Muchos de ustedes recordarán el famoso vídeo en el que Jesús Calleja visitaba un laboratorio en el que se estaba estudiando el famoso coronavirus y cómo le enseñaban en ese laboratorio que las muestras del virus estaban guardadas a una temperatura muy inferior a los cero grados, a menos 80 grados, porque, de lo contrario, el virus se destruiría.
Bien, pues ahora, de repente, nos encontramos con que, según publica ‘La Razón’, el virus es más contagioso con las olas de calor y no solo eso, recomiendan a la gente que no tome el sol tras vacunarse. ¿Lo entienden? Porque nosotros no.
Para justificarlo dicen lo siguiente: “Pese a ello, deducir que las temperaturas altas o las olas de calor no afecten al sistema inmune es una conclusión errónea. De hecho, un estudio de la Universidad de Tokio confirma que también pueden reducir la respuesta inmunitaria del cuerpo a la gripe y, por extensión, al SARS”.
Pero una pregunta de quienes no somos expertos, para que haya contagios tendrá que sobrevivir el virus al calor, ¿no? Porque, en teoría, necesita temperaturas bajas. Recuerden que al principio de la pandemia nos contaban también que el virus no sobrevivía por encima de los 26 grados. Ahora nos dice lo contrario.
Ahora llega la explicación a tomar el sol tras vacunarse: “El estrés térmico por calor – explica Íñigo Uriarte Ruiz, responsable de biotecnología en Melio, una compañía especializada en análisis de sangre –, «aparece cuando el cuerpo no es capaz de deshacerse del exceso de calor, aumentando la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca. Estudios realizados en animales demuestran que este tipo de estrés puede repercutir en la capacidad del sistema inmunitario para combatir las infecciones y también a la hora de generar una respuesta eficaz a la vacunación. En este último aspecto, las vacunas se han convertido en un arma esencial en la sociedad para combatir muchas enfermedades, ahora especialmente la covid, por lo que si estos resultados en animales se extrapolan a seres humanos, podría indicar que es necesario evitar la exposición a altas temperaturas durante largos periodos de tiempo, en especial, después de la vacunación”.
Es decir, es mejor la vacuna que el sol, tampoco estamos hablando de largas exposiciones al sol porque nunca son buenas, ¿pero se están dando cuenta que con todo esto pretenden que evitemos beneficios naturales y los sustituyamos por brebajes artificiales que, evidentemente, no funcionan?
Estas no son más que nuevas excusas para justificar lo injustificable. Excusas para justificar olas provocadas por la vacunación en lugar de hacer lo que sería lógico: contar la verdad, que las vacunas no sirven y que las nuevas olas son las provocadas por las vacunas.