Duración 29:34 minutos
Ofrecemos esta conferencia impartida por Monseñor Schneider sobre la Adoración a Dios en la cual nos deja un mensaje principal; «Estén siempre guardados en el Inmaculado Corazón de María»
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La presentación corre a cargo de Javier Lozano, miembro del grupo de catequesis y padre de una de las familias participantes. Al final de la conferencia, Marieta, nuestra querida amiga de 10 años con síndrome de Down, da las gracias a Monseñor y nos conmueve a todos con ese «gracias por ayudar a los niños como yo». Interviene también otra niña de 12 años y la madre superiora de una Congregación religiosa.
Destacamos algunas de las frases que nos deja Monseñor Schneider para la reflexión de cada uno de nosotros:
«Los laicos han sido elegidos para ser los soldados y confesores de Cristo en el mundo allá donde vayan.»
«Los primera tarea de los padres cristianos es ser maestros de fe para sus hijos y formar una iglesia doméstica dándoles ejemplo con su forma de vida. Los padres y madres deben tener un sentido profundo de lo sobrenatural y del temor de Dios y también de Su Presencia y de Su Gloria.»
«Los jóvenes necesitan cultivar el don de fortaleza, piedad y temor de Dios para profesar a Cristo sin miedo en esta sociedad neopagana. A los jóvenes les dice que estén orgullosos de ser cristianos y de ser soldados de Cristo sin olvidar que nuestra meta es el Cielo.»
Les invitamos a escucharlo en el siguiente enlace:
Las ideas principales que se tratan en la conferencia son las siguientes:
– Dios nos creó para alabarlo y adoración significa postrarse para indicar que Dios es lo más grande. La Santa Misa es la adoración más sublime a Dios, que debe ser amado por encima de todas las cosas.
– El propósito principal de la Santa Misa es la Adoración a Dios, el Santo sacrificio atrae a todos los corazones y los reúne alrededor del Altar.
– La Iglesia y el mundo tienen gran necesidad del Culto Eucarístico, es la verdadera fuente de santidad y paz que el mundo no puede dar. La Adoración en la Santa Misa y la Adoración Eucarística transforman al hombre.
-El acto de adoración está indisolublemente ligado a la virtud de la reverencia. Es muy importante el gesto externo de postrarse de rodillas. El fruto de la verdadera adoración es hacernos pequeños, cómo nos enseña la Santísima Virgen en el Magnificat.
– Jesucristo es el modelo supremo de la verdadera adoración que las criaturas deben al Creador.
– El Sacramento de la Eucaristía debe permear toda la vida cristiana de las familias.
Estas son las preguntas realizadas a Monseñor Schneider:
-1) Somos un pequeño grupo de familias que tratamos con todas nuestras limitaciones y carencias de formar a nuestros hijos en la Fe de Cristo. ¿Qué consejos nos daría para perseverar y mantenernos firmes en esta misión?
2) Para usted la Santa Misa ha sido un pilar centrar ya desde su niñez y juventud. Desde su vivencia de amor profundo por la Eucaristía ¿qué podría decir a estos niños y jóvenes para qué les ayude a vivir y amar la Misa cómo Usted?
3)Nuestros hijos forman un grupito de niños que van desde bebés a los 15 años. Viendo el panorama de un anticristianismo creciente, a veces es difícil no preocuparnos por lo que les tocará vivir a estos pequeños. Para usted la persecución ha sido mucho más que una amenaza: ha sido una realidad padecida por usted y su familia. ¿Qué consejos nos daría a nosotros, padres y madres para transformar esa persecución en abandono gozoso en el Señor?
4)Por último, quisiéramos pedirle que enviara su bendición sobre estos niños y estas familias. Para que el Espíritu Santo derrame sobre ellos sus dones y especialmente el don de fortaleza, y así “se mantengan fieles a Cristo” (como su madre siempre le decía a Usted). Monseñor, cuente desde ahora con la oración de estos pequeños. Trataremos de tenerle a Usted y su ministerio presente en cada Rosario que recemos juntos. Estamos agradecidos por este tiempo que nos va a dedicar, pero sobre todo por su valentía y fidelidad a la Iglesia de Cristo, Dios le bendiga
Pueden escuchar la conferencia en el siguiente enlace: La adoración a Dios. Conferencia de Monseñor Schneider.