing the root causes of that moral corruption to Vatican II and the New Mass. This is frankly the consistent and logical course of development that Traditionalists have been urging and praying for the priests and bishops of the world to follow. Archbishop Viganò avoids falling into the pit we have been criticizing “conservatives” for landing in for years: seeing the moral corruption as an isolated problem not connected to liturgy or doctrine. Rather than denouncing the Archbishop for discrepancies or being inconsistent, we should be congratulating and encouraging him for following the evidence wherever it led, even when it led to denouncing the conservative position and the “hermeneutic of continuity’ he had accepted during his Vatican career.
As to the second charge concerning the tone and manner of his more recent interventions, I am surprised to see them called “pompous.” As I explain in A Voice in the Wilderness, his message these past years has been incredibly humble. His Grace has done what so few clerics are willing to do and which takes humility: admit he was wrong. Even when his critics have blamed him for “criticizing” Pope Benedict XVI or claiming that Benedict “deceived” the whole Church, the Archbishop has been quick to respond and make clear that we were all deceived. He has disputed the ability of the “hermeneutic of continuity” to save us from the crisis, but he has made clear that he believes Pope Benedict offered it with good motives and with a love for the church. He has many times admitted his own fault in not seeing the problems with the Council earlier. Rather than pompously telling others “I told you so,” he has merely decried our mutual suffering at the hands of the great deception.
Yes, some of his expressions and criticisms have been strongly worded. Yes, he has called the Vatican of Pope Francis the New Sanhedrin. Yes, he alleged that there are those in the Vatican, including Francis, who are wittingly or unwittingly advancing the agenda of the “invisible enemy.” A grave crisis calls for strong words. The first step to healing is to admit one has a serious problem. Tiptoeing around a problem with euphemisms when the one suffering refuses to admit there is a crisis is not helpful. I remind readers that the late Archbishop Marcel Lefebvre was often criticized for using strong language to denounce the infiltration and betrayal of the Church. In his famous November declaration he referred to Paul VI’s Vatican as “Neo-Protestant and Neo-Modernist Rome.” In his famous sermon at Lille, he referred to the new rites as “bastard sacraments.” When we are living in self-denial, we sometimes need to be shocked out of it. I admit that some of Archbishop Viganò interventions include some sarcasm. Rather than a fault, I see these instances as strengthening his texts. Some of the things we have witnessed, the veneration of the Pachamama for example, are so outrageous that they deserve sarcasm. Yes, his language has been sometimes powerful, graphic, and sarcastic (although justified) but never pompous.
I also must note that in my regular personal, direct communication with Archbishop Viganò, I have found him to be kind, gentle, and very understanding. Much like Archbishop Lefebvre, I have noted his strong public statements when necessary are in tandem with his very gentle and supportive personal communication. I find this combination not disconcerting but saintly. I am also aware that Archbishop Viganò has provided caring and paternal spiritual guidance and assistance to many lost souls in this time of crisis. He has shown real compassion to help those who reach out for help.
As to the final and in my opinion most outrageous accusation, I find it extremely disappointing that such an accomplished historian would level such an accusation with no evidence or proof. I have already noted that I believe his public interventions are perfectly consistent with a mind open to the truth and reality who sifts the mountains of evidence of the past five decades that lead one to the Council and its New Mass. Certainly, many of the Archbishop’s interventions have been composed in Italian and translated by different translators over the past few years. I do not dispute that one might be able to point to some minor semantic differences in the English translations but there is nothing of substance that I find inconsistent with a developing understanding of the reality of the past five decades. I find it most bizarre that Professor De Mattei specifically attacks in this criticism the “philosophy of history” in the Archbishop’s writings. In these texts, I discover a philosophy of history that is clearly indebted to Professor De Mattei. Rather than seeing the Second Vatican Council as a collection of abstract texts, His Grace has come to see the Council as an entire historical event, and one that is part of a larger revolution. This is the same philosophy that I read in The Second Vatican Council: An Unwritten Story. Is Professor De Mattei disturbed that Archbishop Viganò has become his pupil of history?
As to this absurd and unfounded accusation that there is some secret behind the scenes author, how does Professor De Mattei explain the fact that many of the interventions of the past year are transcripts of conferences given by Archbishop Viganò personally and recorded in video or audio form (until YouTube deletes them). For example, his text from the Catholic Identity Conference was delivered via video. His speech at the Jericho March in Washington was also preserved in video as was his speech to the Venice Philosophy Festival. Does Professor De Mattei think that there is some Archbishop Viganò impersonator who gave these recorded lectures? The Archbishop himself publicly denied this scurrilous accusation (although I guess De Mattei might claim that was merely his double speaking).
After his first article, Professor De Mattei issued a second missive that purported to present linguistic evidence that there is a double who wrote the recent texts. He argues that since the Archbishop’s texts use the following expressions, which are also used by a blogger writing for Opportune Importune under the pseudonym Baronio, this Baronio must have authored the texts attributed to Viganò: “counter-church,” “conciliar sect,” “innovators,” and “idol” in reference to the Council. De Mattei claims further proof exists in that both Baronio and Viganò claim an equivalence between Vatican II and the New Mass and both claim that the New Mass was composed by progressives and those suspected of Freemasonry. He also adds that both refer to the New Mass as the “reformed rite” or “Montinian Rite.” This flimsy evidence is unworthy of such an eminent historian. The listed phrases are found all throughout Traditionalist literature and conferences for decades. Does de Mattei claim this Baronio is the secret author behind Michael, Davies, Chris Ferrara, and even Archbishop Lefebvre, all of whom have used some or all of these expressions? I have repeatedly claimed a deep equivalence between the Council and the New Mass and have written and spoken on the Freemasonic and Progressives who forged the New Mass. Am I next to be accused as a puppet of this Baronio?
Further, de Mattei claims that this Baronio is an Italian named Pietro Siffi, someone whom I do not know but who apparently is a controversial figure in Italian traditional circles. His main fingering of Siffi as Baronio/ Viganò II is a defense of Siffi on Baronio’s blog. Then to add insult to injury after using the flimsy vocabulary claims to link Viganò to Baronio and then just asserting that Baronio is Siffi, he intimates that Siffi is a practicing homosexual or at least sympathetic towards such lifestyle. This last intimation defies reason. Archbishop Viganò has been one of the few prelates of our time to unambiguously condemn sodomy and the attempt to temper Catholic doctrine on the intrinsic evil. We are now to believe that the power behind the miter is a homosexual! We are to believe all this on the basis of an anonymous blogger also using terms like “counciliar sect.”
Sadly, this attack on Archbishop Viganò is another example of a criticism often justly lobbed at Traditionalists. Too often some in the Traditionalist movement do not embrace with open arms those who find the truth late. They are often pushed away or mocked. We should rejoice for any Catholic, lay or clerical, who is willing to follow the evidence to its root. We should be tolerant of any rash or overly zealous language they may employ in discussing their newly found knowledge. (Not that I am claiming that the Archbishop has been overly rash or imprudently zealous). Too often we attack rather than welcome brave souls like Viganò.
I for one stand behind Archbishop Viganò. I welcome his contributions to the debate over the crisis in the Church. I read in all his texts, even his strongly worded ones, a true love for the Church and for lost souls. I admire his courage and his humility. To anyone scandalized by the recent attack, I would urge put these accusations aside and read the texts authored by Archbishop Viganò. Decide for yourself if he speaks consistent truth or not. I assure you that I find nothing in his public addresses or his personal correspondence with me that is inconsistent or contradictory. Finally, pray for Archbishop Viganò His brave stand against the New Mass and the Council will bring persecution, even from unlikely corners. Pray that he receives the grace to persevere to the end.
In Defense of Archbishop Viganò
Dr. Maike Hickson
It has been one of the greatest honors and joys of my work as a journalist and author to have gotten to know Archbishop Viganò personally and through his work. I am also currently working with him on a book dealing with his writings on the Second Vatican Council and the message of Fatima. It is a very rewarding work to collaborate with him in every aspect. Most of all, it is a spiritual endeavor that touches the heart of one’s Faith, because one sees a man of the Church who gives his all and his best to Christ’s Bride, willing to die for her. Day and night – I sometimes wonder when His Grace ever sleeps – Archbishop Viganò is at the service of mankind. People of all steps of life – from simple to high-ranking – have his attention and prompt assistance.
I can testify for this, since I am honored to have been the channel of many communications from priests and laymen who reach out to me, asking me to pass on a message to Archbishop Viganò. I have seen close up how quickly he responds, whenever he is able to. Promptus ad bonum, prompt unto the good, at every moment of his life. With fatherly kindness and gentleness, he responds to desperate souls, to priests who are under pressure from their superiors; to faithful who seek his advice.
I remember one case where I had asked Archbishop Viganò to pray for someone who was in a difficult situation, for weeks he kept him in his prayers. When finally he was able to reach out to that person, he wrote with such kindness, that the person was touched to tears.
Who is this archbishop who acts like a servant, a true shepherd, and a father?
It is Archbishop Viganò.
Also in our little family, we have been touched so many times by his kindness. When our daughter was sick for a longer time last summer, His Grace sent her sweet pictures and photos with angels and saints. He sometimes gets back to me, asking how someone in my family is now doing, and I had forgotten I had even mentioned it to him.
But also intellectually, Archbishop Viganò is such a blessing. He names things as they are. It seems that God used the McCarrick case to remove His Grace from the Church’s hierarchy and structure so that he would be fully free to speak in Catholic language. And He seems to bless him abundantly for his willingness to suffer for the Church and under her. So it makes sense that Viganò is growing deeper and deeper in his understanding of the crisis in the Church and in the world, as well.
My husband, who has followed the Church crisis for 40 years and with much agony, so often rejoices about Archbishop Viganò’s writings. “This is definitely his best text so far,” is what he has now said already several times, not knowing that something even better was to come! It is a great consolation to Robert to see that an archbishop of the Church finally speaks those criticisms that he has uttered for many years now and for which he himself had much to suffer. Viganò’s kindness toward him means so much.
In our many communications, I have seen how His Grace takes in new information, learns from others, and deepens his thought and takes counsel. I would say that it is his deep humility that makes this intellectual honesty possible.
At the same time – and here I respond directly to the claim of Professor de Mattei that there are two Viganòs – I can testify that what His Grace writes is authentically coming from him. There is no split between his own thoughts as he expresses them in private and his writings for the public. He might take counsel with others – as I have seen it myself –, but this is what every responsible churchman should do.
As to what His Grace is writing about, I can see much farsightedness. I still marvel at how clearly he saw the corona situation, more than a year ago, at a time where my family was still trying to figure out what was going on. Many of his statements have come to be proven right. Just the other day, a family member who works in the medical field told us how many patients she now has that have grave side effects from the corona vaccines. So much suffering, and we have a shepherd who tried to warn us, at a time where the Supreme temporal Shepherd appears to have largely abandoned us.
And truly, he leads us on the path of truth, repentance, reform, trust in God and love of Mary.
And this is why so many priests and faithful love Archbishop Viganò. Whether they agree with everything he says or with most of it, they know that he truly loves them and truly cares for them. He acts like a father to us. As one Catholic told me: “the sheep follow when they hear their shepherd’s voice.” Or as a priest told me who witnessed a telephone conversation between His Grace and a nun: “she took to him like a duck to water,” meaning they had an immediate, trustful rapport.
I have seen Archbishop Viganò calling in to give counsel, taking time to listen and to help.
This is the churchman my family and I so cherish.
miércoles, 23 de junio de 2021
Los miserables de la OMS modifican el artículo en el que decían que los “niños no deben vacunarse” y ahora ponen “la vacuna de Pfizer es adecuada para su uso por personas de 12 años o más”
Sinvergüenzas, miserables e incluso criminales, todos esos calificativos se nos ocurren después de descubrir que, tras publicar un artículo ayer mismo en el que indicaban que “los niños no deben vacunarse”, han modificado hoy mismo ese artículo, demostrando quién les paga, indicando que “la vacuna de Pfizer es adecuada para su uso por personas de 12 años o más”.
Y lo más grave de todo es que lo han hecho después de que ese artículo publicado se mencionara en cientos de publicaciones de todo el mundo con lo que entendemos que al sinvergüenza que dirige ese organismo, a esa rata llamada Tedros Adhanom, se le ha dado un toque muy serio después de la gran difusión que tuvo lo afirmado ayer por ELLOS MISMOS.
Observen el cambio realizado:
Y vean ahora lo que han dejado escrito justo en el lugar en el que ayer decían que no se debía vacunar a los niños.
Es escandaloso lo que está sucediendo con la manipulación de toda la información concerniente a la vacuna y mucho más escandaloso, todavía, cuando esta manipulación se realiza para ocultar que no se recomendaba vacunar a los niños y ahora, además de recomendar hacerlo, se hace con una marca de vacunas determinada.
Este oscurantismo, esta manipulación, este descaro demuestra que el organismo que debería ocuparse y preocuparse de la salud de toda la humanidad está dirigido por criminales a los que no les importa lo que suframos todos, niños incluidos, con tal de seguir llenándose sus asquerosos bolsillos. Esto es de lo más grave que hemos visto en todo este año y medio que llevamos de mentiras y de manipulación.
Si la OMS recomienda NO VACUNAR A LOS NIÑOS, ¿qué pretenden hacer gobiernos como el de España vacunando a los niños?
Vamos a ver si nos aclaramos porque esta gentuza que tenemos en los gobiernos de medio mundo pretenden volvernos locos; pero estén seguros de algo, no lo van a conseguir, porque vamos a seguir levantándoles el faldón cada vez que tengamos ocasión y vayamos teniendo evidencias de sus múltiples y criminales recomendaciones.
Según un comunicado de la OMS titulado “Consejo de COVID-19 para el público: vacunarse”, al que pueden acceder a través de este enlace, “los niños no deben vacunarse por el momento“. Sí, señores, lo han leído bien, LOS NIÑOS NO DEBEN VACUNARSE POR EL MOMENTO.
Si tenemos en cuenta que desde todos los gobiernos del mundo, incluido el de España, se nos ha dicho que siempre se guiaban por las recomendaciones de la OMS, ¿por qué pretenden vacunar ahora a los niños? ¿Por qué están experimentando las vacunas en los niños si la propia OMS, a la que tanto caso dicen hacer, recomienda que no se les vacune? ¿Qué pretende hacer esta gentuza con los niños saltándose las recomendaciones de la OMS?
Protejan a sus hijos. No permitan que se les vacune porque con esta gente ya hay que empezar a pensar muy mal.
Según un comunicado de la OMS titulado “Consejo de COVID-19 para el público: vacunarse”, al que pueden acceder a través de este enlace, “los niños no deben vacunarse por el momento“. Sí, señores, lo han leído bien, LOS NIÑOS NO DEBEN VACUNARSE POR EL MOMENTO.
Si tenemos en cuenta que desde todos los gobiernos del mundo, incluido el de España, se nos ha dicho que siempre se guiaban por las recomendaciones de la OMS, ¿por qué pretenden vacunar ahora a los niños? ¿Por qué están experimentando las vacunas en los niños si la propia OMS, a la que tanto caso dicen hacer, recomienda que no se les vacune? ¿Qué pretende hacer esta gentuza con los niños saltándose las recomendaciones de la OMS?
Protejan a sus hijos. No permitan que se les vacune porque con esta gente ya hay que empezar a pensar muy mal.
Nos da la sensación de que hay oscuras, muy oscuras intenciones escondidas detrás de esa pretensión de vacunar a los más pequeños.
Esta gente no es de fiar. ¿Van a poner las vidas de su hijos en manos de un gobierno como el que tenemos?
Médicos, periodistas y políticos : MENTIRAS "CIENTÍFICAS" (Fernando López Mirones)
PADRES POR LA VERDAD
Vídeo de duración 6:57 minutos en el siguiente enlace:
Lo que dicen Pfizer, Moderna y la OMS sobre las vacunas y sus efectos. Lo dicen ellos mismos, pero la gente no se entera porque no lo lee y forman colas para vacunarse. No es cierto que la Ciencia diga esas cosas. Lo que están inoculando no son vacunas sino medicamentos experimentales con efectos graves a largo plazo. Es todo una inmensa mentira "científica".
(Por Fernando López Mirones, Biólogo de gran prestigio)
.........
Reflexión del día ...
Reflexión del día ...
Me preguntan: como es posible que los padres sometan a sus hijos a la vacunación COVID-19?
Respuesta: Esto es para un psicoanalista realmente. Fijaros que es muy poco lo que se obliga, más bien se sugieren medidas; tanto el gobierno central como las CCAA y los organismos internacionales sugieren.
Los que están creando el sentimiento de obligación son los medios de desinformación y la gente traga ... y con ellos llega la IMPOSICIÓN moral ...
Y de ahí que la gente:
- Se autoconvoque a hacerse PCR'S
- Se obligue a llevar mascarillas
- Y ahora hasta hayan tomado la decisión de someter a sus propios hijos a un EXPERIMENTO genético de resultados potencialmente catastróficos.
Pero cuidado ... se hace en nombre del "bien común"...
martes, 22 de junio de 2021
DON PIETRO LEONE: EL CONCILIO Y EL ECLIPSE DE DIOS
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (I)
https://adelantelafe.com/don-pietro-leone-el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-i/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (II). Perspectiva histórica
https://adelantelafe.com/don-pietro-leoneel-concilio-y-el-eclipse-de-dios-ii-perspectiva-historica/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (III)
https://adelantelafe.com/don-pietro-leone-el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-iii/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (IV)
https://adelantelafe.com/el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-iv/
https://adelantelafe.com/don-pietro-leone-el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-i/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (II). Perspectiva histórica
https://adelantelafe.com/don-pietro-leoneel-concilio-y-el-eclipse-de-dios-ii-perspectiva-historica/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (III)
https://adelantelafe.com/don-pietro-leone-el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-iii/
Don Pietro Leone: El Concilio y el Eclipse de Dios (IV)
https://adelantelafe.com/el-concilio-y-el-eclipse-de-dios-iv/
Selección por José Martí
Arrecian las críticas al Papa desde la izquierda católica (Carlos Esteban)
El ala progresista de la Iglesia, los mismos comentaristas que deploraban las actitudes ‘ultraconservadoras’ de Juan Pablo II y llamaban invariablemente a Benedicto XVI por su apellido alemán (y, antes, el Panzerkardinal), nunca hicieron un secreto del hecho de que consideraban a Francisco “su” Papa. Pero la luna de miel está acabando, y la decepción con el Papa de algunos de la «izquierda» eclesial empieza a mostrarse.
El difunto cardenal belga Gotfried Danneels explicaba con bastante cinismo en su biografía cómo lo que él mismo llamaba ‘la mafia de San Galo’ -un grupo de cardenales progresistas que se reunían en la diócesis suiza regularmente- había seleccionado al cardenal arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, como su candidato para suceder a Juan Pablo II y, tras un primer fracaso, a Benedicto XVI.
Y no cabe duda de que Francisco, que apareció en la loggia vaticana junto al propio Danneels, ha dado grandes alegrías a quienes quieren completar el acercamiento al mundo iniciado por el Concilio Vaticano II en la dirección deseada, empezando por aquel “yo nunca he sido de derechas” de una primera entrevista en La Civiltà Cattolica y continuando por su entusiasta padrinazgo de algunas de las causas favoritas de la modernidad, como la migración masiva o el Cambio Climático.
Pero poco a poco el entusiasmo de los renovadores se ha ido enfriando, cristalizando en un sentimiento generalizado de frustración a medida que observaban que el Papa “amagaba, pero no daba” en temas que ellos consideran claves, como todos los que se están revisando en el llamado ‘camino sinodal’ alemán, un desafío a Roma iniciado por sus antaño más decididos partidarios.
La primera gran decepción pública llegó con ‘Querida Amazonia’, el documento postsinodal que daba carpetazo al proyecto a futuro de un sacerdocio femenino y disipaba esperanzas sobre una hipotética abolición del celibato sacerdotal obligatorio.
Llovieron expresiones de decepción, pero la sangre retórica no llegó al río. Ahora, en cambio, las críticas se hacen más duras. La última y de mayor peso ha aparecido en el ‘diario amigo’, La Repubblica, y de mano de la figura más importante de la llamada Escuela de Bolonia, el grupo de teólogos que considera que el pasado concilio cortó lazos con la Iglesia del pasado, inaugurando lo que que en la práctica puede considerarse un cristianismo nuevo.
Alberto Melloni desgrana un verdadero memorial de agravios, en el que llega a avisar al Papa -a quien llega a acusar de ‘autoritario’- de que cuando, recientemente, el cardenal Marx envió al Papa una carta abierta solicitando su renuncia al arzobispado de Munich y Frisinga (rechazada, finalmente), en realidad el alemán estaba entre líneas pidiendo la renuncia del propio pontífice.
Melloni carga contra el reciente decreto que obliga a dimitir a los líderes de nuevos movimientos tras diez años en el cargo, una medida que suena a defenestración masiva. Uno de los que, en teoría, debería verse afectado por la nueva norma es uno de los más abiertos apoyos del Papa, Andrea Riccardi, líder histórico de la Comunidad de San Egidio, que precisamente acaba de publicar ‘Arde la Iglesia: crisis y futuro del cristianismo’, en el que puede leerse: “En su actual soledad, el Papa se encuentra obligado a tener que constatar amargamente que su pontificado, ya desde hace tiempo, se precipita hacia un doloroso fracaso”.
Carlos Esteban
lunes, 21 de junio de 2021
Caso Viganò: el arzobispo y su doble (De Mattei)
El pontificado del Papa Francisco está llegando a su fin, como muchos admiten ahora, pero una puesta de sol puede ser tormentosa y nadie sabe qué tan profunda será la noche que seguirá antes de que finalmente amanezca.
La renuncia a la Archidiócesis de Múnich por parte del cardenal Marx es uno de los signos de la tormenta que se avecina, pero hay otra nube amenazante, tanto más inquietante cuanto que no es llevada por el viento del progresismo, sino por el viento de tan -llamado tradicionalismo. La nube tiene la figura, si no la identidad, de un prelado ilustre: Mons. Carlo Maria Viganò, arzobispo titular de Ulpiana y ex nuncio apostólico en los Estados Unidos. ¿Qué pasa entonces?
Mons. Viganò es un arzobispo que se distinguió en el servicio de la Iglesia, siempre dirigido, con generosidad y espíritu de entrega. Tras una brillante carrera diplomática, de 2009 a 2011 fue secretario de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, antagonizando a muchos por la decisión con la que intervino para restaurar la economía de la Santa Sede. En 2011 Benedicto XVI lo nombró nuncio apostólico en los Estados Unidos de América. Ocupó brillantemente este cargo hasta el 12 de abril de 2016 cuando, a la edad de 75 años, el Papa Francisco aceptó su renuncia. Como Mons. Viganò reveló que el 23 de junio de 2013 fue recibido por el nuevo pontífice y, con la franqueza que es suya, le informó de la desastrosa situación de algunos clérigos en Estados Unidos.
El Papa lo escuchó, pero no hizo nada, de hecho permitió que la situación empeorara. El pontificado bergogliano alcanzó el clímax de su crisis tras la promulgación de la Exhortación Amoris Laetitia del 19 de marzo de 2016. Mons. Viganò aumentó la preocupación y se acercó a los católicos que mostraban un espíritu de resistencia filial hacia el Papa Francisco. Finalmente, el 22 de agosto de 2018, el ex nuncio en Estados Unidos publicó un testimonio dramático en el que sacó a la luz la existencia de una red de corrupción en la Iglesia, cuestionando a los responsables, comenzando por las supremas autoridades eclesiásticas. Las revelaciones de Mons. Viganò nunca ha sido negado, sino confirmado por las medidas que tomó el Papa Francisco contra el Cardenal Mc Carrick. Temiendo por su seguridad, pero también por mantener una actitud de secreto, Mons. Viganò se retiró a un lugar secreto, donde aún reside. Otras intervenciones siguieron a la primera declaración audaz, desde el documento Scio cui credidi del 28 de septiembre de 2018, hasta la larga entrevista con el Washington Post del 10 de junio de 2019. Lo que caracterizó a estas intervenciones fue que eran raras y limitadas en contenido. El obispo Viganò se expresó con firmeza, pero habló solo de lo que sabía directamente, con sencillez y nobleza de lenguaje. Su credibilidad se basó en esto.
En 2020, el año de la pandemia, algo cambió inesperadamente y un nuevo Mons. Viganò apareció en el centro de atención. Cuando hablamos de un "nuevo" Mons. Viganò, por supuesto, no nos referimos a su persona privada, sino a su identidad pública, como se desprende de la avalancha de discursos que empezó a publicar a partir del recurso contra el "Nuevo Orden Mundial" del 8 de mayo de 2020. Este llamamiento no hizo No dejar de suscitar fuertes interrogantes en el mundo católico cercano a él, hasta el punto de empujar a algunos de sus amigos y admiradores a no suscribirlo. En las cada vez más numerosas declaraciones publicadas por él, el tono se volvió grandilocuente y sarcástico y los temas se extendieron a los campos teológico y litúrgico, en los que siempre había declarado que no tenía competencia, hasta el punto de llegar a consideraciones de geopolítica y filosofía de la historia. , ajeno a su forma de pensar y expresarse. Dos temas queridos por los tradicionalistas, como la liturgia y el Concilio Vaticano II, se convirtieron en su caballo de batalla, en un marco de filosofía de la historia dominado por la idea de un "gran reinicio", que a través de la dictadura de la salud y la vacunación masiva conduciría. al exterminio de la humanidad. El Papa Francisco, generalmente conocido como "Bergoglio", sería uno de los arquitectos de este plan.
Para quienes mejor lo conocían, o para quienes habían seguido sus discursos con mayor atención, las diferencias entre las declaraciones de Mons. Viganò de 2020-2021 y los de 2018-2019. Surge una pregunta cada vez con más fuerza: ¿es realmente el arzobispo Viganò el autor de los escritos del año pasado?
Debe hacerse una aclaración en este punto. El uso de colaboradores para los propios discursos no tiene nada de deplorable en sí mismo. Los Papas y Jefes de Estado suelen utilizar a los llamados " escritores fantasmas " que realizan investigaciones en su nombre o dan forma literaria a las ideas que les indican. Incluso los deportistas y los empresarios del espectáculo confían a menudo sus libros de impresiones o recuerdos a los periodistas.
Sin embargo, existen dos riesgos a tener en cuenta. En primer lugar, quien firma un texto, sea el autor o no, asume la responsabilidad del mismo, tanto en la forma como en el contenido del discurso, y debe tener mucho cuidado para evitar que su pensamiento y su lenguaje están tergiversados.
En segundo lugar, quien asume la autoría de un texto debe dar indicaciones generales a quien lo escribe, para que este sea su brazo y no su mente. De hecho, sería peligroso para el "escritor fantasma" determinar la línea de pensamiento del firmante del texto. Y esto puede suceder cuando el autor invisible se superpone al visible, debido a una mayor competencia o fuerza de personalidad.
La situación sería aún más peligrosa si se creara una relación de dependencia tal que el autor visible no pudiera prescindir del invisible y el invisible, por ejemplo, desapareciera, o quisiera imponer contenidos inaceptables, creando para el autor visible un dramatismo. "Brecha de comunicación"
La pregunta que nos hacemos es, por tanto, la siguiente: el análisis del lenguaje y el contenido de los documentos elaborados por Mons. Viganò en los años 2020-2021 revela un autor diferente al de los años 2018-2019. Pero si Mons. Viganò no es el autor de sus escritos, ¿quién es el que hoy lo reemplaza con la palabra, y quizás también con el pensamiento?
Nunca hubiéramos abierto el caso si tantos buenos tradicionalistas no hubieran presentado las declaraciones, no de Mons. Viganò, pero de su "doble". Es necesaria una aclaración por el bien de la Iglesia y de las almas que tienen en Mons. Carlo Maria Viganò un punto de referencia, pero también en interés del Arzobispo que ha servido tan bien a la Iglesia y todavía puede seguir sirviéndola.
(Roberto de Mattei)
PD Mons. Carlo Maria Viganò ya ha sido advertido en privado, por varias personas, de la existencia de este problema, desde hace más de un año.
El verano caliente del Papa Francisco, la ONU no quiere la soberanía del Vaticano, el caso Orlandi, San Luis Gonzaga
Empezamos semana, entramos oficialmente en el verano, seguimos apestados y la presión informativa no cede. El centro cismático se situaba hace pocos días en Alemania y ahora ha pasado a estados Unidos, pero en una dirección opuesta. En Alemania son minoría los obispos dispuestos a defender el público la doctrina católica y están sufriendo un proceso de aniquilación para dejar el camino libre a los postulados del camino sinodal. El Papa Francisco no parece estar ni a favor ni en contra, pero quiere dejar muy claro que aquí manda él y marca los tiempos. Las piruetas de Marx están, por ahora, anuladas y el interés informativo se traslada a Estados Unidos.
Son dos iglesias ricas, con abundancia de fondos y de instituciones, ambas sufriendo una desbandada y secularización en caída libre. Las dos reciben cuantiosas donaciones de sus fieles, en Alemania por la vía de impuesto religioso , en Estados Unidos por las donaciones directas de los fieles en sus parroquias. Los obispos americanos dependen de sus fieles y no hay pena de excomunión al que no paga. En Alemania hay dos iglesias cristianas que comparte espacios, en Estados Unidos hay una variedad infinita de confesiones de todo tipo. Los católicos alemanes no entienden el porqué tienen que convertirse en una especie de protestantes ‘dos’ y los americanos no entienden el porqué tienen que asumir las modernidades de sus iglesias vecinas. En ambos hay oferta religiosa para todos los gustos y el que es católico lo es por qué no quiere ser otra cosa que tiene al alcance de su mano.
Los problemas no los tenemos solamente es estos dos países, América latina se está protestantizando a pasos agigantados y la iglesia católica ha perdido su mayoría en algunos de sus feudos tradicionales. Se salvan las iglesias jóvenes de África y Asia, con matices, sin duda estamos ante una crisis global que florece hoy en Estados Unidos, ayer en Alemania y mañana, veremos.
Y seguimos con la comunión de Biden. El pecado público del soberano nunca es una cuestión «personal» y los pastores de la Iglesia tienen el deber de proteger a los fieles del escándalo dejando a un lado las repercusiones a nivel político; reafirmar la enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad de rechazar la Eucaristía «a los que perseveran obstinadamente en el pecado grave manifiesto» provocará una sana reflexión. Hay muchas declaraciones de obispos con nombres y apellidos en los medios, hacemos mención de los sublimes argumentos del macarrista Cupich que se esconde un la perplejidad de muchos sacerdotes «al escuchar que ahora los obispos quieren hablar de la exclusión de las personas en un momento en el que el verdadero desafío que tienen por delante es dar la bienvenida a la gente». Por primera vez en la historia de Estados Unidos tenemos un presidente en la Casa Blanca católico y a favor del aborto. En la mayoría de las situaciones, son precisamente los malos ejemplos los que arrastran a otros al mal; y cuanto más la persona que comete el mal disfruta de visibilidad, aprobación, autoridad, más la malicia de sus acciones puede generar una verdadera pestilencia moral para toda una nación e incluso para todo el mundo.
Estamos entrando en otra fase del pontificado del Papa Francisco y cada vez oímos hablar menos de primaveras, de la «Iglesia en salida», la iglesia autorreferencial, de las periferias del planeta y se habla de la ruptura de una fachada detrás de la que no había nada. El Papa Francisco no ha cumplido las expectativas de su «ala izquierda». Las reflexiones de Alberto Melloni, quien desde las páginas de la Repubblica enumeró una serie de razones por las que este «junio», para la Iglesia, sería «negro» y que ya hemos recordado, no han dejado a nadie indiferente. Melloni, es la «Escuela de Bolonia» y recuerda que Marx: «Al denunciar la inercia de la Iglesia, de hecho pidió la renuncia del Papa Francisco», » lo acusó de impotencia, de métodos enérgicos que, habiéndose convertido en la única cura para el silencio de los delitos de pedofilia, ya no pueden distinguir entre calumnias y denuncias». Las acusaciones ya no viene de la malvada y carca derechona ¿La izquierda eclesiástica está abandonado este pontificado?
Los males nunca vienen solos y este lunes tendremos informe de un grupo de “expertos” del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre lo mal que se están gestionando los abusos en la Iglesia católica. La finalidad es obligar al Vaticano a entregarse al aborto y la ideología de género, cambiar el derecho canónico para adaptarlo a un “protocolo de derechos humanos” que sutilmente respalda o menciona la “perspectiva de género” y los “derechos sexuales y reproductivos” y así presionar por el derecho al aborto. Los “expertos” se quejaron de que los concordatos y acuerdos de la Santa Sede con los Estados “limitan la capacidad de la autoridad civil para obligar a la producción de documentos o enjuiciar a personas asociadas con la Iglesia Católica”, y pidieron a las autoridades de la Santa Sede “que se abstuvieran de prácticas obstructivas y cooperar plenamente con las autoridades judiciales y policiales civiles de los países interesados”. Pretenden eliminar el secreto de confesión, «que impide a los sacerdotes que escuchan una confesión denunciar los delitos a las autoridades civiles» y la soberanía de la Santa Sede. Los “expertos” piden que desaparezca la distinción entre la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano y que los estados puedan tener plena jurisdicción sobre la Iglesia católica. El camino hacia la religión única se va allanando.
Han pasado 38 años, desde el 22 de junio de 1983, cuando Emanuela Orlandi desapareció en el aire después de una clase de música en Sant’Apollinaire. Su hermano Pietro se prepara para otra sentada para mostrar su indignación y su deseo de verdad, esperando que algo rompa ese muro de silencio que rodea al Vaticano. Tenemos entrevista en la que sobre Marcinkus: “No era en absoluto enemigo del Papa, al contrario, el Papa confiaba mucho en él hasta el punto de pedirle que le ayudara a encontrar dinero para enviar a Solidaridad, ya que Casaroli no estaba de acuerdo”. No tiene en lata estima la actuación del Papa Francisco: “Bergoglio ha levantado el muro en torno a esta historia incluso más que sus predecesores y demuestra un cierre total hacia Emanuela y su secuestro. El Papa ciertamente lo sabe y podría despejar muchas dudas, pero no tiene intención de hacerlo. Así que su ‘toma de decisiones’ lamentablemente seguirá haciendo todo lo posible para evitar que salga la verdad, pero al final cederán y la verdad saldrá a la luz ”. Historias que nos acompañan durante años y que no pierden actualidad, es lo que tiene no querer sulucionarlas a su tiempo.
El día 21 de junio de 1591 muere de peste en Roma San Luis Gonzaga. Se encontró con San Carlos Borromeo de visita pastoral a su pueblo, San Carlos 42 años y San Luis 12, entrevista de dos horas en la que el santo cardenal le habla de la Eucaristía – cosas de santos, nada de iglesia en salida, ni de primaveras, ni de ecología integral – y San Luis le pide entonces hacer la primera Comunión, que hace al día siguiente, sin cursillos ni nada, que tiempos. Llega a la corte española con 14 años como paje de don Diego, de 7 años, príncipe de Asturias y heredero del trono. A Felipe II le gustaba recordar como en una ocasión el príncipe don Diego, enfadado por un viento frío, gritó con indignación: “Viento, te ordeno que te vayas“. De inmediato Luis le replicó: “Alteza, Ud. puede mandar a los hombres, pero el viento obedece a Dios, al cual también Ud. debe obedecer“.
«…la medida que uséis, la usarán con vosotros.»
Buena lectura.
Specola
sábado, 19 de junio de 2021
LA GUERRA QUE ATRAVIESA LOS SIGLOS (Fray Benjamín de la Segunda Venida)
La guerra acaba siendo institución permanente y aun necesaria en el estado de naturaleza caída porque cada cual debe moverle pleito a sus pasiones desordenadas y le es lícita e inexcusable a toda nación la embestida contra aquello que ofende a la justicia. Los caballeros cruzados supieron esto, y no es casual que el apogeo de la Cristiandad haya coincidido con las gestas de liberación del Santo Sepulcro y el inicio de su decadencia con el sucesivo desinterés de los príncipes cristianos, alboreando el siglo XIV, por seguir contribuyendo con esta causa. La supresión de la orden templaria es, a este respecto, todo un signo del viraje de los tiempos. Que no se han detenido hasta alcanzar la mayor amplitud en el giro opuesto, opugnando el derecho natural y el divino con un cálculo y detallismo dignos de una voluntad perversa y una inteligencia extraviada por completo. Por eso en nuestro tiempo la guerra, por misteriosa concesión de la Providencia, beneficia abrumadoramente a los malos. “Le fue concedido hacerles la guerra a los santos y vencerlos”, dice del protervo enemigo aquel misterioso pasaje del Apocalipsis. Hasta que la Parusía de Nuestro Señor, que allí mismo se describe con una espada afilada saliendo de su boca para abatir a sus adversarios, venga a restaurar todas las cosas en una clamorosa acción de guerra contra todos quienes rechazan el primado universal de Cristo Rey. Desenlace de la historia que ya había sido anticipado por Jesucristo en su predicación cuando, próximo a Jerusalén poco antes de su prendimiento, concluye la llamada “parábola de las minas” advirtiendo que «en cuanto a mis enemigos, aquellos que no me querían por rey, traedlos aquí y degolladlos en mi presencia».
Hay una relación inversa, por tanto, entre la suerte que viene tocando a estos enemigos del nombre cristiano en los recientes siglos y la que les cupo en los tiempos en que la Cristiandad no había conocido mella en su acometividad, de modo de confirmarnos que en las postrimerías el abatirlos será una pura obra celestial. Lo que no impide advertir que el motor de la historia no es la lucha de clases, sino la guerra sin tregua entre dos cosmovisiones irreductibles: los “dos amores que fundaron dos ciudades” al decir de san Agustín o, precisando un poco más los caracteres a la luz de la prolongada experiencia histórica, la “cábala buena” y la cábala mala”, tal como las distingue el padre Meinvielle, recordando oportunamente que el término hebreo kabbalah significa «tradición».
Hay que hablar en rigor, entonces, de dos tradiciones que se remontan a la noche de los tiempos y determinan dos inconciliables visiones de las cosas cuyas raíces fincan en el futuro último, en la consumación y fijeza que encontrarán todos los destinos humanos, bien en la Jerusalén Celestial o en el fuego inextinguible. Se entabla entre ambas una dialéctica no inmanente sino trascendente, incapaz de una síntesis de opuestos y que en el devenir terreno reclama la supremacía total de una de las partes.
El padre Innocenti, en su La gnosi spuria, precisó el carácter de «subestimación de la metafísica» implicado en la parasitaria postura de la contra-tradición, la cual «parte de una concepción del ser entendido no como libre participación de una fuente perfectísima y amante, sino como degradación necesaria de un principio indeterminado por medio de una dialéctica inconsciente de los contrarios. De aquí procede el juicio negativo sobre la creación y la pretensión de rescate de este mundo degradado por la atracción originaria y final hacia la nada. El error inicial acerca de la estimación de lo perfectísimo trascendente conlleva el error acerca de su obra, especialmente acerca del hombre y el sentido de su vida». Grecia conoció este vértigo nihilista en la escuela sofística, cuyos representantes (como Protágoras, quien llegó a sostener que “el hombre es la medida de todas las cosas”) pueden motejarse con justicia como los primeros humanistas. Sin soslayar la paradoja entrañada en toda idolatría: la del amor reversible en odio hacia el propio objeto de culto que, cuando éste se identifica con el hombre mismo, puede aventurar una árida estación histórica de asedio compulsivo de toda humanidad. Lo que hoy tenemos a la vista, en gradación creciente.
La contra-tradición o cábala a secas (para darle el nombre consagrado por el uso) atraviesa entonces la historia en pugna con la Revelación y aun con el logos humano, y no abandonará la escena de este mundo hasta que Dios mismo pronuncie Su juicio. Se trata, pues, de una doctrina –o, más bien, de un haz de doctrinas variadas en sus manifestaciones pero sustancialmente una y la misma en su meollo y en sus premisas- sugerida al hombre por la serpiente antigua con miras a proporcionarle una viva experiencia del mal. Recrea y consolida a su modo la caída original, por la que el hombre deseó conocer experimentalmente la «ciencia del bien y del mal» cuando hasta entonces su pericia estribaba sólo en el bien. Porque la inimica vis o «potencia de aniquilación» se engolfa en la reciprocidad entre el mal y la nada, contrarreflejo del bien como atributo del ser. Su poder, limitado y transitorio pero no menos real, es el de la sugestión del abismo, de la experiencia engañosa –por imposible- de no ser, del sustraerse la criatura a las leyes que le vienen dadas con el don de su existencia no elegida y de rechazar la plenitud futura a trueque de una plenitud postiza verificable aquí y ahora –la de la rebelión y sus efectos- a pesar de los sucesivos desengaños. Desengaños que si merced a un milagro moral -verificable a veces- no logran arrancar al sujeto del ciclo descendente de sus desventuras, parecen obrar misteriosamente al modo de un tónico para facilitar la reincidencia. Ésta, que es en cifra la psicología del pecado, lo es también de la herejía y las doctrinas perversas, que suponen el pecado del espíritu.
Del mismo modo que la llamada proto-tradición, comunicada a su descendencia por los exiliados del Edén y reafirmada por Dios mismo a su pueblo cuando los efectos delicuescentes del pecado arrastrado por generaciones ponían en serio peligro su vigencia, así también la contra-tradición se desarrolló “en paralelo”, siguiendo más o menos de cerca el curso de los testimonios de la verdad inerme, acechándolos y asechándolos sin pizca de descanso. Tanto que si Dios mismo no hubiese intervenido con su portentosa mano en distintas ocasiones en favor de su pueblo -tal como lo reseñan el Pentateuco y los sucesivos libros históricos del Antiguo Testamento, y tal como lo cantan los salmos-, pronto éste hubiese sucumbido junto con la doctrina veraz de la que era depositario y junto con la esperanza de la Redención ventura. Lo mismo cumple decir, ya pagado nuestro rescate en la Cruz, de la sucesiva epopeya de la Iglesia en la confirmación del dogma de la fe, atacado una y otra vez por los enemigos deseosos de desvirtuarlo, de cumplir aquel solvere Iesum que constituye el avieso designio de los «anticristos», tal como nos lo advierte san Juan apóstol en sus epístolas.
Junto con la tenaz oposición del imperio fueron finalmente vencidas la gnosis antigua, los sincretismos, las primeras e insidiosas herejías, inaugurando un largo período de concordia doctrinal en el seno de una sociedad cristiana cuya identidad fue afirmándose con los siglos. Pero (en palabras de Auguste Nicolas) «el espíritu del error no decayó en su naturaleza eternamente celosa y subversiva ni en el poder que recibió, en la medida prescrita, para poner continuamente a prueba la verdad y el fervor de sus discípulos». Y como las leyes de la historia mandan que al apogeo siga una pendiente, y como el enemigo es siempre el mismo y sus recursos dialécticos no son infinitos, no mucho después de haber vencido con el auxilio del brazo secular a las odiosas sectas neo-maniqueas que promovían, junto con la heterodoxia, el caos social, la Iglesia comenzó a transitar su prolongada pleamar viendo emerger al punto y de su seno la confusión nominalista (reviviscencia, bajo carátula cristiana, del viejo error escéptico y sofista). La peste negra, en sincronía con aquel terrible escollo de las inteligencias, parece haber estampado un como a modo de sello histórico, el anticipo de la vuelta de página que estaba por consumarse. En adelante, el orden social cristiano se agrietaría como un jarrón, y el escándalo de la guerra entre reyes católicos, incluyendo a una de las partes aliada con el turco, y la ruptura de la unidad religiosa más el saqueo de los bienes de la Iglesia y la exaltación de aquel horroroso principio Cuis regio, eius religio que finiquitaba las guerras de religión al precio de subordinar con el mayor de los cinismos la religión al orden temporal, todos estos hechos y otros muchos proveyeron el clima histórico más apropiado para la difusión triunfante de los errores que, en adelante, oprimirían a la verdad hasta el extremo que hoy presenciamos.
El panteísmo, el monismo, el emanatismo y todos los venenosos sistemas mutuamente afines excogitados al alborear este período fueron informando uno a uno los regímenes políticos en auge, como era inevitable que ocurriera: ni De Maistre ni Donoso señalaron en vano la valencia teológica de toda afirmación política. Desde el absolutismo regio, pasando por la democracia liberal y concluyendo en el socialismo, la pretensión de que Dios es uno con todas las cosas (y su reverso obligado: no hay Dios) impregna acuciosamente la mens del conglomerado civil, o al menos su legislación y su praxis política. Pero así como el cristiano se debe a la causa de la Verdad en condición de guerrero, de cruzado, arrastra también la desventaja, en el estado actual de cosas (que es el de naturaleza caída), de tener que guardar moderación en el combate secular. La parábola del trigo y la cizaña le enseña acabadamente que no cumple a él la extirpación completa de los escándalos, y a más Cristo mismo le prescribe el amor a los enemigos. Camaradas tirad, pero tirad sin odio, que dijera el Ángel del Alcázar. El enemigo, aventajado en un mundo del que se sabe ciudadano con pleno derecho, persigue en cambio la aniquilación completa, sin que queden huellas, de la Iglesia y de todo testimonio de Cristo. Y lo hace en sopesadas combinaciones de astucia y de furor, según se lo concedan las circunstancias.
La Revelación nos permite, antes del segundo advenimiento del Señor, esperar un ápice de las fuerzas del mal, enseñoreadas a la sazón de la práctica totalidad del mundo. Nunca como bajo el llamado «globalismo» adquirieron tan terrífica factibilidad aquellas palabras del Apocalipsis relativas a la potestad política anticristiana: “le fue dado poder sobre toda tribu, lengua, pueblo y nación. La adorarán todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no están escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida del Cordero degollado”. Nunca como bajo el imperio global de la persuasión, capaz de someter a infundado terror a las masas obligándolas incluso a adoptar conductas del todo irracionales, se le hizo tan cercano el horizonte escatológico a quienes se han dado al cometido de «devorar aquel librito» que es tan dulce al paladar como amargo a las vísceras. Nunca la guerra que se le ha movido insensatamente a Dios ha logrado catalizar tanta dosis de mentira, ceguera, orgullo, notoria deshonra en los hábitos y en los talantes, contumacia infernal y sombrío nihilismo. Guerra a la inocencia, guerra al honor, guerra a la virtud y al bien. Guerra, en definitiva, al hombre, creado a imagen y semejanza de su Creador: tal el vertedero de aquella multisecular proclama implícita en la contra-tradición que atraviesa los siglos y hoy alcanza su acmé después de haber combatido con éxito al cristianismo. Su derrumbe será subitáneo, a pique, como por precipicio, y esperamos verlo con nuestros ojos.
(Fray Benjamín de la Segunda Venida)
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