El post de Settimo Cielo “Cónclave a la vista, todos se distancian de Francisco” ha tenido mucha resonancia, tanto por las conjeturas sobre la sucesión, como por haber puesto en evidencia el extraño silencio de dos libros gemelos que abordan este tema, ambos escritos por autores de renombre tanto en Italia como en el extranjero, a saber: Andrea Riccardi y Giuseppe De Rita, y con títulos decisivamente alarmantes sobre el estado de salud de la Iglesia católica en el octavo año de pontificado de Jorge Mario Bergoglio: “La Chiesa brucia” y “El gregge smarrito”.
El primer silencio apuntado por Settimo Cielo en los dos libros se refiere al papa Francisco, y es tanto más significativo cuanto que es obra de dos personalidades que le han apoyado hasta ahora, como si ahora quisieran distanciarse de él y pensar más en su sucesor que en él.
El segundo silencio -ciertamente más relevante- deja en cambio en la sombra los desafíos reales que la Iglesia está llamada a afrontar hoy en día. En los dos libros, a pesar de que tienen apuntes interesantes, hay poco o nada sobre ese cambio de la idea de hombre que es el resultado más revolucionario de la cultura actual, y que es opuesto a la antropología cristiana.
Bueno, precisamente sobre esta cuestión ha escrito el siguiente comentario un experto de reconocido valor como Sergio Belardinelli (en la foto), profesor de sociología de los procesos culturales en la Universidad de Bolonia, pero tal vez más filósofo que sociólogo.
Sus intereses científicos vierten principalmente sobre las dinámicas socioculturales relacionadas con el desarrollo de las sociedad complejas, con una referencia particular a la religión, la política, la identidad cultural, la bioetica. Entre sus libros más recientes: “L’altro Illuminismo. Politica, religione e funzione pubblica della verità,” Rubbettino 2010; “Sillabario per la tarda modernità”, Cantagalli 2012; “L’ordine di Babele. Le culture tra pluralismo e identità”, Rubbettino 2018; “All’alba di un nuovo mondo”, Il Mulino 2019 (junto a Angelo Panebianco).
De este último libro Settimo Cielo publicó en el momento de su salida algunos extractos, también estos relacionados con la cuestión que nos atañe en esta entrada y con las incertidumbres de la Iglesia en su respuesta a los nuevos desafíos:
Desde el 2008 al 2012 Belardinelli ha sido también el coordinador científico del "Comitato per il Progetto Culturale" presidido por el cardenal Camillo Ruini.
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UN DESCUIDO QUE PUEDE SALIR CARO
de Sergio Belardinelli
También yo he leído los dos libros de los que habla Sandro Magister, pero nunca habría sabido conectarlos, como hace él, con el futuro conclave. Una pista muy buena y convincente que seguro llamará la atención de muchos vaticanistas y expertos en cosas que tienen que ver con el presente y futuro de la Iglesia católica.
Lo que en cambio me ha asombrado a mí también es la poca atención que se presta en ambos libros a lo que para la Iglesia y para el mundo contemporaneo sigue siendo el mayor desafío: la cuestión antropológica.
Como subraya justamente Magister, estamos frente a una verdadera “revolución” en la manera de comprender el nacimiento, la procreación, el morir, el libre albedrío, que poco tiene que ver con el modelo que encontramos en la Biblia.
No es solo la cuestión del aborto, la eutanasia o la reproducción asistida; también la especificidad de la propia naturaleza humana, su primado sobre los otros seres vivos y, por ende, el lugar que ocupa el hombre en este mundo están en discusión.
Por consiguiente, no es solo una cuestión de salvaguardar y custodiar el mundo que compartimos con los demás seres vivos, un deber al cual no podemos negarnos de ninguna manera, sino que, según una cierta cultura cada vez más aguerrida, es como si, al ser hombres, hubiésemos de alguna manera usurpado algo, dañado los derechos de otro, tanto si este otro es animal o vegetal.
Considerad las implicaciones culturales, sociales y políticas de todos estos aspectos: es curioso que se hable poco o nada sobre ello en libros que incluso querrían relanzar el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Pero si de verdad la Iglesia es “experta en humanidad”, entonces este es el momento de decir que ha llegado el tiempo de demostrarlo, porque es precisamente la humanidad del hombre la que se está poniendo en discusión.
Por mucho que el asunto pueda parecer abierto a opiniones, sostengo que es precisamente este el tema sobre el cual hoy la Iglesia tiene mucho que decir al mundo. Y también podría volver a ganar una relevancia capaz de mitigar la dramática dificultad de hablar al corazón de los hombres, de la que habla el libro de Riccardi.
Es evidente que sobre la cuestión antropológica pesa el magisterio de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, el aura de “no negociabilidad” que los envuelve, por lo que se prefiere eludirlo. Un “vacío pragmático”, como lo llama Magister, que ciertamente no está ayudando al papa Francisco y menos aún a su sucesor.