El cardenal Sarah pide a Francisco que retire su reciente decreto contra las Misas en la basílica de San Pedro. Al escribir en el blog de Sandro Magister, Sarah se suma explícitamente a las voces de los cardenales Burke, Müller y Brandmüller.
Para él, las normas “violan tanto el sentido común como las leyes de la Iglesia”. Sarah apoya la evidente posición teológica de que una Misa concelebrada reduce el don de la gracia en comparación con varias Misas individuales.
Él advierte “violencia” en la redacción del ukase de Francisco que exige brutalmente que se “supriman” las celebraciones individuales. Sarah no nota un “espíritu de acogida” para los sacerdotes que antes, durante siglos, pudieron celebrar en San Pedro.
El cardenal observa que el coronavirus hace menos prudente la concelebración, y resalta el carácter provincial de la decisión que impone que todas las concelebraciones se realicen sólo en italiano y siguiendo el Novus Ordo.
Sarah recuerda que todos los altares en la basílica de San Pedro contienen las reliquias de santos, pero que ahora ya no es posible celebrar en esos altares: “En este sentido, esos altares están casi condenados a muerte” y reducidos a “meras obras de arte”.
“Esos altares, en cambio, deben vivir, y su vida es la celebración diaria de la Santa Misa”, enseña Sarah lo obvio.